CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Las mujeres en Tamaulipas perciben en promedio 25 por ciento menos salario, si compiten con hombres son segunda opción para ocupar un empleo, un ascenso o un incremento salarial y además, muchas son víctima frecuente de acoso sexual por jefes y compañeros de trabajo y los empleos de mayoría femenina, son generalmente los peor pagados.
“Es una regla no escrita: quieres trabajar, pues chíngate más”, respondió a la pregunta de si ha sido víctima de discriminación laboral, una reportera.
Además de la discriminación salarial, está la directa, la de género, ningún hombre es objeción el estar casado, estar esperando un hijo ni tampoco ser divorciado, pero para una mujer cualquiera de estas situaciones puede representar la negativa para obtener un empleo.
“Allá en los años 90 me pidieron un certificado de no embarazo, en la entrevista de trabajo. Mi estado civil (divorciada) también fue causa de que no me contrataran en la Coca Cola en los años 80”, confió una psicóloga regiomontana.
La estadística de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social señala que el total de los salarios de profesionistas, empleados y obreros en Tamaulipas es de seis mil 300 pesos en promedio, tanto en la formalidad como en la informalidad, y un 25 por ciento debajo, en cuatro mil 725 pesos, se ubica el promedio salarial femenino.
Aunque al parecer el periodismo figura entre las profesiones donde hay menos discriminación de género, dos de las entrevistadas dijeron que ser mujer les valió ganar menos y no ser tomadas en cuenta para cargos directivos en la Radio, incluso a una de ellas, una reportera que destacó en un medio nacional de prensa escrita, la hicieron a un lado a la hora de ser la directora de noticias en su núcleo y se prefirió a hombre menos calificado.
Todas las entrevistadas están de acuerdo en que se debe legislar para convertir en ley que el salario asignado para un cargo debe ser acorde a los requerimientos del puesto, a la calificación profesional del candidato y no a su género, y que discriminar laboralmente a una mujer, solamente por su género, debe obligar a indemnizarla.
“Se deben hacer esfuerzos en los Congresos para que legislar en la igualdad de salarios, porque he estado viendo que los salarios que ofrecen a los hombres son mayores y no importa su condición. No importa si tienen hijos o no, si son solteros o casados, y en las mujeres sí”, dijo una reportera muy calificada y con años de ejercicio profesional.
El Observatorio Laboral indica que en el terreno profesional también las mujeres ganan menos y son un número menor, pese a que en la mayor parte de las carreras, excepto las ingenierías, se gradúa un mayor número de estudiantes femeninas.
Un ejemplo es la carrera de Administración de Empresas que, en todas sus variantes tiene una matrícula femenina de graduados que llega al 57 por ciento del total, sin embargo, en el medio laboral son mujeres sólo el 45 por ciento de los profesionistas ocupados en dicho ramo.
El 48 por ciento de los egresados de Derecho son de sexo femenino, pero el total de las abogadas que obtienen un empleo en esa rama, son el 36.5 por ciento del total.
El 51.3 de los ocupados en la carrera de contabilidad y fiscalización son mujeres, cifra que contrasta con el 58 por ciento del total de las egresadas, pero además, esta carrera donde hay más mujeres que hombres se ubica por debajo del promedio salarial de los profesionistas en la entidad con nueve mil 136 pesos
contra nueve mil 611 del promedio estatal de profesionistas.
Cuando analizamos los departamentos de contabilidad y finanzas de las empresas en la entidad, encontramos que el 63 por ciento de los jefes son hombres aunque la mayor parte del personal sean mujeres.Las carreras donde dominan las mujeres que laboran, como trabajo social con un 100 por ciento femenino o, enfermería con el 84 por ciento del total, se ubican entre las peor pagadas; la primera en la posición 24 de 25 con siete mil 55 pesos en promedio y, la segunda, con ocho mil 166 de la lista.
Además, las entrevistadas señalan que no son pocas las enfermeras, maestras, abogadas, contadoras, trabajadoras sociales, periodistas y muchas otras profesionistas, quienes pese a tener hojas de servicio limpias y haber sido siempre diligentes, incluso las mejores de su empresa, se retiran sin haber recibido
nunca la oportunidad de acceder o contender por cargos de mando.
“Desde que comencé a trabajar, muy jovencita; me di cuenta de la discriminación laboral hacia la mujer. Las mayores ya no nos dejamos, y aún con nuestra edad, podemos ser selectivas porque también podemos ya, dada la experiencia laboral acumulada, ser independientes. Pero las mujeres jóvenes que egresan de carreras universitarias no sólo con Licenciaturas si no inclusive con posgrados, se encuentran con esa triste realidad que es una vergüenza”, responde puntualmente la terapeuta Pitty Lamar.