CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Lo que debía ser un primer paso hacia una vida más saludable, casi termina en tragedia. Una joven de 21 años originaria de Ciudad Victoria fue diagnosticada con rabdomiólisis luego de someterse a una exigente rutina en su primer día en un gimnasio privado de la ciudad. El diagnóstico llegó tarde, después de días con dolor, inflamación y orina oscura, síntomas que fueron inicialmente confundidos con una infección.
“Mi hija nunca había hecho ejercicio. El coach le puso caminadora, sentadillas, aparatos con peso y al final más cardio. Fueron casi dos horas. Al principio pensamos que era normal que le dolieran las piernas. Pero luego se le inflamaron, ya no podía caminar y orinaba muy oscuro”, relata su madre.
Tras ser atendida finalmente en una clínica privada, le confirmaron rabdomiólisis, una grave afección muscular que puede llevar a la insuficiencia renal o incluso un paro cardiaco si no se trata a tiempo. “Nos dijeron que si no la hubiéramos traído, pudo haber muerto”, confiesa.
Hoy, la joven se encuentra en reposo absoluto, con dieta especial y bajo constante supervisión médica. El caso ha generado preocupación entre la comunidad local y reabre una conversación urgente: ¿quién supervisa a los gimnasios?, ¿quién certifica a los entrenadores?, ¿quién responde cuando alguien se lesiona gravemente?
No es un hecho aislado
La preocupación va más allá de lo local. En los últimos 16 meses, al menos seis personas han fallecido dentro de sucursales de la cadena nacional Smart Fit, principalmente en Ciudad de México y el Estado de México. Entre los casos reportados:
- 12 de febrero 2024: hombre de 49 años murió en Iztacalco mientras entrenaba.
- 29 de febrero 2024: mujer de 20 años falleció en Puerta Aragón.
- 2 de abril 2024: mujer de 60 años colapsó en Parque Tepeyac sin recibir atención médica oportuna.
- 4 de noviembre 2024: hombre de 74 años murió en Zentralia.
- Marzo 2025: hombre de 40 años falleció en Cuautitlán Izcalli.
- 20 de mayo 2025: mujer de 39 años murió en Tlatelolco; el caso es investigado por la Fiscalía capitalina por posible homicidio culposo, lo que llevó a la clausura del gimnasio y la detención de personal.
Estos casos, documentados por medios y autoridades, exhiben un patrón alarmante: falta de personal capacitado, ausencia de protocolos médicos y desinformación sobre los riesgos físicos de ciertos entrenamientos.
¿Qué dice la ley?
En Tamaulipas, la Ley de Cultura Física y Deporte del Estado establece en su Artículo 60 que todo entrenador o instructor que brinde rutinas físicas debe contar con una certificación oficial vigente, expedida por las autoridades deportivas competentes.
Y no sólo eso. La misma ley, en sus artículos 103 al 108, contempla sanciones claras ante incumplimientos:
Amonestaciones públicas o privadas, Suspensión temporal o definitiva del registro del establecimiento o del entrenador.
Y en caso de lesiones graves o muerte, remisión directa a autoridades civiles o penales.
En el ámbito federal, la Ley General de Cultura Física y Deporte coincide en la obligatoriedad de que todo personal técnico esté registrado y capacitado dentro del Sistema Nacional del Deporte (SINADE). Esta normativa también contempla sanciones como inhabilitaciones profesionales o suspensión de funciones.
¿Y si firmaste un reglamento que deslinda al gimnasio?
Muchos gimnasios en México hacen firmar a sus usuarios un reglamento interno o contrato donde se renuncia al derecho de reclamar en caso de accidente o lesión, bajo el argumento de que el usuario entrena “bajo su propio riesgo”.
Sin embargo, estas cláusulas son ilegales o nulas, de acuerdo con la Ley Federal de Protección al Consumidor, ya que ninguna empresa puede obligar al cliente a renunciar anticipadamente a sus derechos ni a eximir de responsabilidad a quien presta un servicio deficiente o negligente.
Incluso si existe una firma, los gimnasios siguen siendo responsables si no actuaron con diligencia o permitieron prácticas que pusieron en peligro la salud de sus usuarios.
En Ciudad Victoria también hay responsabilidad municipal
Aunque no hay un reglamento específico publicado para gimnasios en el municipio, el Ayuntamiento exige una licencia de funcionamiento, la cual implica una verificación técnica del establecimiento, su personal y medidas de seguridad. En caso de irregularidades, la autoridad local puede revocar el permiso o sancionar al establecimiento por omitir normas mínimas de operación.
¿Qué pueden hacer los usuarios?
Antes de inscribirse, es importante:
- Verificar que el gimnasio cuente con licencia municipal vigente.
- Solicitar que los instructores presenten certificaciones actualizadas.
- Exigir una valoración física inicial, especialmente si se es principiante.
- Pedir que se establezcan protocolos de emergencia dentro del lugar.
- Denunciar a PROFECO si el contrato contiene cláusulas abusivas.
Un llamado a las autoridades
La madre de la joven victoriense no busca venganza, pero sí justicia preventiva:
“No quiero que nadie más viva esto. Mi hija pudo morir por una rutina mal hecha. Los gimnasios deben tener gente capacitada. No pueden jugar con la salud de las personas.”
Casos como este reflejan una falla sistemática en la regulación de estos espacios, donde el entrenamiento físico sin supervisión médica, sin progresión adecuada y sin personal certificado puede tener consecuencias irreversibles.
Por Raúl López García