24 marzo, 2025

24 marzo, 2025

Un viaje a su sueños

Día a día Grecia recorre poco más de 50 kilómetros para entrenar softbol; desde Padilla a Victoria, busca emular a sus ídolas Edith de Leija y Abigail Botello.

CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- El sol comienza a bajar en el horizonte mientras Grecia Mancilla con apenas 10 años, ajusta las correas de su mochila… Ahí dentro lleva sus guantes, su uniforme y sus zapatillas de softbol, pero también algo más: un sueño que la hace viajar más de 40 minutos desde su hogar en un ejido La Soledad de Padilla hasta Ciudad Victoria.

A su lado, como siempre, está su abuelo, Juan Carlos, el hombre que ha sido su guía dentro y fuera del diamante. Juntos han recorrido este camino una y otra vez, sorteando la carretera y los vehículos que a veces la intimidan, pero que jamás han sido un obstáculo para su determinación y buscar su sueño.

Después de 40 minutos de viaje, el horizonte de Ciudad Victoria empieza a hacerse más cercano. Por fin llegaron a su destino: la Villa Olímpica de Tamatan. El motor del vehículo se apaga y Grecia, siempre con una sonrisa, se prepara para la siguiente etapa de su día.

A su llegada, se despide de su abuelo, quien se dirige a entrenar a otros niños, mientras ella se prepara para su entrenamiento. Él, con la mirada llena de orgullo, le desea éxito, sabiendo que cada paso que da en ese campo es un paso más hacia sus sueños.

“Pues todos los días voy a la escuela, llego a la casa, descanso, me vengo, entreno y después de regresar hago tarea”, cuenta con naturalidad, como si aquello no significara un sacrificio extraordinario para una niña de apenas 10 años.

Y más aún cuando tiene en su boleta de calificaciones un 9.7 de promedio, “trato de cumplir con mis trabajos, hago todas las tareas, pongo atención a clases, y pues realmente no estudio mucho, solo repaso y pongo atención y con eso. Me gusta mucho el español por las letras”, explica sin darse cuenta el gran logro que hace.

Su familia es su gran apoyo. Sus abuelos, sus tíos y tías han sido la base de su esfuerzo, pero hay alguien en especial que marcó su camino en el deporte: su abuelo.

El señor Juan Carlos, desde siempre ha sido un amante del béisbol, por lo que en su natal Padilla tuvo equipos. En una ocasión tuvo un equipo infantil, y sin querer, por ello comenzó la carrera de Grecia en el deporte.

“Mi papá (abuelo) tenía un equipo de béisbol, entrenaba a niños y pues a mí me llamó la atención. Me metió y yo estaba con él. Un día venimos a Victoria, aquí a la Villa, jugamos y el profe Botello me vio. Me invitó para que jugara softbol”.

En un chispazo de la vida, cambió todo. El Softbol se volvió su bálsamo, su refugio y en su más grande pasión.

“Ha sido bonito jugar y entrenar aquí, agradecido con el profe Botello, con los demás entrenadores por la oportunidad y lo que me han enseñado”, puntualizó.

Los viajes constantes no han sido fáciles, y en algún momento sintió miedo por el camino y los carros. Pero su pasión por el softbol la impulsó a seguir adelante.

Y mejorar es lo que ha hecho. No sólo se ha consolidado como una jugadora destacada en las Rockies de la Villa Olímpica de Ciudad Victoria, sino que ha brillado en torneos nacionales.

En Copa Jalisco 2025, no solo fue pitcher campeona, sino también la lanzadora con más ponches del torneo, un logro que la colocó en la mira de muchos.
Ese crecimiento la llevó a dar el siguiente paso: ya forma parte de la Selección Tamaulipas, donde ha representado al estado en distintos torneos nacionales, el primero de ellos lo recuerda como un antes y un después.

“Me sentí nerviosa y feliz de vivir mi primer torneo. Me motivó mucho, pues no me fue bien, pero realmente no había jugado softbol, tenía poco tiempo. Entonces me motivó a entrenar”.

En cada entrenamiento se inspira en quienes admira, como lo son las tamaulipecas Abigail Botello y Edith de Leija, jugadoras que incluso han entrenado con ella.

“A las que más admiro es a Edith de Leija y Abigail Botello, y también mi profe. A ellos los veo en los entrenamientos. ‘Beba’ me entrena. Me motiva ser como ellos, porque saben mucho y han logrado muchas cosas”.

Pero su sueño es claro. Algún día quiere llegar a la Liga Mexicana de Softbol, y cuando lo haga, quiere que su familia esté ahí para verlo.

“Me gustaría jugar en la Liga Mexicana de Softbol. Quisiera que estuvieran ahí mis abuelos, mi familia y mis amigos. Tengo que ir paso a paso, mejorar. Es difícil, pero hay que seguir entrenando”, dijo.

Y para sus abuelos, su mensaje es simple pero lleno de amor: Gracias por apoyarme, los quiero, son importantes por impulsarme en ser mejor”, comentó.

Más allá del softbol, hay otro sueño en su corazón, y es que además de ser jugadora profesional, quiere ser una profesionista, mantener las buenas calificaciones y llegar a ser médica.

“Me gustaría ser doctora, me llama la atención ayudar a los demás. Quiero cumplir mis sueños”, concluyó.

Grecia Sofía sigue su camino, con su mochila al hombro y el apoyo de su abuelo a su lado. Su historia apenas comienza, pero cada viaje a Ciudad Victoria es un paso más hacia su destino.

El camino de vuelta es el mismo: 40 minutos entre luces de autos y el murmullo de la carretera. Pero algo es distinto. Cada noche, Grecia regresa un poco mejor, un poco más fuerte, un poco más cerca de su sueño.

Mañana volverá a cargar su mochila. Mañana volverá a despedirse de su abuelo. Mañana volverá a entrenar. Porque su historia apenas comienza, y en cada viaje, en cada lanzamiento, está construyendo el camino que algún día la llevará a lo más alto.

Por Daniel Vázquez
Expreso-La Razón

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