Una pregunta se hizo frecuente en los días cercanos:
¿En qué medida afectarán a Tamaulipas las presiones de Donald Trump sobre empresas estadounidenses, para impedir que sigan en nuestro país o que destinen nuevas inversiones al mismo?
No soy economista para manejar variables y proyecciones en ese sentido, pero una mirada a simple vista sobre este escenario no parece arrojar señales de una debacle financiera como algunos anticipan.
En primer lugar, nuestro Estado no es sede de grandes plantas de producción como Nuevo León, San Luis Potosí, Guanajuato o Coahuila. La inmensa mayoría del capital extranjero en nuestra patria chica se enfoca en plantas maquiladoras que forman apenas un eslabón de las cadenas de armado y montaje de los grandes consorcios. Son, para decirlo en lenguaje pecuario, las vacas flacas del ganado de alto registro norteamericano.
Y en ese terreno, no hay quien saque a esas factorías de Tamaulipas. Ni siquiera el Presidente de Estados Unidos.
La razón es sencilla pero demoledora: el costo de la hora-hombre en las fábricas estadounidenses, como lo acaba de hacer público la empresa Rexnord Corporation, la cual anunció su ingreso a suelo mexicano, es de 25 dólares –aproximadamente 500 pesos– lo que equivale a un salario de 4 mil pesos por una jornada de 8 horas. Al mes, la friolera de 120 mil pesos.
¿Sabe cuánto pagará esa misma empresa en México?
Tres dólares por hora, que en pesos suman 60 pesos, con lo cual el salario diario sería de 480 pesos. Una miseria para los gringos pero un sueldo atractivo para un obrero nacional. Por eso las amenazas de Trump les importan un pepino a esos inversionistas y a otras más que ya confirmaron su estancia en tierra azteca, como la galletera Nabisco en Nuevo León, cuyos ejecutivos calculan un ahorro de no menos de 46 millones de dólares al año, sólo en sueldos, a lo cual se suman incentivos fiscales, cesiones de terrenos y otros beneficios.
Igual es el caso de la citada Rexnord –que manufactura reductores y engranes– y de Brake Parts Inc. que también se asentará en Nuevo León. Para ellos, México no es sólo una fuente de ingresos mayores. Es una mina de oro.
Al diablo con Trump, parece ser la respuesta de esas compañías.
¿Entonces las maquiladoras se mantendrán firmes en nuestro Estado?
Por supuesto. En ese segmento, los niveles de ingreso salarial son casi obscenos. La jornada diaria de un operador de maquiladora en nuestra Entidad no rebasa los 120 pesos y en algunos casos –de alta calificación– apenas alcanza los 200, por lo cual muchos duplican su horario de trabajo para recibir un promedio de 275 pesos al día. Ni siquiera se acerca a lo que pagarían las empresas que retan a Trump y anunciaron su ingreso a Nuevo León y San Luis Potosí. Por eso las maquiladoras jamás abandonarán a la gallina de los huevos de oro, porque les significaría aumentar diez veces su costo de producción en lo que se refiere a salarios.
¿Trump?… ja, ja, ja…
Un perdedor y varios “ganones”
El ex candidato priísta a la gubernatura y todavía diputado federal, Baltazar Hinojosa Ochoa, está muy enojado.
Gracias al refrán que asienta que lo que no descubre el agua lo descubre el tiempo, se enteró, dicen quienes estuvieron cerca de la campaña y aún se mantienen en el primer círculo del legislador, de la forma en que algunos de sus coordinadores se embolsaron varios millones de pesos en ese período y dejaron en el aire acciones básicas bajo su encomienda.
Uno en especial, quien afirman ya tenía la recomendación personal del matamorense para la Dirección General de la SCT en Tamaulipas, se quedó por ese motivo colgado de la brocha…
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