Los índices de pobreza extrema en la entidad disminuyeron del 3.8 al 2.6 por ciento, pero aún hay entre 98 mil y 100 mil personas en esta condición.
La Secretaría de Bienestar Social, anunció que se redoblará el programa de entrega de paquetes alimentarios para el 2025. Silvia Casas González, la titular de la dependencia, anotó que si bien hay municipios como San Nicolás con más rezago social, en otros como Matamoros se tienen más personas en pobreza, porque registran mayor densidad de población. En los últimos seis años, algunos municipios en la entidad registraron un aumento de personas en pobreza, entre ellos Aldama que pasó de 16 mil 066 a 16 mil 648 personas con carencias.
En la zona sur, Altamira también hoy tiene más pobres con 123 mil 363 personas; Camargo registra 6 mil 930 personas en esta condición; González suma 28 mil 057, Gustavo Díaz Ordaz pasó de tener 6 mil 585 a 8 mil 001 personas en pobreza. Jaumave en el Altiplano sumó 10 mil 993 y Miquihuana cuenta con 3 mil 199 personas con varias carencias, lo que los coloca en la línea de pobreza, en esa zona en el municipio de Tula, sumaron 20 mil 255 personas.
Nuevo Morelos también registró un aumento en la pobreza, pasando de mil 997 a 2 mil 436 personas que en ese municipio registran dificultades para acceder a una o varias carencias sociales y sus ingresos están por debajo de la canasta básica alimentaria. En Río Bravo, los pobres suman hoy 65 mil 773, según los números oficiales, mientras que en la capital del estado, Victoria, la pobreza también tiene rostro y al que se suman 122 mil 368 personas. De acuerdo con la metodología del Coneval, se contemplan dos dimensiones para la identificación de la pobreza: los derechos sociales y el bienestar económico.
Adicionalmente, dentro de la población en situación de pobreza se identifica a las personas en condiciones más adversas en los dos espacios, la población en situación de pobreza extrema.
El Coneval considera que una persona se encuentra en esta situación cuando su ingreso es menor a la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (valor monetario de la canasta alimentaria) y presenta al menos tres carencias sociales (educación, salud, seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda, alimentación nutritiva y de calidad). En el país, del total de la población en pobreza extrema, 97.2 por ciento presentó carencia por acceso a la seguridad social, esta es la carencia con mayor incidencia.
La segunda fue por acceso a los servicios de salud, pero la que un mayor aumento presentó entre 2018 y 2022, al pasar de 25.6 a 81.7 por ciento de la población en pobreza extrema, lo que se dio en un contexto de reconfiguración institucional del sistema de salud.
La población en situación de pobreza extrema depende principalmente de la institución encargada de proveer servicios de salud a quienes no tienen seguridad social (la institución encargada en 2022 era el INSABI). De las personas en situación de pobreza extrema en el país que buscaron atención médica, lo hicieron principalmente en centros de salud, consultorios y hospitales privados y consultorios de farmacias. Centros de salud (Secretaría de Salud) 817,524 (30.2); consultorios y hospitales privados 808,823 (29.9); consultorio de farmacias 691,511 (25.6); hospital o instituto (Secretaría de Salud) 205,325 (7.6). Curandero, hierbero, comadrona, brujo, etcétera 57,080 (2.1); IMSS-Prospera/IMSS-Bienestar 44,264 (1.6); IMSS, ISSSTE, ISSSTE estatal, otros servicios médicos públicos 39,638 (1.5); atención en otro lugar 27,335 (1.0) y el INSABI 14,945 (0.6).
En esa medición que hizo el Coneval, la carencia por acceso a los servicios básicos en la vivienda fue la tercera carencia con mayor incidencia en la población en pobreza extrema con 67.3 por ciento.
El componente más relevante fue la población en viviendas donde cocinan con leña o carbón y que no cuentan con chimenea. Mientras la carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad fue la cuarta carencia con mayor incidencia en la población en pobreza extrema con 50.5 por ciento, es decir, entre los pobres más pobres, el 50 por ciento no cuentan con una alimentación nutritiva.
Aquí es de destacar que las niñas, niños y adolescentes en situación de pobreza extrema presentaron en mayor proporción carencia por acceso a la alimentación, en comparación con los adultos. La carencia de rezago educativo fue la quinta carencia con mayor incidencia en la población en pobreza extrema con 46.1 por ciento, es decir, 9 de cada 10 personas no tenían la educación media superior completa o mayor nivel académico, aunque la mayor proporción se presentó en las personas en situación de pobreza extrema con primaria incompleta. Otro componente entre las personas con extrema pobreza es que poco más de la mitad de las personas ocupadas fueron trabajadoras subordinadas; es decir, tenían un jefe o superior y el 42.8 por ciento trabajaban en su propio negocio sin tener asignado un pago. Prácticamente toda la población ocupada en pobreza extrema no contaba con servicios médicos por prestación laboral, siendo un indicador de la falta de seguridad social e informalidad en esta población.
