El rictus de sufrimiento que siempre ha proyectado el diputado Mario López, mejor conocido como La Borrega, se acentuó cuando las autoridades migratorias del Puente Viejo le pidieron pasar a sus oficinas.
La espera fue larga, sentado en una silla sin la comodidad de una curul, hasta que finalmente tuvo que dar extensas explicaciones de las que nada se sabe.
De acuerdo con versiones periodísticas, el ex presidente municipal de Matamoros y actual diputado federal fue retenido por las autoridades de Estados Unidos durante más de doce horas.
El desenlace no fue favorable, salió sin visa y con la mente atrapada en turbulencias, con la incertidumbre de lo que vendrá en su futuro político.
Mario López declaró que el documento estaba maltratado y que los agentes de Estados Unidos lo recogieron, le advirtieron que tendrá que hacer la reposición de la misma y que no se trató de una cancelación definitiva.
Horas después pudo regresar a su casa y lo recibió una avalancha informativa en redes sociales, donde se habló de su desafortunado intento por cruzar a Brownsville, ciudad en la que tiene su mansión y varios negocios.
Mario López ha tenido un ascenso accidentado en la política tamaulipeca. Militó en el PRI hasta 2017, después se sumó a Morena y con ese partido ganó la presidencia municipal de Matamoros en 2018, cargo que ocupó hasta 2021.
En 2024 regresó a la arena electoral bajo las siglas del Partido Verde, que lo postuló como candidato a diputado federal por el distrito de Matamoros.
Hoy, su paso por la frontera marca un nuevo capítulo en su trayectoria, uno donde las derrotas no se cuentan en votos sino en papeles migratorios, con un horizonte político cada vez más incierto.
