20 abril, 2025

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Tello y sus 40 años dando gusto al paladar de los victorenses

Eleuterio Gutiérrez Hernández nació un Sábado 26 de Mayo de 1945, y es originario del ejido Galeana, municipio de Llera.

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Don Tello y sus 40 años dando gusto a los victoreneses con sus deliciosos e inconfundibles tacos.

Eleuterio Gutiérrez Hernández nació un Sábado 26 de Mayo de 1945, y es originario del ejido Galeana, municipio de Llera.

Sus frases como, «en tres minutos ya está comiendo» ó «el coyote come de todo» lo caracterizan con su siempre sonrisa al atender.

El próximo 11 de Julio cumple 40 años como taquero, ahora ubicado desde hace 14 años en la esquina de la privada del 9 y 10 Ceros Carrera Torres, justo a media cuadra de donde duró 26 años, frente a la Policía Ministerial.

Sus tacos son un gran gusto para la gente, tanto los de bistek como los mixtos, de bistec, tripa y ubre.

Se hizo taquero gracias a que un amigo de él que se dedicaba a eso lo invito a iniciar el negocio, pues el negocio donde esta a antes había quebrado..

«Paso por la calle y un amigo me habla, y me dice… ‘no quiere poner tacos aquí, los que estaban acaban de quebrar, yo le ayudo’ y pues le dije que sí, y le dí 120 pesos para empezar, y pues así empecé en esto».

Cuenta que llegó a su casa y le contó a su esposa que iban a vender tacos, y a las 5 de la mañana se fue al carretón donde ya estaba listo su amigo con la barbacoa en ese entonces.

Recuerda que tenían una gran filonona y para las 10 de la mañana ya habían acabado, y puros tacos dobles, cuando la taqueria anterior vendia sencillos, recalca.

«Nos fue tan bien que el señor le pague 100 pesos, cuando antes ganaba solo 30 al día. Total, para los 8 menes ya vendíamos 60 kilos de tortillas y 13 cajas de refrescos»

No duró ni dos años con los tacos de barbacoa, y comenzó con los tacos por las noches en el 9 Cerros Carrera.

Gracias a su atención a la clientela le fue tan bien que el 13 de Febrero de 1986 compró su casa, sin ventanas ni puertas, pero con el tiempo la terminó con la ayuda de un cliente que le dejó el trabajo el pagos.

En el mes de Agosto, justo el día 13 pasó pro la agencia Nissan, y vio una camionetita en la rampa, y al preguntar cuanto costaba le dieron el precio de 33 mil 200 pesos, y pidió se la bajaran por que la iba a comprar, y así fue.

Con dicha camioneta empezó a ir a Llera a traer arpillas de cebolla, siendo casa carga de hasta 50 costales, mismas que vendía ya para las 3 de la tarde, y a la par seguía con la venta de tacos.

El día 22 de Noviembre del años 1987 compró la casa donde ahora tiene su negocio de tacos, fue a un señor de Padilla, menciona.

«Nombre, todo te sé, la pin… memoria esta. Con decirte mi maestra se llama Teresa Bernal Guevara, en 1954 me dio clases dos meses en el rancho, y yo le llevaba leña para que hiciera comida en el potrero, y de ahí me daba de comer, ella todavía vive» platica.

En su platica nos hace saber que sus estudios solo son eso, dos meses de escuela, y fue gracias a la maestra que le enseñó, y también lo cuido y alimentó durante ese tiempo, hasta que la cambiaron de rancho y «valió madre Tello», nos cuenta entre risas.

TUVO MAL INFANCIA

En su plática nos cuenta como lo trataba su abuela al grado que no le daban de comer igual que a sus tíos y primos.

«Una vez me dijeron, no se me olvida, ‘usted no tiene mamá, tiene que trabajar para comer’ nomas me nomas me quedé callado y a los 10 días me fui de la casa».

Para los 9 años Tello ya trabajaba de moliendero y ahí se quedó con un señor hasta los 12 años, para después irse a otro rancho. «Ya estaba bien cabr… para trabajar y todavía me volví tractorista».

A los 25 años se enamoró de una muchacha de 15 años de edad del ejido El Guayabo de Llera, con la que se casó y formó su familia. En 1982 emigró a esta ciudad capital, donde completó su familia de 6 hijos, 46 nietos, y 46 bisnietos.

Su esposa lamentablemente falleció a 10 días de cumplir 50 años de casados.

LA GRABADORA MALDITA

Don Tello es amante de la música de Los Alegres de Terán, y su último deseo es que sobre la caja le pongan una grabadora con música de dicho grupo.

Hasta la fecha, quien le ha prometido cumplirle su último deseo, ha fallecido, inclusive familiares y amigos mucho más jóvenes que él.

Por ello es que ya no deja que nadie le ofrezca cumplirle ese último, prefiere dejar libre esa grabadora «maldita».

«Las canciones buenas de Los Alegres de Terán son del año 1948 al 1970» nos cuenta.

Entre las anécdotas menciona que una ocasión se los encontró en la carretera de Llera, y los invitó a comer al pueblo, a la fiesta de un amigo, y llego con ellos al festejo, donde tocaron la mañanitas y cantaron otras canciones.

En el año de 1994 los vio por última vez en la Feria, y también convivió con ellos. Además menciona que es amigo de Catarino Leos, Juan Salazar, Carlos y José.

Por. Jesús Berlanga

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