En la zona rural, el 18.5 por ciento de la población ocupada se relacionada con actividades agrícolas, pero hay otras ocupaciones, como el apoyo en la construcción (6.0%), lo que sugieren que los empleos en sectores primarios y de baja cualificación concentran a los trabajadores en situación de pobreza extrema. De los 9.1 millones de personas en pobreza extrema a nivel nacional, 45.1% (4.1 millones de personas) reportaron que su hogar no recibía ningún programa social monetario; 2.5 millones se encontraban en localidades urbanas y 1.6 millones en localidades rurales.
Las carencias por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad y por acceso a los servicios de salud tuvieron mayor incidencia en la población en situación de pobreza extrema que reportó no recibir programas sociales, en comparación con los hogares que sí recibieron al menos un programa social.
Ante este panorama, la Secretaria de Bienestar Social en Tamaulipas, Silvia Casas González, comentó que en reunión con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), se les pidió identificar los lugares donde se encuentran las personas en pobreza extrema. Con la llegada de nuevos funcionarios federales, también se aplicarán nuevas políticas sociales, por lo que desde ya, se han gestionado recursos para apoyar a más personas en la entidad.
Recordó que recientemente se reunieron con la Secretaria de Bienestar federal, Ariadna Montiel Reyes, quien les informó que el presupuesto para Tamaulipas tendrá un incremento el próximo año, pasando de 18 mil millones de pesos. “Se incrementa en algunos de los programas como “La escuela es nuestra”, las pensiones “Mujeres Bienestar” y un programa más, dirigido a la población indígena, todo con presupuesto federal”. A nivel estatal, también dijo que se harán adecuaciones presupuestales para atender a las personas identificadas con varias carencias, entre ellas, una señalada por el Coneval como de mayor incidencia como es el acceso a una alimentación nutritiva.
La titular de Bienestar Social, explicó que están por iniciar la quinta entrega de paquetes alimentarios (despensas) a 284 mil beneficiarios en todo el estado, la que será la última de este año, aunque adelantó que para el 2025 se harán seis entregas, por lo que ya gestionan el presupuesto que se requiere para ello. “Estamos en la planeación porque para el próximo año, estamos contemplando las seis entregas que son por bimestre, este año se planearon cinco por el proceso electoral y en el próximo año se incrementan a seis”. Casas González reconoció que siempre hay lista de espera para inscribirse a los diferentes programas con que cuenta la dependencia que representa, “y en la medida de lo posible tratamos de solventar, sobre todo, siendo más eficientes, estamos tratando de llegar a las personas con pobreza extrema”, señaló.
SALARIOS INFLUYEN
Alrededor de 8 millones de trabajadores tienen salarios que no son suficientes para superar la pobreza, pese a tener un empleo en la formalidad, de acuerdo con un estudio de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza. Esto representa a 36 por ciento de las personas que cuentan con trabajo formal inscritas en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), añade el “Termómetro salarial” que presentó la organización la semana pasada. La mitad de las personas que ganan ese salarios (3.9 millones) trabaja en empresas grandes y medianas, añade.
“El trabajo formal no garantiza salario suficiente para superar el umbral de pobreza. De las 22.3 millones de personas con trabajo formal registradas en el IMSS, poco más de la tercera parte, 8.1 millones, gana salarios de pobreza y poco más de la mitad, 12.4 millones carecen de salario digno”, afirmó la organización. Las mujeres y jóvenes de 15 a 29 años tienen mayor proporción de trabajos formales con salarios de pobreza.
El salario de pobreza es inferior al monto equivalente al costo de 2 canastas básicas, mientras que el de sobrevivencia cubre el costo de dos, pero es menor al digno, que es de 12 mil 500 pesos, señala el documento.
Las ramas con mayor cantidad de personas con salarios de pobreza son profesionales y técnicos, construcción, industria restaurantera, servicios personales domésticos, comercio de alimentos, bebidas y cigarros, así como transporte terrestre, entre otras. Acción Ciudadana consideró que el alza al mínimo en la frontera norte erradicó los salarios de pobreza en Baja California y los ha reducido en Tamaulipas y Chihuahua. Este resultado, advirtió, se debe tomar en cuenta para la negociación del mínimo para el próximo año. “Esto es una lección a tomar en cuenta en la revisión del salario mínimo para 2025.
“Al salario mínimo general, que rige en el resto del País, salvo los 45 municipios de la franja fronteriza le faltan alrededor de 55 pesos al día, mil 650 al mes, para cubrir el costo de dos canastas básicas y superar el umbral de salarios de pobreza”, expuso.
POR PERLA RESÉNDEZ