CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Para Grecia Escobedo, jefa de servicios médicos y rescatista de la Cruz Roja en Ciudad Victoria, cada día es una oportunidad para salvar una vida. Pero también, como en el caso del colapso de la iglesia Santa Cruz en Ciudad Madero, cada día puede ser una prueba emocional, técnica y humana que la marca para siempre.
“El Día del Socorrista es muy especial para todos mis compañeros. Es un momento para reconocer lo que hacemos día con día, aunque muchas veces no se vea”, comparte con humildad. Con voz pausada, recuerda los turnos de mañana, tarde y noche, los servicios de rutina, los accidentes… pero también esos momentos que lo cambian todo.
Uno de esos instantes fue la tragedia del 1 de octubre de 2023 en Ciudad Madero, cuando una estructura colapsó sobre decenas de personas que asistían a una misa.
Grecia y su equipo fueron convocados como parte del grupo USAR, la unidad de rescate en estructuras colapsadas de la Cruz Roja. «Nos trasladamos desde Ciudad Victoria, fueron casi tres horas, y al llegar vimos el caos total», recuerda.
«Había desesperación, dolor, muchas manos queriendo ayudar… y también la impotencia de no haber estado ahí desde el primer momento», narra conmovida. Sin embargo, lo que siguió fue una labor coordinada, técnica y humana entre cuerpos de rescate de diferentes puntos del estado y del país. “Dentro de la tragedia, nos quedó la satisfacción de haber hecho un buen trabajo”, asegura.
Grecia también explica que ser paramédico y ser rescatista son dos caminos distintos dentro de la Cruz Roja. “Primero haces la formación como técnico en urgencias médicas, pero luego decides si quieres especializarte. Puedes ser técnico en rescate vertical, en liberación vehicular… hay muchas áreas”, explica con orgullo por la capacitación continua que exige esta vocación.
Con 12 años en la corporación, Escobedo sabe que cada intervención deja una huella. Y aun así, cada vez que suena la radio, vuelve a ponerse el uniforme. Porque, como ella misma dice, “la satisfacción de ayudar, de estar ahí cuando alguien más lo necesita, lo vale todo”.
Por. Raúl López García