7 abril, 2025

7 abril, 2025

¿Qué sociedad hemos creado?

EL FARO/FRANCISCO DE ASÍS

Un hombre es asaltado en plena calle. Grita pidiendo ayuda, pero los transeúntes siguen su camino. Algunos graban, otros bajan la mirada. Nadie interviene. Y ni siquiera llaman a la policía. No es solo indiferencia: es miedo. Miedo a ser las próximas víctimas. Miedo a que la autoridad esté del lado del agresor. Cuando una sociedad teme más a quien debería protegerla que al criminal, el tejido está profundamente dañado.

Este ejemplo refleja algo mayor: una sociedad que ha normalizado el egoísmo, la desconfianza y la resignación. Mirar hacia otro lado se volvió más cómodo que involucrarse. Protegerse a uno mismo es más importante que ayudar al otro.

Nuestra sociedad ha cambiado drásticamente. Pasamos de estructuras autoritarias a democracias más inclusivas. Pero también dimos pasos atrás. Hoy enfrentamos una crisis que amenaza con desmoronar la convivencia.

El debilitamiento del estado de derecho, la corrupción y el crimen organizado no son eventos aislados; son consecuencia de la tolerancia social. Pero ¿qué papel jugamos nosotros?

— Cuando pagamos una “mordida” para evitar una multa, contribuimos.
— Cuando justificamos la corrupción porque “así ha sido siempre”, contribuimos.
— Cuando votamos sin informarnos, o premiamos la mentira, contribuimos.
— Cuando decidimos no involucrarnos ante una injusticia, también contribuimos.
No basta con culpar a los gobernantes. La descomposición también viene de la indiferencia cotidiana, de cómo educamos con nuestro ejemplo.

Cada generación ha sido moldeada por su tiempo. Según William Strauss y Neil Howe, estos han sido algunos valores predominantes y su declive:
— Generación de Hierro (1880-1900):Es un grupo de personas que han superado adversidades y desafiado las reglas de la naturaleza. Con valores de amor, respeto, familia, trabajo duro, disciplina, honor, sobrevivencia.

— Generación del Silencio (1901-1927): Sus valores eran la lealtad, la disciplina y el respeto, sacrificio y patriotismo. Además de ser tradicionalistas y modestos, buscando la seguridad y el trabajo duro.
—Baby Boomers (1946-1964): El trabajo duro, la disciplina, la lealtad, el optimismo, la familia y el logro, valores moldeados por la prosperidad económica y los cambios sociales de su época.

— Generación X (1965-1980): La independencia, el pragmatismo, la responsabilidad personal y la estabilidad laboral
— Millennials (1981-1996): La autonomía, la colaboración, la transparencia, la sostenibilidad, el compromiso social, la flexibilidad laboral y la experiencia sobre la posesión material.

—Generación Z (1997-2012): Conexión digital, a autenticidad, la diversidad, la tecnología y la sostenibilidad, buscando experiencias significativas y un impacto social.
— Generación Alfa (2013-presente): Hiperconectividad, inmediatez, fragilidad emocional.

De hecho a las personas nacidas a partir del año 2000 se les conoce como la generación de cristal. Término acuñado por la filósofa Montserrat Nebrera para describir la fragilidad emocional de estos jóvenes.
Paralelamente, la economía de consumo transformó nuestros valores. Como decía Erich Fromm, pasamos de una sociedad del “ser” a una del “tener”. El individualismo y la corrupción se ven como estrategias para el éxito.
La estupidez colectiva: un enemigo invisible.

Dietrich Bonhoeffer, filósofo que enfrentó al nazismo, alertó sobre la estupidez como una amenaza mayor que la malicia. La malicia se combate; la estupidez, cuando se normaliza, es casi invencible. Se instala cuando dejamos de pensar y cuestionar, cuando aceptamos la mentira como verdad.

¿No estamos viviendo eso? Populismos que polarizan, discursos vacíos que conquistan multitudes. Personas comunes que se vuelven cómplices por miedo, comodidad o ignorancia.

También existen ejemplos positivos. Algunos países han construido sociedades más sólidas gracias a sus valores:
— Países nórdicos: Transparencia y confianza.
— Japón: Disciplina y responsabilidad.
— Canadá: Inclusión y derechos humanos.
Cuando una sociedad rechaza la corrupción y educa con valores, el bienestar es posible.

Si no cambiamos, ¿qué nos espera?
— Una sociedad sometida por el crimen, donde la ley no existe.
— Gobiernos autoritarios que se aprovechan del caos.
— El colapso de la justicia, la solidaridad y la confianza.
Y tú, ¿qué vas a hacer?

Este no es un problema ajeno. Es tu realidad y la de tus hijos.
Cada acción cuenta. Puedes seguir justificando la corrupción, o puedes actuar: informarte, educar con valores, exigir justicia, y no ser parte del problema.
Los países no colapsan por un dictador. Colapsan porque sus ciudadanos lo permiten.
La gran pregunta es: ¿Tú qué vas a permitir?

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