El chocolate es uno de los alimentos más populares y apreciados en el mundo, pero no todos los tipos de chocolate son iguales. Existen diferencias entre el chocolate de leche, amargo y blanco, tanto en su composición como en sus beneficios para la salud y usos.
En cada parte del mundo se utilizan de diferentes maneras, en la gastronomía mexicana es un ingrediente muy apreciado y utilizado, tanto en la cocina dulce como en la salada. Las cualidades de cada uno es lo que permite que se puedan utilizar para diversos platillos.
¿Cómo se hace el chocolate?
El chocolate se elabora a partir de las semillas del cacao, pasando por varios procesos hasta convertirse en el producto final. Todo comienza con la recolección de las mazorcas de cacao y se extraen las semillas.
Las semillas se fermentan durante varios días para desarrollar su sabor característico. Después estas semillas son secadas al sol y se tuestan para resaltar su aroma y sabor. Para el siguiente paso se retira la cáscara, dejando solo las semillas de cacao.
Las semillas de cacao se muelen hasta formar una pasta, esta se mezcla con otros ingredientes como azúcar, leche en polvo (para el chocolate con leche) y manteca de cacao. La mezcla se somete a un proceso, que la hace más suave y homogénea.
Se enfría y calienta el chocolate de forma controlada para darle una textura brillante y firme. Finalmente, se vierte en moldes y se deja enfriar hasta solidificar. Este proceso da como resultado las tabletas de chocolate que consumimos, las cuales pueden usarse para preparar postres, bebidas y otros productos.
¿Qué ingredientes tiene el chocolate?
Chocolate amargo: el chocolate amargo, también conocido como chocolate negro, es el que contiene el mayor porcentaje de cacao. Para que un chocolate se considere amargo, debe tener al menos un 50-70% de cacao, aunque algunos pueden alcanzar hasta el 90-100%.
No contiene leche y su cantidad de azúcar es mínima o nula, lo que le otorga un sabor intenso y característico. Está elaborado con pasta de cacao, manteca de cacao y azúcar en muy pequeñas cantidades.
Chocolate de leche: es el más consumido a nivel mundial. Su composición incluye cacao, leche y una mayor cantidad de azúcar que el chocolate amargo, lo que le da un sabor más dulce y una textura cremosa. Contiene entre un 25% y un 40% de cacao, por lo que su concentración de antioxidantes es menor que la del chocolate amargo.
Está elaborado con pasta de cacao (en menor cantidad que el chocolate amargo), manteca de cacao, leche en polvo y azúcar.
Chocolate blanco: el chocolate blanco no contiene pasta de cacao, sino solo manteca de cacao, lo que le da su característico color claro y un sabor más dulce y cremoso. Al no contener cacao sólido, carece de los antioxidantes que sí están presentes en el chocolate amargo y de leche.
Está elaborado con manteca de cacao, azúcar, leche, emulsionantes y saborizantes.
CON INFORMACIÓN DE EXCÉLSIOR