Lo que ha venido ocurriendo en Tamaulipas, y en buena parte del país, tiene a la gente hasta la madre. Eso toda persona cuerda lo sabe. Lo anterior provoca que haya una erosión de la confianza ciudadana hacia los partidos y sus candidatos. Estos últimos, se enfrentan a los reclamos abiertos o velados de una ciudadanía que ya no les cree. Lo anterior puede derivar en una participación masiva, o bien, provocar el abstencionismo.
Aquí en la entidad, el voto del resentimiento social está siendo encarado primordialmente por tres de los ocho candidatos a la gubernatura. Ellos son Baltazar Hinojosa Ochoa, Francisco García Cabeza de Vaca y Gustavo Cárdenas Gutiérrez.
Sumados a ellos, hay otros cinco políticos que aspiran también, formalmente, al mismo cargo del Ejecutivo. Y si bien, podemos decir que no tienen el suficiente peso de los tres primeros, es un hecho que también obtendrán sus respectivos votos. En el reciente debate, personajes de este escenario como Jorge Valdez del PRD o Abdíes Pineda de Encuentro Social, o el mismo Héctor Garza González de Morena, hicieron un buen papel.
Pero vayamos a los tres primeros: Baltazar, como miembro del Partido en el poder, el PRI, es el que carga con el mayor peso del compromiso político-electoral, en el sentido de cambiar la situación por la que atraviesa el estado. Ese, sin duda, es su mayor reto: convencer a la sociedad tamaulipeca que, de llegar a la primera esquina de palacio, va a implementar de inmediato, pero a la de ya, acciones encaminadas a poner orden.
Balta ha mostrado ya sus planteamientos. Un significativo segmento social está confiando en su oferta, especialmente se escuda en la poderosa estructura de su partido. La estrategia de BH, es cien por ciento propositiva.
El segundo, es el candidato del PAN, Francisco García Cabeza de Vaca, se trata del principal opositor al PRI, el eterno aspirante a la gubernatura, que ya en otras ocasiones había fracasado en sus intentos de ser el abanderado de Acción Nacional. A diferencia de Baltazar, Francisco no cuenta con una estructura panista representativa, incluso, dicho factor, es su principal debilidad o “Talón de Aquiles”.
La apuesta total y absoluta de Cabeza de Vaca y de quienes junto con él, aspiran a cargos de elección popular, es el resentimiento ciudadano. De ahí que Cabeza no se ha preocupado mucho por posicionar propuestas. Le apuesta a las pasiones y no a las razones. Esa es su estrategia.
El tercero, es Gustavo Cárdenas Gutiérrez, ex militante panista y ex candidato a gobernador por este partido, hoy abandera al Movimiento Ciudadano. Gustavo mantiene buen número de sus seguidores. Pese al desgaste propio de un líder opositor que ya tiene muchos años participando, GC sigue teniendo un peso muy significativo.
En la presente campaña, el discurso agresivo le ha resultado eficaz ante segmentos populares que comparten con Gustavo la idea de que el lenguaje es lo que menos importa, si finalmente lo que se dice, es la verdad. GCG, es fiel a su estilo, blandiendo su escoba, advierte que va a barrer a las ratas. La estrategia de Gustavo compite con la de Cabeza de Vaca: ambos le apuestan al hartazgo. Pero entre
ellos se descalifican.
El voto opositor en Tamaulipas, podría diluirse en esa bifurcación de personalidades y de partidos.
Pero hay otro factor: el día de las votaciones va a realizarse un encuentro de futbol entre las selecciones de México y Uruguay, perteneciente a la sexta ronda de la Copa América a celebrarse en Estados Unidos. Otro gol para la alternancia.
EL ATOLE CON EL DEDO, ES UN INVENTO CHINO
Dicen que no sólo la pólvora se inventó en China. El atole con el dedo es también un logro del ingenio oriental. Los hechos desmienten de manera contundente el discurso de Gobernación, a tal grado que los tamaulipecos ya le están pidiendo a Miguel Ángel Osorio Chong que mejor no venga, porque cada vez que lo hace, aquí vuelve a cobrar forma el caos.
TREVIÑO GARCÍA MANZO, HIJO DE TIGRE, CON VOCACIÓN SOCIAL
La alianza social trazada por el gobierno de Norberto Treviño Zapata en Tamaulipas hace décadas, sigue generando una herencia vocacional en favor de la población tamaulipeca que más lo necesita. De lo anterior hablan los 3 mil 564 millones de pesos destinados a la modernización de la infraestructura de salud en Tamaulipas. La construcción, ampliación, rehabilitación y mantenimiento de las unidades de medicina social en todos sus niveles. Tamaulipas es el segundo estado de la república con una mayor inversión en materia de salud pública. El número de médicos, enfermeras y especialistas, se ha incrementado notoriamente. Lo dicho: hijo de tigre, médico humanista y solidario.