En los últimos meses, y en diversos medios, se ha comenzado a generar preocupación por el panorama económico en nuestro país. Las palabras “aranceles”, “tensiones comerciales”, y, en últimos días “recesión” aparecen con mayor frecuencia en las noticias. Pero, ¿qué es lo que implican estas palabras en la economía de los hogares?
Al abordar el tema de la recesión, el Indicador IMEF (Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas) muestra una contracción económica desde el último trimestre de 2024, lo que advierte que, en caso de que el producto interno bruto muestre caída durante tres trimestres consecutivos.
Este panorama de recesión, implica que la economía crece poco o no crecerá, por lo que las empresas venden menos, invierten menos y, en consecuencia, podría haber restricciones de empleo; lo que afecta directamente el ingreso de las familias y su capacidad de gasto y/o ahorro.
Este panorama se agrava por la incertidumbre que ha generado Estados Unidos —principal socio comercial— ante los cambios en su política comercial, lo que provoca dudas entre los inversionistas y genera volatilidad en los mercados financieros.
El tema de los aranceles, es un tema latente, puesto que se podrían encarecer los productos mexicanos para los consumidores estadounidenses, pero también afecta a los productores mexicanos, puesto que muchos de ellos dependen del mercado de exportación.
Mientras que, en relación con la volatilidad en los mercados financieros, los aranceles han provocado una caída en la plusvalía en 73 por ciento, lo que se debe a la caída de las bolsas de valores internacionales y la incertidumbre que se genera en los mercados.
Aunque, cabe mencionar que las inversiones en Afores son de largo plazo y estas caídas no son una pérdida definitiva del valor. Pero, es importante que los trabajadores estén conscientes que el rendimiento de sus ahorros puede variar, derivado de los cambios en el entorno internacional.
Otro dato que refleja la desaceleración de la economía mexicana, es el índice oportuno del consumo privado, publicado por el INEGI. Este indicador mide el gasto de los hogares en bienes y servicios, y, mostró una disminución del 0.7 por ciento mensual en febrero de 2025. Esto indica que las familias en el país gastan menos, probablemente por la incertidumbre o la pérdida de poder adquisitivo.
Este tipo de comportamiento es típico cuando hay miedo a perder el empleo o cuando los precios suben y los ingresos no alcanzan. La caída del consumo también afecta a los negocios y comercios, lo que puede agravar aún más la situación económica.
Ante este panorama, es importante tomar medidas que ayuden a proteger las finanzas del hogar. Algunas recomendaciones prácticas son revisar el presupuesto familiar; evitar nuevas deudas; tener un fondo de emergencia; diversificar los ingresos del hogar; y, mantenerse informado.
Recuerda que, la posibilidad de recesión, la imposición de aranceles y la caída del consumo, muestran un panorama complejo para la economía mexicana. Por lo que, en consecuencia, los bolsillos pueden resentir la incertidumbre de este contexto.
POR ANGÉLICA GONZÁLEZ LÓPEZ