Los mexicanos de ahora nos hemos acostumbrado a hacer nuestra vida entre la realidad de la cotidianidad y la realidad virtual inventada por los medios y las redes sociales al servicio de la derecha partidista y de la civil. En la realidad cotidiana trabajamos todos los días, descansamos los fines de semana, llevamos a nuestros hijos a la escuela, los religiosos van a misa, visitamos a nuestros familiares y amigos, asistimos a reuniones sociales o a lugares de diversión, vemos la televisión o leemos libros de acuerdo a las posibilidades económicas y los gustos personales.
En la realidad virtual, la comentocracia y la derecha partidista y civil rezan los mantras que dicen: México está en ruinas, la economía es un desastre, los capitales se están fugando, los niños con cáncer siguen sin medicinas, hay guachicol fiscal, el gobierno es autoritario y represivo, la elección judicial fue una farsa, los acordeones impresos ganaron las elecciones, los nuevos juzgadores no tienen carrera judicial, tendremos un Presidente de la Suprema Corte de Justicia con traje de indito en vez de toga, sigue la militarización del país, y la más reciente, los bancos mexicanos son lavadores de dólares según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Pero la pregunta es ¿la enunciación de todas esas calamidades modifica la vida cotidiana? la respuesta, afortunadamente, es no, en la realidad cotidiana de nuestro país, el Sistema Nacional de Salud constituido por más de 11 mil Centros de Salud, cientos de Hospitales Generales, y decenas de Hospitales de Alta Especialidad, los médicos y las enfermeras atienden todos los días gratuitamente a decenas de miles de mexicanos que requieren sus servicios, en el Sistema Nacional de Educación Pública más de 22 millones de alumnos de educación básica son recibidos diariamente en sus escuelas públicas de preescolar, primaria y secundaria a las 7:00 de la mañana por maestros del SNTE y de la CNTE que los reciben en sus aulas para darles clases.
En las oficinas públicas federales, estatales y municipales, de Morena, del PAN, del PRI, del Movimiento Ciudadano, del PVEM y del PT, los servidores públicos trabajan para cumplir con los planes de desarrollo, la construcción de nuevas obras, el mantenimiento de las existentes, y la realización de actividades de servicio. En las empresas decenas de miles de empresarios privados y sus millones de trabajadores, producen bienes y generan servicios, todos hacen posible, gobernantes, empresarios y millones de trabajadores, que México sea la doceava economía mundial, y que su población vaya dejando atrás, de manera sostenible, la desigualdad y la pobreza
Es cierto que aun hay zonas del país afectadas seriamente por la violencia. Entidades de la república como Sinaloa, Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Guerrero y Durango, en donde los cárteles de la droga pelean fieramente por los territorios en dónde desarrollan la mayor parte de sus actividades ilícitas y en donde ha profundizado la presencia y la actuación de las autoridades para combatirlos y recuperar la paz para sus habitantes.
Las comunidades siguen construyendo caminos artesanales, siguen construyendo nuevas aulas para sus escuelas y consultorios para sus centros de salud, y mejorar la calidad de vida de sus colonias populares, ejidos y rancherías. Mientras tanto, la derecha enuncia, denuncia y ¿clama? por cada medida amenazante que toma el gobierno del país vecino, que podría llegar a convertirse en una intervención directa en los asuntos de nuestro país.
Entre estas dos formas de ver la realidad la vida transcurre, entre el trabajo de una sociedad que empuja para vivir mejor y una fantasía perversa tremendista y apocalíptica, que anuncia todos los días un fracaso que no llega. Los ciudadanos pueden elegir libremente en cuál de los dos mexicos quieren vivir: ¿en el del trabajo y la esperanza? o ¿el de la amargura y la revancha? Usted tiene la ultima palabra.
Por. Jesús Collado Martínez
Expreso Press/Tamaulipas
30 de junio de 2025