La villa de Cuauhtémoc, que, dicho sea de paso, en este año celebró 100 años de habérsele dado tierras ejidales, es de la pocas en Tamaulipas que ostenta esa categoría y no cuenta con ayuntamiento propio, pues pertenece jurisdiccionalmente al municipio de Altamira.
Según el censo del año 2020, la localidad tiene un total de 5,756 habitantes, lo que la posiciona como la tercera localidad más poblada de ese municipio.
Vestigios de civilizaciones antiguas en La Palma Durante el siglo XIX existió en esta parte de Altamira una Hacienda llamada Palma Alta, que según el famoso geógrafo Antonio García Cubas, en sus pendientes orientales se encontraban algunos ojos de agua, y sus montes tenían una gran fertilidad.
Alejandro Prieto, dueño de la Hacienda del Chocoy, relató que en la década de 1860´s un labrador encontró unos cúes en la sierra de la finca de Palmas Altas. Don Juan Ignacio Prieto Enguidanos era el dueño de esa finca. Había nacido en 1827 en Tuxpan, Veracruz, siendo sus padres don Gavino Prieto y doña Francisca Enguidanos. Para 1896 se desempeñaba como presidente municipal de Altamira.
Ese mismo año, ya siendo viudo de doña Soledad Zarazúa, se casó con Josefa Rivas. Para el año de 1910, la hacienda de La Palma contaba con 75 habitantes, de los cuales 38 eran hombres y 37 eran mujeres.
Es altamente probable, que las haciendas de Palmas Altas y de La Palma, de la que tomó parte territorial villa Cuauhtémoc, fueran una sola finca, y desde luego, propiedad de Juan I. Prieto; toda vez que, en aquellos tiempos, las haciendas ocupaban muy grandes extensiones de tierra; lo cual cambio tras la reforma agraria postrevolucionaria al irse fraccionando en diversas comunidades.
En el año de 1920, las herederas de la propiedad eran las señoras Amalia y Soledad Prieto Zarazúa.
NACE CONGREGACIÓN COLUMBUS
A principios del siglo XX muchos colonos norteamericanos se interesaron en el sur tamaulipeco, prueba de ello, es la compra en 1903 de la hacienda de El Chamal, en Ocampo y del Atascador, en la villa de Quintero. En noviembre de 1905, con el fin de fundar otra colonia americana, Columbus T.
Barringer adquirió terrenos baldíos aledaños a la hacienda de La Palma. Barringer demarcó 250Hs. para fundo legal, tal como lo indicaba un plano fechado el 29 de diciembre de 1906, que fue registrado en el ayuntamiento de Altamira el 31 del propio mes, habiéndosele dado a la naciente población el nombre de Columbus. Para 1907 su dueño comenzó a fraccionar la propiedad, llegando muchos americanos a la zona.
El ingeniero Mariano V. Vázquez del Mercado, comisionado agrario en 1924, contaría que Barringer vendió todos los lotes, quedándose solamente con 11 hectáreas y fracción, siendo L. E. Kalklosh quien acaparó la mayoría. En 1891 habían finalizado los trabajos de construcción del ferrocarril de Monterrey a Tampico. En ese entonces, la estación más cercana era Esteros, esto cambio con el establecimiento del pueblo, pues en la década de 1910’s nació la estación Columbus o estación Las Palmas como también se le conocía. Según las crónicas, los 54 kilómetros de vía férrea hasta Tampico, se recorrían en un tiempo de 2 horas.
TORMENTA ACABA CON LAS COSECHAS
El primero de noviembre de 1910, los campesinos de las colonias americanas de Columbus y Los Esteros, dieron parte a los medios sobre una fuerte tormenta que, acompañada de un gran viento, había echado a perder por lo menos un cincuenta por ciento de sus milpas.
El periódico nacional Heraldo Mexicano, que cubrió la nota, apuntó que no se habían recibido noticias semejantes de otro rumbo, por lo que era de creerse que la tormenta había sido solamente local.
La cruenta revolución llega a Columbus A principios de febrero de 1914, a ocho kilómetros al norte de Altamira, una partida como de 500 revolucionarios fue batida por el 16º Regimiento de Caballería al mando de un mayor de apellido Jiménez.
