Con casi el 100 por ciento de las actas de la elección federal ya contabilizadas por el INE, y más de seis millones de votos en favor del Lic. Hugo Aguilar Ortiz, persona indígena mixteca, todo indica que ocupará la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, durante dos años, y será ministro por nueve años más.
Su trayectoria académica incluye una licenciatura en Derecho y una sólida formación en derechos humanos y justicia pluricultural; además, ha cursado estudios de maestría en Derecho Constitucional.
Para el pueblo mixteco, el respeto y el prestigio se ganan sirviendo a la comunidad, un principio que guía el pensamiento de Hugo Aguilar. Su interés por ocupar un cargo en el poder judicial no responde al deseo de poder o estatus, sino al compromiso de servir y retribuir a quienes han sido históricamente ignorados por el sistema legal. Convencido de que la función jurisdiccional no debe ser distante ni técnica, propone una justicia cercana, que se comunique con lenguaje claro y accesible.
Aguilar reconoce que muchas veces la verdad legal se aleja de la realidad cotidiana de las personas, y que ahí reside uno de los mayores desafíos del poder judicial: lograr que las resoluciones reflejen las circunstancias reales, que sanen en lugar de generar más conflictos. Para lograrlo, sostiene que no basta con aplicar la ley de forma literal; es necesario incorporar la visión colectiva de los pueblos, sus contextos, aspiraciones y formas de vida.
Además, él propone ejercer la función jurisdiccional desde el territorio, saliendo del escritorio para escuchar directamente a las personas, comprender sus contextos y evitar los formalismos que alejan la justicia de la vida real. Plantea la necesidad de visitas in situ, de una escucha genuina y del reconocimiento del otro como portador de una verdad propia. Además, impulsa un enfoque multidisciplinario que dé voz a especialistas de distintas áreas y fortalezca la figura del Amicus Curiae como vínculo entre el tribunal y el conocimiento técnico y social. Cree firmemente que el diálogo con las partes puede ser más revelador que el razonamiento jurídico más elaborado.
Para Hugo Aguilar Ortiz, la justicia no debe ser un freno al cambio, sino una fuerza que lo impulse con sensibilidad y responsabilidad. Está convencido de que el poder judicial debe mantenerse atento al pulso del país, comprender el momento que vivimos y responder con firmeza ética a los grandes temas de la vida pública. Por eso, promueve un diálogo republicano constante entre los distintos niveles de gobierno y los pueblos indígenas y afromexicanos, convencido de que solo así se construye una justicia verdaderamente incluyente.
En una época en la que la legitimidad de las instituciones se mide por su capacidad de transformar la vida cotidiana, la visión del primer presidente mixteco de la Corte, Hugo Aguilar Ortiz, resulta no sólo pertinente, sino profundamente inspiradora.
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POR NOHEMI ARGÜELLO SOSA