2 abril, 2025

2 abril, 2025

Rumorología

GOLPE A GOLPE / JUAN SÁNCHEZ MENDOZA

El rumor es un recurso utilizado por quienes suelen propagar versiones con la aviesa intención de distorsionar la realidad, pues sólo de esta forma los antropófagos contienen la rabia que les produce no acceder a las posiciones que por méritos propios les están negadas.
Es también, el rumor, un mecanismo de comunicación que se reproduce con rapidez entre los grupos formales e informales, llegando incluso a sembrar inquietud y, en ocasiones, obligando al afectado a desmentirlo públicamente.
Por lo general provoca inestabilidad y viene a llenar el vacío que genera la falta de información objetiva en torno a un trance o tema.
Su desplazamiento por el tejido social es paulatino –y en ocasiones efectivo–, por lo que una vez que ha prendido tiene que ser aclarado mediante una estrategia contundente que lo sitúe en su justa y real dimensión.
La fijación de los rumorólogos consiste en acuñar un mensaje o una serie de versiones que tengan consistencia y algo de credibilidad –hasta lógica, según sea el caso–, aunque partan de supuestos y sean contrarios a la verdad, ya que ellos tratan de ganar la atención de la opinión pública. De manipularla y hacerla copartícipe de sus intereses oscuros, sin el menor pudor de que en ello va implícito el engaño, porque es precisamente la hablilla malintencionada su mejor arma para buscar poder.
De ahí que los servidores públicos y políticos, como sus operadores y algunos profesionales de la comunicación, tengan que estar alertas ante cualquier expresión que falte a la veracidad y trate de dañar una imagen pública tergiversando hechos.
Surgido de mentes perversas, el rumor se convierte en un arma que incluso puede llegar a afectar un proyecto político y a la persona que lo encabeza.
Habitualmente el rumor no tiene autoría en lo individual, pero se incuba y reproduce entre los grupos de interés que lo magnifican.
Sobre todo, cuando se trata de nulificar a ‘la presa’ y trazar una ruta hacia el logro de un propósito, normalmente relacionado con el poder.
De esta manera los funcionarios públicos son un excelente caldo de cultivo para que se propaguen verdades a medias o mentiras completas y fluyan de boca en boca hasta prender en el conjunto social.
Más cuando los caníbales desempleados van en pos de huesos con carnita pa’ tener ofrendas qué llevarle a su rey.
Eso lo saben y bien en Palacio.
Así que lo mejor sería leerles la cartilla a todos los funcionarios para que eviten la grilla y se pongan a trabajar en serio y forma.

Trump: desacreditación
La dureza con que Donald John Trump califica al gobierno mexicano por no estar de acuerdo con las acciones policiacas aquí realizadas para enfrentar al crimen organizado, forma parte de su estrategia intervencionista que, por medio de la desacreditación, pretende justificar.
Dicha acometida, por una parte, merece el rechazo y la desaprobación unánime del pueblo y las autoridades gubernamentales y legislativas, pues el tráfico de estupefacientes encuentra su origen, precisamente, en la gran demanda de que diariamente reclaman los viciosos allende el Río Bravo.
Sin embargo, el costo social, como las consecuencias de esa ‘ley del narco mercado’ y su solución, Trump pretende endosársela a nuestro país, que, por culpa de tantos gringos viciosos, injustamente sufre problemas en materia de seguridad pública, criminalidad, violencia y hasta desprestigio.
Además, resulta totalmente reprobable identificar con las instituciones a los funcionarios que de manera individual sucumben ante la tentación de ganancias fáciles provenientes del narcotráfico.
El pueblo de México, en su mayoría, queda al margen, pues pocos son los consumidores, por lo que lejos está de alcanzar los niveles de consumo registrados en territorio yanqui. Y ahí están las estadísticas que no admiten lugar a dudas.
Más todavía: de manera dolosa, el presidente gringo ha encontrado en esas acusaciones un rico filón para presionar a su homóloga mexicana, por estar interesado de que sometamos nuestra soberanía a los dictados de sus corporaciones policíacas como la DEA, CIA y FBI.
En México, la Federación, junto con los estados que la integran, se han convertido en el ‘pararrayos’ que evita una mayor oferta de drogas.
Pero de manera dolosa, el mandatario gringo ha encontrado, en las acusaciones a medias, un rico filón para presionar a nuestro país con el fin de que someta su soberanía a los dictados de sus corporaciones policíacas –como la Drug Enforcement Administration (DEA)–, aunque haya quienes sugieran que tan sólo se trata de un intento encaminado a crear una policía binacional.
Sólo que en esta ocasión la inquilina de Palacio Nacional advirtió, de cara al mundo entero, que cuando Estados Unidos tenga menos viciosos en su territorio, menos será también el tráfico, pues demostrado está que por la incesante demanda todos los delincuentes quieren utilizar nuestro suelo para satisfacer la glotonería yanqui.

POR JUAN SÁNCHEZ MENDOZA
Correo: jusam_gg@hotmail.com

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