Hace días comentaba en este espacio que detrás de los embates mediáticos —más que políticos— contra personajes de la Cuatroté en Tamaulipas, estaba el cabecismo residual. Lo sucedido recientemente lo confirma.
Como contexto, en referencia a la campaña por la gubernatura de hace dos años, señalé que los ataques amplificados por la vocería nacional del PAN eran parte de la estrategia cabecista para desgastar a Morena y, en particular, al círculo cercano del gobernador Américo Villarreal Anaya.
Durante aquella campaña, la mayor parte de las acusaciones promovidas por el cabecismo, que tenía como candidato a César “Truco” Verástegui, fueron señalamientos sin sustento contra Américo, hijo del entonces abanderado morenista, así como contra otros personajes.
Traigo esto a colación porque el fin de semana, Jorge Triana, vocero del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, lanzó en redes sociales acusaciones contra figuras de la Cuatroté, sustentadas en información de un medio del norte del país.
Desde el principio, las personas señaladas se deslindaron tajantemente de los señalamientos. Sin embargo, la versión escaló, y la tarde del martes, el Coordinador General de Comunicación Social del gobierno de Tamaulipas, Francisco Cuéllar Cardona, salió a desmentir las acusaciones, ahora dirigidas contra la administración estatal.
En una transmisión, Paco Cuéllar reiteró lo que ya se había dicho días antes: se trata de una estrategia del cabecismo residual que, con versiones sin sustento, intenta dañar la imagen de funcionarios del gobierno tamaulipeco, de la familia del gobernador y hasta del propio Américo Villarreal.
En particular, el rechazo a los señalamientos del medio digital expuso cómo esa empresa ha difundido una narrativa que desde la vocería se ha calificado como falaz, en contra el gobernador de Tamaulipas. No es casualidad que se haya descubierto detrás de esta campaña negativa a Francisco, el exgobernador.
Cuéllar explicó que los autores de esta ofensiva mediática, que ha sido sistemática y calculada, son integrantes de la cofradía cabecista que tuvo el poder absoluto el sexenio pasado.
El sustento de esta revelación se confirmó cuando se hizo más evidente la estrategia, ya que el gobierno estatal aceleró el procesamiento de exfuncionarios estatales, quienes han sido detenidos por la comisión de varios presuntos delitos graves, en perjuicio del erario.
Un dato revelador, le da mayor sentido a la furia cabecista en contra del gobierno estatal es que en tres meses, la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción terminó de armar 790 expedientes con investigaciones que incluyen en presuntos delitos a cerca de 500 exfuncionarios del gobierno de Cabeza de Vaca.
Además, ya son 15 los exservidores públicos enjuiciados y es por eso que se entiende la estrategia de la campaña negra de la cofradía cabecista: El temor de que las instituciones encargadas de procurar justicia y actos de corrupción actúen en su contra, ha hecho que se recurra a todo tipo de acciones, incluyendo la difusión de versiones basadas en especulaciones.
Como lo dijo Cuéllar, en Tamaulipas hay suficientes evidencias de que hay un nuevo clima de respeto a la libertad de expresión, pero no pueden tolerarse mentiras que dañen la imagen y la integridad de las personas, sean funcionarios o no.
Y otro ejemplo de la desesperación del cabecismo es que se ha vuelto a poner como tema de discusión el nombre de Sergio Carmona, el empresario asesinado en San Pedro Garza García hace dos años, a quien desde el ala afín a Francisco se quiere relacionar con Américo y con su hijo.
La realidad, desenmascarada por el funcionario estatal, es que Carmona en realidad fue uno de los patrocinadores de la campaña de Francisco -el exgobernador- cuando buscaba la gubernatura. En el paquere de presuntos beneficiarios con el dinero del fallecido empresario se incluye a Ismael, quien llegó a la Senaduría en 2018.
De acuerdo con la información disponible, existen documentos que relacionan que el verdadero vínculo de Carmona existió con Francisco y sus cercanos, pues durante la pasada administración se le otorgaron millonarios contratos a sus empresas.
Se sabe que, debido a la acelerada acción de la justicia, que busca castigar a quienes cometieron delitos en contra del patrimonio público estatal en la pasada administración, Francisco -el exgobernador-, alberga temor de que él y sus cercanos sean alcanzados por la acción judicial.
A García Cabeza de Vaca se le han hecho numerosos cuestionamientos sobre la forma en la que actuó al frente del gobierno estatal, así como al estilo que se utilizó en el manejo de los recursos públicos, la asignación de contratos, sobreprecio de productos y servicios contratados, entre otras cosas.
Francisco -el exgobernador- ya detectó que los movimientos que se han hecho en el Congreso para tirar los candados legales que se dejaron en el gobierno anterior para tener protección, están reduciendo cada vez más su margen de maniobra.
Y así, la estrategia de atacar a Américo, a su hijo, a otros cercanos, se basa en eso, en el uso de la presunta relación con Carmona, para esconder que en el sexenio cabecista existió un vínculo muy fuerte que terminó mal.
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