Este año, el Premio Nobel de Economía fue otorgado a Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson por sus estudios sobre cómo las instituciones afectan la prosperidad. Si bien, el enfoque de sus investigaciones describe las diferencias entre naciones sus hallazgos tienen relevancia en nuestras propias finanzas familiares, ya que la forma en que operan las instituciones políticas y económicas determina las oportunidades financieras y las decisiones cotidianas que se toman en el día a día.
En términos prácticos, el trabajo de los ganadores muestra que las reglas del juego económico y político influyen directamente en el bienestar de las familias. El caso que se ejemplifica en el trabajo de los laureados menciona la ciudad de Nogales, la cual está dividida por la frontera entre Estados Unidos y México.
Al norte, en Arizona, las familias viven en una economía con instituciones que protegen los derechos de propiedad, brindan acceso a educación y garantizan seguridad económica. Mientras que, al sur, en Sonoro, las familias enfrentan desafíos mayores debido a la inseguridad, la corrupción y sistemas económicos menos inclusivos. Y, con este ejemplo se muestra que a pesar de estar geográficamente cercanas ambas ciudades, se ilustra cómo las instituciones —reglas políticas, económicas y legales— impactan el día a día de las familias.
Y, en este punto es posible que surja la pregunta, ¿qué tiene que ver esto con mis finanzas familiares? La respuesta es mucho más de lo que imaginamos. Debido que las instituciones determinan factores clave que afectan directamente el presupuesto familiar, desde el acceso al crédito, la seguridad de ingresos y las oportunidades de inversión.
Los países con instituciones que generan oportunidades económicas más equitativas, las cuales se llamas inclusivas, permiten mejorar el bienestar de las familias a largo plazo. Y, este tipo de instituciones son las que prevalecen en sociedades desarrolladas que cuentan con sistemas financieros más robustos y acceso a la educación, es posible observar el nivel de riqueza familiar.
En contraste, es las sociedades con instituciones extractivas —donde los recursos están concentrados en manos de unos pocos y las reglas del juego no fomentan la igualdad de oportunidades— se observan mayores niveles de pobreza y menor capacidad de ascenso económico.
Por eso, como familias, es importante se conscientes de cómo las instituciones en las que vivimos afectan nuestras finanzas, ya que al entender el papel de estos organismos nos permitirá tomar decisiones más informadas, y también exigir cambios cuando sea necesario, para garantizar nuestras finanzas familiares pueden prosperar en un entorno estable y con mayor equidad.
El Premio Nobel de Economía 2024, nos recuerda que, aunque la prosperidad de una nación puede parecer distante de nuestro alcance, las reglas que se definen en las instituciones están entrelazadas con las decisiones financieras que se toman día a día. Y, en última instancia, la fuerza de nuestras instituciones locales influyen directamente en nuestra capacidad para ofrecer a nuestras familias un futuro mejor.