Tamaulipas ha conseguido avances significativos en la generación de energía limpia y en la integración de fuentes renovables, advierte el informe “Los ángulos de la transición energética” de México Evalúa.
Para consolidar su papel en la transición energética, el estado debe implementar políticas que generen estabilidad y confianza entre los inversionistas, mediante marcos regulatorios claros y eficientes.
La colaboración entre el gobierno estatal, el sector privado y la sociedad civil será clave para fortalecer la infraestructura, mejorar la regulación y fomentar una mayor participación ciudadana en el proceso de transformación energética.
En definitiva, advierten especialistas, Tamaulipas tiene el potencial de liderar la transición energética en México, pero para lograrlo debe enfrentar los desafíos pendientes con estrategias claras y sostenibles.
Sin embargo, persisten desafíos estructurales, como la ausencia de un monitoreo continuo de emisiones de GEI, la pobreza energética y la incertidumbre en el entorno económico y regulatorio.
El informe destaca que, aunque la inversión extranjera directa (IED) en el estado ha disminuido, la capacidad fiscal federal para el sector energético ha aumentado.
Asimismo, Tamaulipas ha avanzado en la instalación de plantas generadoras de energía limpia y en la adopción de vehículos eléctricos e híbridos, reflejando una transición gradual.
Tamaulipas es el segundo mayor productor de energía eólica en México, posicionándose como un actor clave en la generación de energías renovables. En 2015, contaba con solo cinco centrales de generación sin uso de combustibles fósiles, pero para 2021, el número de centrales se incrementó a 20, con una capacidad total de 2,313.1 MW.
El estado también ha impulsado la generación distribuida, con un notable crecimiento en el número de solicitudes de interconexión de centrales eléctricas con capacidad menor a 0.5 MW. En el mercado eléctrico, el estado ha mejorado su competitividad, reduciendo los costos en el mercado mayorista, aunque las tarifas residenciales han aumentado nominalmente, pero disminuido en términos reales.
El consumo de electricidad ha crecido, al igual que la participación del sector privado en el sistema eléctrico. No obstante, persisten desafíos.
Aunque la información sobre emisiones de GEI sigue siendo limitada, la sequía ha empeorado en los últimos años, afectando a gran parte del territorio tamaulipeco. Asimismo, el consumo de combustibles ha fluctuado, con un incremento en el uso de gasolinas y una disminución en diésel y turbosina.
Para fortalecer su infraestructura energética, en 2023 se creó la Secretaría de Desarrollo Energético (Sedener), enfocada en el aprovechamiento sustentable de los recursos energéticos del estado.
Tamaulipas también cuenta con legislación complementaria que promueve el uso eficiente de la energía y la transición hacia fuentes renovables.
Dentro de los programas implementados destacan el Programa de Fomento y Aprovechamiento Sustentable de la Energía, el Programa de Vivienda Social en la Modalidad de Mejoramiento Integral Sustentable, la Beca Mujer Solar Tamaulipas, el programa Voluntad Tamaulipeca y el Instrumento de Promoción para la Transición Energética (IPTE).
A pesar de los esfuerzos y logros en el sector, el estudio señala que existen aún obstáculos que deben superarse para consolidar la transformación energética.
Tamaulipas es la 12ª economía de México, con un Producto Interno Bruto (PIB) de 896,649 millones de pesos en 2022. Su economía se basa principalmente en la industria manufacturera, seguida del comercio al mayoreo y menudeo. Sin embargo, la entidad ha experimentado fluctuaciones económicas.
El estado cuenta con la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma) y un Programa Estatal de Cambio Climático (PECC) que orientan las acciones para la mitigación de los efectos del cambio climático. Entre las iniciativas destacadas se encuentra la Red Estatal de Centros de Educación y Vigilancia Climática Global, enfocada en la sensibilización ambiental.
Además, en diciembre de 2023 se implementó un impuesto al carbono dirigido a empresas que emiten más de 25,000 toneladas de gases de efecto invernadero (GEI), y el estado mantiene vigente el Programa de Gestión para Mejorar la Calidad del Aire 2018-2027 (ProAire).
LA PRODUCCIÓN ENERGÉTICA
Con más de 13 parques eólicos y 500 aerogeneradores instalados, el estado es el segundo mayor productor de energía eólica en México, solo detrás de Oaxaca.
Sin embargo, este desarrollo apenas representa el 7% del potencial eólico del estado. El Altiplano tamaulipeco, con niveles de radiación solar un 30% superiores al promedio nacional, es una zona clave para el desarrollo de proyectos fotovoltaicos.
Según el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN), Tamaulipas podría contribuir con entre 8 y 10 gigawatts de energía renovable adicional para 2030. Sin embargo, el principal desafío radica en la saturación de la infraestructura de transmisión eléctrica.
Actualmente, el estado lidera la capacidad eléctrica instalada en México, con más de 8,000 megawatts, pero los proyectos en cartera, incluidos 20 de energía renovable, requieren inversiones significativas en líneas de transmisión.
La mejora de la infraestructura energética es un eje central en la agenda estatal. Actualmente, hay cinco proyectos estratégicos en marcha, con una inversión de 9,100 millones de pesos.
Entre ellos destaca la línea Huasteca-Nuevo León, cuyo proceso de licitación se retomará con condiciones más atractivas.
Estos proyectos buscan no solo conectar la energía renovable generada en el estado a la red nacional, sino también es el segundo mayor productor de energía eólica en México.
POR STAFF