CIUDAD MADERO, TAM.- La parroquia San Juan Bosco atraviesa un proceso constante de mantenimiento debido a la antigüedad de su estructura, que supera los 87 años como edificio material y 77 años como parroquia formal.
Monseñor Elias Gómez Martínez informó que, aunque parte de las labores muestra un avance, aún hay áreas pendientes que requieren inversión y trabajo especializado.
El sacerdote explicó que uno de los desafíos actuales es completar la intervención en la zona más alta del arco principal, donde continúan realizando ajustes estructurales y de conservación.
“Hay muchos detalles que hay que seguir corrigiendo. Es un templo muy antiguo. Siempre se necesita impermeabilización, pintura y arreglos en lo que se va deteriorando”.
Entre las acciones en marcha se encuentran trabajos de impermeabilización y retoques de pintura en áreas afectadas por la humedad, además de reparaciones en zonas internas que muestran desgaste propio del tiempo.
La comunidad, comentó, es una pieza clave para sostener el mantenimiento del templo.
Ante cualquier desperfecto, los feligreses se organizan con rapidez a través de actividades como comidas, kermeses o loterías para reunir recursos.
“La gente cuida mucho su templo. Lo consideran muy suyo y responden de inmediato cuando se necesita”, expresó.
De manera paralela,dijo que la parroquia ya planea para el próximo año la remodelación del salón parroquial, un proyecto que buscará renovar completamente ese espacio para actividades comunitarias.
Monseñor Gómez compartió que, aunque las labores de conservación son permanentes, el compromiso de la comunidad permite mantener en pie y en buen estado uno de los templos más tradicionales y antiguos del sector.
Por José Luis Rodríguez Castro / La Razón
