En un contexto nacional donde los vientos de transformación han tocado con fuerza todos los ámbitos de la vida pública, el gobernador Américo Villarreal Anaya, ha dejado claro que el sector educativo es la columna vertebral de la transformación.
Como muestra de ello basta repasar los hechos de ayer durante la celebración del «Día del Maestro», en la capital del estado.
En un acto cargado de simbolismo y contenido político, Villarreal Anaya reconoció la entrega y el compromiso del magisterio tamaulipeco y ratificó su alianza institucional con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
La muestra de buena voluntad para colaborar de manera cercana con el magisterio implica tanto a la dirigencia nacional como a la estatal representada por la Sección 30.
Américo reconoció que la educación es la llave de acceso a un derecho que abre caminos a la igualdad, a la prosperidad, a la libertad, a la formación de ciudadanía, por lo que en ese contexto, el papel de las y los maestros es insustituible.
Para darle mayor fuerza a la postura de Américo y del compromiso del gobierno estatal con los maestros, el evento reunió a Juan Antonio Rodríguez, representante del dirigente nacional del SNTE, a Alfonso Cepeda Salas y a Arnulfo Rodríguez Treviño, secretario general de la Sección 30.
En ese encuentro en el que se ratificó la relación construida con base en el respeto, el diálogo permanente y la visión compartida, se refrendó que con la educación fortalecida será posible consolidar un mejor futuro para Tamaulipas.
Lo que dijo el gobernador recuerda que en su gobierno se ha trabajado para dignificar la labor docente desde distintos frentes.
El mejoramiento salarial, la entrega oportuna de prestaciones, la atención a jubilados y pensionados, y la cercanía con el magisterio a través de la Secretaría de Educación, son realidades palpables que hablan de un compromiso sostenido.
Además, yendo más allá en la seriedad con la que se quiere mantener la relación con él magisterio, recientemente se designó a Miguel Ángel Valdez García, como nuevo titular de la Secretaría de Educación.
Ese fue un gesto bien recibido por las y los maestros, pues indudablemente la relación de la anterior titular Lucía Aimé Castillo Pastor se había desgastado rápidamente.
La señal clara r esto fue que Arnulfo Rodríguez Treviño expresó su beneplácito por esa decisión, en la confianza de que con Valdez se fortalecerán los canales institucionales de diálogo y atención a las legítimas demandas del sector.
La ceremonia de este año fue distinta porque el gobernador supo imprimirle el sello de la responsabilidad compartida.
Algo que quedó claro es que con esta nueva relación, tanto el gobierno como el magisterio entienden que la transformación de Tamaulipas no se concibe sin la participación del magisterio y sin la alianza con el SNTE, sindicato que sigue siendo, guste o no, el actor más influyente dentro del sistema educativo nacional.
A diferencia de administraciones pasadas donde la relación con los maestros era tensa, distante o meramente protocolaria, hoy el trato es directo, respetuoso y eficaz.
El gobierno estatal ha dado señales de que la educación es una inversión social de alto impacto que debe aumentar cada año en función de las necesidades.
Por eso se ha apostado por crear mejores condiciones laborales, reconocer la trayectoria docente y fortalecer la infraestructura educativa desde una visión humanista e incluyente.
En estos tiempos donde muchos optan por polarizar, el gobernador ha elegido construir, por eso se ha fortalecido la alianza con quienes día a día forman a las futuras generaciones desde las aulas.
Así, entre reconocimientos y compromisos renovados, el mensaje de ayer fue contundente en cuanto a la nueva relación del gobierno con el sindicato magisterial.
En Tamaulipas, parece ser el mensaje, la educación va en serio y el magisterio tiene un lugar protagónico en este nuevo capítulo de transformación.
POR TOMÁS BRIONES
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