El hombre tendría unos 60 años, subió a su camioneta, una camioneta vieja con la que había trabajado 15 años y construido una pequeña empresa que dio trabajo a 43 personas y que en ese momento estaba en la banca rota.
Se sentía tranquilo, aunque triste, acababa de pagar la liquidación de todos sus empleados y la deuda con todos sus proveedores, aunque algunos créditos bancarios quedaron pendientes por los altos intereses.
Se había quedado sin nada. Abrió la guantera del vehículo y sacó una pistola, levanto la cara sin fijar la vista en nada o en nadie, era una última mirada a la vida, y acabó con su vida. Fue una de las tantas víctimas del “error de diciembre” de 1994.
El “error de diciembre” de 1994 fue el resultado de la combinación de un déficit en cuenta corriente insostenible (del 7%), una sobrevaluación del peso, una alta dependencia del capital especulativo y una crisis política.
En el México de hoy tenemos a un gobierno con similitudes en el manejo de la economía lo sucedido en el ‘94 que dan señales de alarma, aunque hasta hace poco no se le daban importancia a pesar de que los ingresos presupuestarios han crecido muy por abajo del gasto real del gobierno, esto provocado por una fuerte disminución en la actividad económica ocasionada por la baja en la demanda interna.
El mismo estudio muestra el Indicador de Consumo Big Data BBVA Research, tuvo una disminución en la variación contra el promedio de los primeros seis meses del año pasado de un 12.3% y de un 6.9% de este año y que continuará en los siguientes meses.
Datos del INEGI muestran que la economía creció 1.4% durante el primer semestre del año, 2.2 puntos porcentuales por debajo del crecimiento registrado en la primera mitad de 2023, mientras que el PIB estimado para fin de año es de 1.2%, según el estudio de BBVA “Situación México” lo que no favorecerá una mejora en los ingresos públicos que se esperaba incrementar en alrededor de un 5% a través de los ingresos no petroleros gracias a una mayor recaudación de impuestos, en especial el ISR y el IVA .
Por otro lado, el gasto del sector público este año crecerá un 8% en términos reales con respecto al 2023, que de acuerdo con las estimaciones de la SHCP generará así un déficit del 5.4%. Por su parte, la deuda neta ya se incrementó 6 billones de pesos y si lo comparamos contra el PIB esta ya se incrementó en un 7% desde el 2018.
Esto nos dejara en un valor con respecto al PIB de alrededor de un 52% dejándonos en unos 3 puntos por abajo antes de que nos retiren el grado de inversión. Debido a que no se requieren más que alrededor de 2 billones de deuda, probablemente este año lo alcancemos. Con respecto a la inversión, el INEGI señala una disminución en su crecimiento durante el segundo semestre del año, con una variación trimestral de 0.4%, tras haber registrado crecimientos superiores a 4.0%.
En lo político, la reforma judicial en México tendrá implicaciones profundas para la estabilidad del país, la democracia, la inversión y los derechos humanos.
La reforma es percibida como una amenaza para la independencia judicial, la confianza tanto en el sistema de justicia mexicano como en el país en general podría deteriorarse.
Los gobiernos de EE. UU. y Canadá, los socios de México en el T-MEC están muy atentos en los temas relacionados con la protección de los derechos de propiedad, la transparencia y la aplicación efectiva de las leyes, instituciones financieras internacionales como Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial; han externado su preocupación por el estado de derecho y la seguridad jurídica como factores clave para el desarrollo económico y Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y Organización de Naciones Unidas (ONU): Están atentos a cualquier reforma que pueda afectar la protección de los derechos humanos, especialmente en el contexto de la independencia del poder judicial.
Un retroceso en este aspecto podría llevar a una mayor vigilancia internacional y posibles recomendaciones o sanciones. La fiesta se acabó y hay que definir claramente como se va a pagar la factura a la brevedad antes de que se convierta en una crisis como la del ‘94, aunque el gobierno no parece haberse dado cuenta de ello.