31 marzo, 2025

31 marzo, 2025

Primer auto de vinculación a proceso por violencia vicaria

CULPA IN VIGILANDO / NOHEMI ARGÜELLO SOSA

El pasado lunes se dictó la primera vinculación a proceso por violencia vicaria en Tamaulipas. A más de dos años de la tipificación del delito de violencia vicaria en Tamaulipas, impulsado por el colectivo “Abogadas del Sur” y por la LXV Legislatura del Estado, se logra que un juez determine que existen elementos suficientes que acreditan la violencia vicaria. Hecho que marca un histórico precedente.
La abogada Nury Romero Santiago, quien lideró al colectivo y ahora preside la Barra de Juristas con Perspectiva de Género, A. C., que me honro en integrar, así como las abogadas Lidia Herrera Deantes y Cinthia Aldana Peralta, fueron las abogadas de la víctima, Seydileana Gámez Züñiga, presentes en la primera audiencia de control y primera vinculación a proceso por violencia vicaria, en tierras tamaulipecas.
Después de años de lucha, con base en las pruebas presentadas por las abogadas y un ministerio público de la Fiscalía Especializada en la Investigación de Delitos Contra Niñas, Niños y Adolescentes y de Mujeres por Razones de Género (FENNAM), profesionistas especializados en violencia vicaria, un juez del sur del estado analizó el caso con perspectiva de género y dictó el auto de vinculación a proceso por el delito de violencia vicaria. Nuestro reconocimiento al Supremo Tribunal de Justicia de Estado y a la FENNAM.
El caso de la señora Seydileana es un claro ejemplo de violencia vicaria y del uso indebido de los procedimientos judiciales para separar a una madre de su hijo. Durante diez años, Seydi ha enfrentado un juicio familiar marcado por denuncias falsas en su contra y la instrumentalización de sus hijos en los procesos legales.
Lamentablemente, aún no puede ver a su hijo adolescente; el agresor vicario promovió un amparo para impedir las convivencias por videollamada, con lo que se sigue destruyendo lo poco que queda del vínculo materno-filial, según declaraciones de la Lic. Nury Romero. El niño tenía cinco años cuando fue separado de su madre y se está en vísperas de su cumpleaños No. 15.
Las medidas cautelares que impuso el juez le prohíben al agresor salir de la zona conurbada y acercarse a la víctima o a sus testigos, así como le obligan a firmar cada 30 días. El juez advirtió que el incumplimiento de estas medidas derivaría en la imposición de prisión preventiva.
Actualmente, la tutela del menor la ostenta provisionalmente una hermana del agresor. Sin embargo, con esta vinculación a proceso, se espera que el Juzgado Segundo Familiar cuente con los elementos necesarios para ordenar la restitución del adolescente a su madre.
La Barra de Juristas con Perspectiva de Género, en voz de su presidenta, ha comunicado que tiene un registro de al menos 70 casos en la zona sur del estado, además de denuncias en Reynosa, Matamoros, Nuevo Laredo y Victoria.
En Tamaulipas, la pena por el delito de violencia vicaria oscila entre cuatro y ocho años de prisión, pero bien sabemos que es un castigo que se queda corto frente al daño que sufren la madre y sus pequeños. Ni siquiera la pena máxima podrá reparar el daño y el sufrimiento que han soportado, durante una década, Seydi y su hijo.
Este caso representa un hito en la justicia tamaulipeca, al ser el primer auto de vinculación a proceso por violencia vicaria. Un paso más para garantizar el derecho a una vida libre de violencia.
¿Usted qué opina?

POR NOHEMI ARGÜELLO SOSA

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