Eduardo Abraham Gattás Báez, el Alcalde de Ciudad Victoria, se convirtió en un lastre para Morena y para el proyecto de consolidación de la Cuatroté en Tamaulipas, del cual puede librarse si el Congreso actúa con congruencia.
Ayer, el Congreso del Estado en una medida que no tiene un antecedente inmediato, acordó llamar a Gattás a comparecer ante comisiones para escucharlo y darle seguimiento a la denuncia presentada por la mayoría de los integrantes de su Cabildo.
Los ediles lo acusan de presuntamente violar la ley reiteradamente y crear condiciones de ingobernabilidad.
Los regidores le pidieron al Congreso que haga valer sus facultades y, en vista de las presuntas violaciones a la ley cometidas por el Alcalde capitalino, inicie el procedimiento legal para su remoción. Quieren que se vaya porque ha pisoteado el orden legal, según lo han dicho en repetidas ocasiones.
En los dos años que la Cuarta Transformación lleva instalada en Tamaulipas, el partido no se había topado con un problema tan difícil de manejar como gobierno, como el que se tiene en la capital.
Ciudad Victoria, epicentro político de la entidad y caja de resonancia de lo que haga la administración estatal, es en estos momentos un dolor de cabeza para el partido y para quienes saben que Morena debe eliminar todo obstáculo para afianzar su hegemonía.
La crisis empezó hace quince días, cuando el Alcalde reelecto Eduardo Abraham Gattás Báez quiso pasar por encima de la ley y terminó abruptamente con la primera sesión del Cabildo, en la que tenían que someterse a consideración de los regidores las propuestas de nombramiento de los principales funcionarios del Ayuntamiento.
Con la mayoría de los ediles en contra, sin tacto y con una soberbia que solamente son capaces de tener quienes se sienten parte de un grupo privilegiado, Gattás actuó al viejo estilo de quienes no respetan la ley, no privilegian el diálogo y además, desprecian la inteligencia ajena.
Desde entonces, la situación se ha agudizado y ayer llegó a una nueva etapa, en donde parece no haber un retorno ni reconciliación, a no ser el Alcalde capitalino entienda que es uno más de los 42 Presidentes Municipales.
No es más que eso en el tablero político estatal y por tanto, debe poner en primer plano el cuidado de un proyecto mayor y atender el sentir de los ciudadanos. Ya no se trata solamente de su ego.
De por sí Gattás arrastra un déficit en los niveles de aprobación ciudadana por el mal trabajo realizado en su primer período, al grado de que llegó a la candidatura sin merecerla, porque la perdió en la encuesta que hizo Morena.
Sin embargo se le tuvo consideración y se le ayudó a sacar la elección. Hoy, el Alcalde capitalino siente que no debe nada a personaje alguno.
Esta semana los síndicos y regidores lo denunciaron ante la Fiscalía Estatal de Combate a la Corrupción y llevaron el caso ante el Congreso del Estado, que ayer mismo turnó a varias comisiones la petición de proceder en consecuencia.
Para Morena, Gattás es un problema que de no atenderse va a crecer y a afectar la imagen del partido y del proyecto de consolidar la Cuarta Transformación en Tamaulipas.
Es un elemento que ya representa una enorme carga negativa para el movimiento fundado por el compañero Andrés Manuel y por lo tanto, tiene que ser tratado como un pasivo político antes de que las cosas se le compliquen al partido y a la Cuatroté.
De por sí, hace tres años Eduardo Gattás fue puesto en el ojo del escrutinio público cuando admitió haber recibido una camioneta propiedad de una empresa del ahora fallecido empresario Sergio Carmona.
Desde ahí le acompaña la sombra de muchas dudas, pero pese a ello logró ser candidato y Alcalde en una primera gestión.
Hoy las cosas son diferentes y con el Congreso dando trámite a la petición de la mayoría de los regidores, al Alcalde capitalino no parece quedarle mucho margen de maniobra política, porque quizá ni siquiera los demás integrantes del mismo grupo al que pertenece le quieran ayudar.
La suerte de Gattás parece echada y, dado el deficiente trabajo realizado en el Ayuntamiento de Ciudad Victoria, es probable que el Congreso le dé una salida más o menos tersa y para rescatarlo de la desgracia política, alguien le asigne alguna encomienda.
Lo que se ha visto en los últimos quince días se resume en la recepción de la denuncia y su discusión en el Congreso: La red protectora de Gattás parece desfondarse y, como el lastre que es para Morena y para la Cuatroté, si no sucede algo extraordinario y milagroso, podría dejar pronto la Alcaldía.
Eduardo Abraham nunca entendió que ser Alcalde de la capital era una responsabilidad para hacer las cosas bien, para que la ciudad en la que está el asiento del gobierno estatal se desarrollara, luciera bien, tuviera servicios públicos eficientes y fuera un modelo de civilidad política. No entendió o no quiso hacerlo, por soberbia.
Las consecuencias de su cerrazón, de su desprecio por la ley y de su falta de voluntad para dialogar y encontrar acuerdos le está cobrando las facturas.
A reserva del desenlace que tenga la denuncia tras la comparecencia ante el Congreso, las cosas parecen decididas. Y cuando menos, es una sacudida a su comportamiento, tan alejado de ese principio morenista que reza que los funcionarios públicos emanados del partido no deben mentir.
Convertido en un lastre que le pesa a Morena en su crecimiento, Gattás es un obstáculo del que se tiene que librar el partido y al que la Cuatroté en Tamaulipas debe mantener alejado, para evitar que su enorme sombra negativa contamine el proyecto de consolidación.
LA SUPERVISIÓN DE LA SEDE NACIONAL ADUANAL
El gobernador Américo Villarreal Anaya y el secretario de la Defensa Nacional (Sedena) Ricardo Trevilla Trejo estuvieron esta semana en Nuevo Laredo, en donde se construye desde el sexenio pasado la sede de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM).
El proyecto había sido planeado para concluirse antes de que el compañero Andrés Manuel se marchara del gobierno federal, pero eso fue imposible y la obra quedó pendiente, como varias más en Tamaulipas.
La mudanza de la sede nacional de las Aduanas fue una propuesta que hizo López Obrador desde su campaña en 2018 y en los seis años de su gobierno no pudo concretarse.
Hoy, la Sedena sigue con los trabajos para que en unos meses las instalaciones puedan ser finalmente inauguradas por la Presidenta Claudia Sheinbaum.
El funcionamiento de la Agencia Nacional de Aduanas de México en Nuevo Laredo confirma la importancia de esa ciudad como la principal puerta del comercio exterior del país, además de consolidar la posición de Tamaulipas en la estrategia nacional de fortalecimiento económico que ha planteado el nuevo gobierno federal.
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