7 mayo, 2025

7 mayo, 2025

Capacitar para Fiscalizar

CUENTAS CLARAS / FRANCISCO NORIEGA OROZCO*

La fiscalización en Tamaulipas se mueve ya en otra dirección. Una más rigurosa, más exigente y profesional. Detrás de este proceso, no sólo hay nuevas herramientas técnicas, mejores resultados, iniciativas de reforma y nuevos estándares de fiscalización: No, no sólo eso, hay también una apuesta profunda por formar capacidades, tanto en quienes revisan como en quienes son revisados.

Durante mucho tiempo, la revisión del gasto público fue un acto casi mecánico, con informes que pocos leían y observaciones que casi nadie atendía. El problema no era únicamente la desatención o negligencia; era también de desconocimiento, improvisación y falta de preparación técnica.

Hoy, la Auditoría Superior del Estado (ASE) está construyendo un nuevo eje: capacitar como estrategia institucional, porque en la rendición de cuentas, lo técnico y lo ético van de la mano. Y quien no se capacita, no puede decir que no sabía.

En este modelo, la ASE se ocupa de elevar la calidad profesional de los actores involucrados. La lógica es clara: mientras se fortalecen las sanciones y aumentan las denuncias —como lo prueban las 45 denuncias penales presentadas en 2024, el doble de las registradas en los ocho años anteriores—, también se expande un ecosistema de formación, que está fortaleciendo el surgimiento de una nueva cultura.

La capacitación ha alcanzado ya a más de 300 funcionarios de los distintos ayuntamientos. Asimismo, también fueron llevadas a cabo reuniones informativas con diferentes Entes Sujetos de Fiscalización del Estado con el objetivo de orientarlos. A la par de que se están formando nuevas generaciones de auditores desde las universidades públicas y en instituciones de nivel medio superior con orientación técnica. El futuro de la nueva fiscalización se está gestando desde las aulas.

Como ha señalado el Auditor Superior de la Federación, David Colmenares: “No puede haber fiscalización eficaz sin un proceso continuo de formación técnica. Capacitar no es un gasto, es una inversión pública en legalidad.”

La visión es doble: profesionalizar hacia adentro e impulsar la formación hacia afuera. Auditores mejor preparados, con criterios actualizados, metodología y principios éticos firmes. Pero también entes fiscalizados con herramientas que les permitan cumplir y no solo justificar.

Capacitar no es un complemento. Es la base de la nueva fiscalización. No hay auditor confiable sin formación continua. No hay servidor público competente si no conoce la ley que lo rige ni los estándares que debe cumplir.

Y es que no se puede exigir lo que no se enseña. Ni se puede corregir lo que no se comprende. Por eso, la ASE ha empezado a construir una nueva cultura fiscalizadora que reconoce que detrás de cada observación técnica hay un funcionario, un responsable financiero, un contralor o un alcalde, que muchas veces nunca recibió preparación real para enfrentar esa tarea.

La nueva lógica no es la del castigo automático, sino la del conocimiento como blindaje, donde se despliega una agenda de consolidación institucional que apunta a lo más difícil: cambiar mentalidades desde la formación.

La apuesta: reconstruir confianza desde el conocimiento. Y eso exige que tanto los entes fiscalizados como los equipos de auditoría hablen el mismo lenguaje. Un lenguaje de cifras, pero también de responsabilidad. De procedimientos, sí, pero también de formación continua.

La transformación está ya en marcha. Porque hay algo más profundo en juego: no se puede construir una nueva etapa de integridad pública sobre viejos hábitos de opacidad, ni sobre improvisaciones técnicas. Y es ahí donde la capacitación cobra valor estratégico.

El mensaje que se está comunicando: ya no se aceptan excusas. Las reglas están claras, y el conocimiento, disponible. Por eso se han fortalecido las sesiones técnicas, y jornadas de capacitación en manejo de evidencia, registros contables y control interno.

Esto no solo busca evitar fallas futuras, sino construir más confianza ciudadana en el sistema institucional. Una auditoría que enseña, además de corregir, es una auditoría que transforma. Y eso es lo que hoy comienza a ocurrir en Tamaulipas.

POR FRANCISCO NORIEGA OROZCO*
*Auditor Superior del Estado

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