En un estado como Tamaulipas, con una historia reciente tan compleja, el tema de la seguridad merece ser tratado con rigor, es decir, con apego a los datos duros, las estadísticas.
La última publicación de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI, arrojó cifras relevantes sobre la percepción de inseguridad en los municipios de la zona conurbada, que vale la pena revisar con detenimiento, y cruzarlas con los índices delictivos registrados por la Fiscalía General de Justicia.
De acuerdo a la ENSU, en el último trimestre del 2024, un 30.9% de los encuestados en Tampico (los resultados incluyen también a Madero y Altamira) dijeron sentirse inseguros en su ciudad.
La cifra sigue siendo baja en comparación con las otras ciudades del estado que aparecen en la encuesta: Reynosa con un 73.8%, Victoria con un 56.8% y Nuevo Laredo con un 50.2%.
Sin embargo, representó un incremento importante en relación al 20% de la población que percibió inseguridad en la ciudad durante el trimestre julio-septiembre del mismo año.
El asunto es interesante y medirlo tiene su grado de complejidad porque en las estadísticas de la Fiscalía General de Justicia no hay un incremento que justifique este aumento en la percepción ciudadana negativa.
De hecho, en algunos delitos hubo reducciones hacia el fin de año, y en el caso de los homicidios -acaso el de más alto impacto- las cifras se mantuvieron estables.
Cero asesinatos en Tampico y Madero durante el segundo semestre del 2024, y uno solo en Altamira, en el último trimestre.
El robo de vehículos presentó una ligera disminución en Tampico y Altamira, que pasaron de 27 casos a 25, y de 22 a 20 respectivamente, y Ciudad Madero presentó un incremento moderado, al pasar de 15 a 17 robos de vehículos.
Las cifras están muy lejos de lo que ocurre, por ejemplo en Reynosa, el municipio con más alta incidencia, donde hubo 255 robos de automóviles entre octubre y diciembre.
El robo a casa habitación mostró una leve reducción en Altamira, pasando de 13 casos en el tercer trimestre a 8 en el cuarto trimestre del año. Ciudad Madero también registró una ligera disminución, de 5 a 7 casos.
Tampico mantuvo una cifra estable con 14 casos en ambos periodos. A nivel estatal, Reynosa y Victoria encabezaron la lista con 80 y 68 incidentes, respectivamente, en los últimos tres meses del año.
El único delito que sí presentó un alza considerable en la zona conurbada al cierre del 2024 fue el robo a comercios.
Tampico pasó de 49 casos en julio-septiembre a 72 en octubre-diciembre, lo que representa un incremento del 46.9%. Altamira también mostró un alza, de 23 a 38 casos en el mismo periodo. Ciudad Madero duplicó su incidencia, pasando de 19 a 38 casos.
Tanto el país como el estado han desarrollado sistemas muy útiles de medición tanto de los delitos cometidos, como de la percepción ciudadana en torno a su seguridad.
Si las cifras de la Fiscalía no reflejan un alza que explique por qué una mayor parte de la ciudadanía dijo sentirse insegura en el último trimestre, y claramente la zona conurbada no atraviesa una crisis de violencia, bien valdría la pena que tanto los alcaldes Mónica Villarreal, Erasmo González y Armando Martínez, sus equipos, y los integrantes de la Mesa de Seguridad reflexionen sobre el rumbo de la opinión social en torno a este tema tan delicado.
La pregunta no es fácil de responder pero tiene que ponerse sobre la mesa. Están a tiempo.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES