Hace algunas columnas mencionaba la importancia de tener resultados para dar credibilidad a los proyectos, al menos desde la visión de los directivos. No se trata solo de complacer a los dueños de los equipos, sino de responder a una sociedad que vive bajo la premisa de la inmediatez, donde todo se espera en cuestión de minutos. Sin embargo, sigo convencido que los proyectos sólidos, las estructuras bien definidas y las organizaciones que alcanzan el éxito de forma constante lo hacen porque han madurado, siguiendo un plan estratégico integral que involucra todas sus áreas.
Esta semana nuestra selección mexicana tuvo su participación en la Liga de Naciones de Concacaf lograndoun buen resultado, con un rendimiento cuestionable como lo menciona Javier Aguirre en entrevista post partido, dondereconoció que, si bien México anotó los goles, Canadá fue superior en varios momentos del encuentro.
A mi parecer el funcionamiento que se tuvo frente a Canadáno fue el más óptimo, México contó con la fortuna de encontrarse con un gol tempranero y otro más con un buen disparo de pelota parada haciendo su segundo gol RaúlJiménez quien atraviesa por un excelente momento; si alguien que no tuvo la oportunidad de ver el partido pensaría que nuestra selección con este marcador fue arrollador, pero si analizamos fríamente lo que fueron los rendimientos de cada equipo me parece que Cánada fue más sólido en sus fases de juego.
En sus inicios de juego llamados técnicamente en el fútbol que es como sacaban la pelota ya que tenían mucha dinámica, estrategia, movilidad para poder generar superioridad numérica y a si tener claridad en los ataques, fueron más intensos incluso en la presión coordinada que ejercían en la salida de México quitando muchas pelotas e imposibilitando la posesión de balón de nuestra selección, el partido se tuvo que tornar ríspido por muchos cortes de jugada a través de faltas por toda la cancha de ambos equipos, esto no daba fluidez al partido como tal si no que cortaba el juego efectivo de este.
Posteriormente, llegó la final ante Panamá, un equipo más cauteloso que, a diferencia de Canadá, cuenta con un plantel más limitado, pero muestra mayor orden táctico. Su estrategia se centró en esperar a la selección mexicana en campo propio, evitando ejercer presión alta. En términos generales, el partido fue más equilibrado. Si bien México mostró más herramientas para llevarse el título, no logró imponer una superioridad clara sobre el terreno de juego. Lo más importante, al final, fue el resultado: una selección mexicana que se consagra campeona de la Liga de Naciones de la Concacaf.
Ser campeón siempre ayuda: refuerza la confianza del grupo y le da respaldo al proyecto frente a los dirigentes. Sin embargo, de cara a la próxima justa mundialista, el análisis del rendimiento es clave para obtener una retroalimentación que permita mejorar todos los aspectos que involucra el juego, tanto en lo técnico como en lo táctico. Como bien sabemos, en un Mundial los equipos sudamericanos y europeos suelen ser los más fuertes, y los asiáticos, por su parte, siempre aportan elementos distintos que sorprenden en cada edición.
Por ello, hoy en día se cuenta con múltiples recursos cuantitativos que permiten evaluar con precisión el desempeño real de un equipo y determinar si realmente fue superior durante un partido.
Es cierto que los encuentros se ganan con goles, pero cuando se trata de torneos largos o competencias de gran magnitud, es fundamental obtener una retroalimentación detallada del funcionamiento colectivo. Todo esto se puede medir: pases acertados, progresiones, llegadas al arco, expectativa de gol a favor y en contra, distancias entre líneas, kilómetros recorridos por los jugadores, entre otros indicadores clave.
Al final, eso es lo bonito del fútbol: aquí dos más dos no siempre son cuatro. El juego está lleno de variantes, detalles y factores que no siempre se pueden controlar. Pero lo que sí está claro es que un equipo bien entrenado en cada una de sus fases estará mucho más cerca de alcanzar rendimientos altos y, con ello, una mayor regularidad en la competencia.
Nos leemos la próxima semana. ¡Buena vibra para todos los que nos leen!.
POR FRANCISCO CORTEZ