El informe que el sábado al mediodía rindió en Tampico el gobernador Américo Villarreal Anaya, fue un acto de variados e importantes mensajes políticos, además de los que en términos de asuntos públicos se derivaron del evento.
Al llegar a dos años y medio de la administración, hacer el alto en el camino sirve para hacer un balance objetivo de lo realizado en este tiempo y para ir entendiendo la visión de lo que se busca hacer en lo que resta del sexenio.
Américo llegó al tercer informe con un avance bastante notable en materia de obra pública y en el mejoramiento de las condiciones de vida de la gente, por la aplicación de una estrategia que tiene en los programas sociales, la base de sus acciones.
El evento no fue solo un recuento de cifras y logros administrativos. Fue, ante todo, un mensaje político contundente. La decisión de realizarlo en Tampico, en donde gobierna Mónica Villarreal Anaya, no fue casual. Representó un gesto de cohesión, pero también una declaración de intenciones: el sur del estado tiene un papel fundamental en la nueva era de Tamaulipas.
Desde su llegada al gobierno, Américo Villarreal ha insistido en que la Cuarta Transformación no es solo un cambio de partido en el poder, sino una verdadera reconfiguración del modelo de gobierno.
Los datos lo respaldan, pues de acuerdo con las cifras oficiales, Tamaulipas dejó atrás la parálisis de administraciones anteriores y se ha convertido en un pilar del desarrollo nacional. La presencia de gobernadores, funcionarios federales y representantes de la presidenta Claudia Sheinbaum en el evento confirmó ese respaldo.
El discurso del gobernador no solo destacó avances en materia social y económica, sino que puso sobre la mesa proyectos estratégicos que consolidan a Tamaulipas como un punto clave en el desarrollo del país.
Entre las obras más relevantes que están en marcha se encuentran la modernización del Puerto del Norte, la construcción del segundo puente del ferrocarril en Nuevo Laredo, aumentando su competitividad en la principal puerta del comercio internacional del país, así como proyectos como la reubicación del gasoducto en Reynosa.
A la par, se han destinado recursos para la rehabilitación y ampliación de la infraestructura carretera, con el objetivo de mejorar la movilidad y la seguridad en las principales rutas comerciales y turísticas. Entre estas obras destaca el avance de la carretera Mante-Ocampo-Tula que conectará a la zona sur con el centro y Bajío, teniendo como punto central al puerto de Altamira.
En el sector energético, Tamaulipas está dando pasos firmes para consolidarse como un líder en generación de energía. La instalación de la planta de licuefacción de gas natural de New Fortress Energy en Altamira representa una inversión clave para la región, que atraerá capital extranjero y fortalecerá la posición del estado en el sector energético global.
Más allá de las grandes inversiones y obras de infraestructura, el gobierno estatal ha puesto énfasis en la sustentabilidad y la calidad de vida de los ciudadanos. La rehabilitación de manglares en Soto la Marina y Aldama
En materia hídrica, el gobierno no ha sido ajeno a la crisis que ha afectado a más de 800,000 habitantes del sur del estado, pero el plan para la construcción del dique El Moralillo y la modernización de la infraestructura hidráulica son medidas concretas que buscan garantizar el abasto de agua en una de las regiones más vulnerables al cambio climático. En eso hay grandes avances y se espera que este año comience a trabajarse en su definición, para estar en condiciones de enfrentar mejor los problemas como el registrado el año pasado con la crisis hídrica.
La educación tampoco ha quedado fuera de la transformación, pues el relanzamiento del programa de útiles y uniformes escolares ha beneficiado a más de medio millón de estudiantes, un apoyo directo a las familias tamaulipecas que ayuda a reducir la deserción escolar y mejorar las condiciones de aprendizaje.
Los avances en seguridad, infraestructura, desarrollo económico y sustentabilidad dejan en claro que Tamaulipas ha cambiado. De ser una entidad sumida en la inseguridad, la corrupción y el rezago, ahora se erige como un modelo de desarrollo y gobernanza.
La sintonía entre el gobierno federal y el estatal no solo garantiza estabilidad, sino que abre la puerta a nuevas oportunidades de crecimiento, pues la decisión de realizar este informe en Tampico es un mensaje claro: el sur del estado ya no es una región olvidada, sino una pieza clave en la transformación de Tamaulipas.
El gobernador Américo Villarreal Anaya ha marcado distancia con las prácticas del pasado, y los resultados comienzan a hablar por sí mismos. La transformación no es solo un eslogan político; es una realidad tangible que está cambiando el rostro del estado y reforzando su papel como protagonista en el México del futuro.
Algunos de los datos duros que ejemplifican con claridad el avance en estos dos años y medio de gobierno, son el incremento del 141% en el salario de los trabajadores con menores ingresos, así como la recuperación de más de dos mil pagos de utilidades y aguinaldos que estaban sin resolver por temas relacionados con falta de justicia laboral, mientras que en materia de seguridad, los homicidios dolosos han bajado un 28%, el secuestro un 18% y el robo a casa habitación un 12%, en comparación con administraciones anteriores.
ESCOTILLA
El tercer informe de gobierno de Américo también fue ocasión propicia para ver desfilar a personajes que parecen estar de vuelta en el escenario político: Andrés Zorrilla Moreno, exalcalde de Ciudad Madero, Guillermo Martínez, exvocero y asesor de Egidio Torre Cantú, fueron dos de los invitados al evento.
Los hermanos Canturosas -Carlos y Carmen Lilia-, también fueron buscados por medios y políticos en su calidad de diputado federal y Alcaldesa de Nuevo Laredo respectivamente, sobre todo ahora que ya tienen un operador político en la zona.
Ya habrá oportunidad de platicar más al respecto. Por lo pronto, el principal mensaje político es el respaldo del gobierno de Américo a la administración de Mónica, algo que le viene bastante bien.
Por. Tomás Briones
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