Después de cinco horas de combate, los carrancistas se replegaron a Esteros y Columbus. Por órdenes del gobernador huertista Ignacio Morelos Zaragoza, los federales pasaron a La Puerta. En los primeros días de mayo de 1915, en el clímax del sitio de Ébano, se dan fuertes enfrentamientos en Estación González entre villistas y carrancistas, los primeros al mando del general José Rodarte, y los segundos al mando del coronel José Alderete. Para el 13 de mayo, González había caído y los convoyes carrancistas arribaron a Columbus.
La infantería de la plaza estaba al cargo del mayor Adolfo Terrones Benítez, quien, bajo el mando de Alderete, partió para Manuel, en su intento de recuperar González. En sus memorias, Terrones Benítez relata que, en las noches, se escuchaban en Columbus los estampidos de la artillería en el Ébano, lugar en donde se peleaba diariamente desde hacía más de dos meses. Para 1916 casi todos los norteamericanos del sur tamaulipeco, incluido Columbus T. Barringer, habían regresado a su país; pues fueron hostilizados y sus propiedades saqueadas por los diversos grupos en pugna.
SE SOLICITAN TIERRAS EJIDALES A CIUDAD VICTORIA
Pese a todo, para el año de 1921, la congregación contaba con una población de 243 habitantes. El 8 de febrero de 1924, el gobernador Candelario Garza, considerando que el poblado de Columbus, jurisdicción de Altamira, ha llegado a tener una importancia por el número de su población y por su capacidad económica, propuso que debía convertirse en Congregación.
El 17 de febrero de 1924, los señores Marciano Netro y Francisco Cruz, como representantes de los vecinos de Columbus, solicitaron al gobernador, se les dotara de ejidos a dicha comunidad, ya que carecían de terrenos de labor para dedicarse a la agricultura.
La petición fue turnada a la Comisión Local Agraria de Tamaulipas para que se tramitara el asunto de forma legal. Para esa época, por el auge petrolero de Tampico, la población había crecido considerablemente, pues ya contaban con 610 habitantes. Dentro de la zona urbanizada existían pequeños solares que en conjunto no llegaban a 5 hectáreas, las cuales estaban sembradas de maíz y frijol de temporal, mismo que era comercializado por ferrocarril a Tampico, Altamira y Estación González a razón de 10 pesos tonelada.
El 25 de abril de 1924 el gobierno del estado le dio categoría de congregación. En los meses subsiguientes, la Comisión Agraria consideró que las tierras de La Palma eran de mala calidad y que las de Columbus T. Barringer al estar fraccionadas en lotes pequeños desde hacía 28 años, no se les podía tomar más que una mínima parte.
Finalmente, el 17 de julio de 1924, el gobernador provisional de Tamaulipas, Candelario Garza resolvió dotar de 1.574 hectáreas a las 193 familias de dicha congregación, tomándose para ello 330Hs. de la Hacienda de La Palma, 185.40Hs de la propiedad de C. T. Barringer y 1058.60Hs. a la American International Fuel and Petroleum Co., regenteadas por W. E. Lucas. ¿Porque se llama Cuauhtémoc? Adrián Olvera Tavera, cronista local, indica que, el 29 de septiembre de 1924, al tomar posesión del primer ejido de Altamira, éste fue “bautizado por la gente” como Cuauhtémoc, y que, con el paso de los años, a los pobladores se les empezó a olvidar el nombre de Columbus, quedándose como lo conocemos en la actualidad.
LA EMBAJADA DE ESTADOS UNIDOS NO ESTUVO DE ACUERDO
El 5 de septiembre de 1924, la embajada del vecino del norte se quejó ante la Secretaria de Relaciones Exteriores por lo decretado por el gobernador tamaulipeco. Días después, la compañía quejosa acudió ante la justicia federal, pero le fue negado todo alegato por un juez de Distrito.
Dicha compañía alegaba que los terrenos afectados por los ejidatarios no eran aptos para la agricultura, pues eran tierras industriales, exclusivas para la extracción de petróleo. Pero estudios de ingenieros mexicanos determinaron que no existían vestigios formales de la presencia de crudo en dichos predios. Las autoridades mexicanas afirmaban, que, siendo el cultivo de tierras de interés público, al igual que la explotación petrolera, debían de armonizarse ambas partes.
El 30 de septiembre de 1926 el presidente Plutarco Elías Calles emitió la resolución presidencial que declaraba procedente la solicitud de tierras de los vecinos de Columbus, modificándose la resolución del 17 de julio, dotándose solamente 1,158Hs.
POR MARVIN OSIRIS HUERTA MÁRQUEZ