Reynosa.- La presencia de migrantes varados en las calles y albergues de Reynosa, Matamoros y Nuevo Laredo ha disminuido hasta en un 86 por ciento durante este 2024, tras la agilización del programa CBP One por parte de Estados Unidos, que facilita los trámites para visas humanitarias.
Según datos del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes, en mayo de 2023, la zona fronteriza de Tamaulipas recibió a 21,707 migrantes provenientes de Centroamérica, Venezuela, Rusia, Cuba, África y Haití, quienes buscaban asilo político en Estados Unidos.
Reynosa concentró la mayor parte de esta población con 13,480 migrantes, seguida de Matamoros con 8,038 y Nuevo Laredo con 189. Todos solicitaron su visa humanitaria mediante el programa CBP One.
En lo que va de 2024, la población migrante varada ha disminuido significativamente. Hasta agosto, se registraron 2,954 migrantes en las tres principales ciudades fronterizas de Tamaulipas: 2,172 en Reynosa, 773 en Matamoros y solo 9 en Nuevo Laredo.
Sin embargo, la cifra podría duplicarse, ya que muchos migrantes, principalmente de Centroamérica, llegan a diario a la frontera tamaulipeca, y no se registran para obtener una visa humanitaria; ellos vienen con la mira de cruzar de manera ilegal a Estados Unidos.
En Reynosa, desde el 2023, los migrantes, en su gran mayoría haitianos, se encontraban refugiados en los albergues «Senda de Vida I, II, y III», «Nuestra Señora de Guadalupe», y otros optaron por rentar casas en la zona Centro, mientras esperan la muy lenta resolución de su solicitud de asilo humanitario .
Ante la demora del CBP One, la desesperación llevó a muchos haitianos a establecer negocios informales en el centro de Reynosa, ofreciendo servicios como cortes de cabello, peinados caribeños, y venta de comida, inclusive crearon un tianguis improvisado afuera del albergue «Senda de Vida I», para hacerse de recursos y poder sobrevivir.
En su momento, la presencia migrante fue tan notable que, de cada 100 personas que transitaban por el Centro, y por la Plaza Principal de Reynosa, 90 eran haitianos.
Hoy en día, tras un recorrido por la calle peatonal Hidalgo muestra una disminución drástica de esta población, pues son pocos migrantes visibles esperando la resolución de sus visas humanitarias.
La primera gran oleada migratoria llegó entre 2019 y 2020, con la llegada de ciudadanos cubanos que buscaban beneficiarse del programa «pies secos». Posteriormente, se sumaron migrantes de Guatemala, El Salvador y Nicaragua, huyendo de la violencia y corrupción en sus países.
En 2023, la llegada masiva de migrantes haitianos transformó la Plaza de la República ubicada frente al puente internacional Reynosa-Hidalgo, en un campamento improvisado con más de 4,000 personas, que tras más de un año fueron desalojadas y trasladadas a los albergues «Senda de Vida» y «Senda de Vida II».
Pese a ello, cientos de migrantes no alcanzaban lugar en los albergues, por lo que tuvieron que habilitar casas de campaña elaboradas con cobijas, cartones y plásticos afuera del Senda de Vida I, mientras esperaban su llamado de las autoridades migratorias de Estados Unidos.
Otros, en su desesperación, optaron por aventurarse y realizar cruces masivos por el río Bravo, en los municipios de Matamoros y Reynosa, pero eran capturados por la Patrulla Fronteriza y repatriados a su país de origen.
Hoy, el número de familias migrantes esperando una cita para su visa humanitaria ha disminuido significativamente, gracias a que se agilizaron los trámites del CBP One, situación que además permite que los albergues y las autoridades de Tamaulipas, les den un trato y asilo digno.
Por Julio Manuel Loya Guzmán