El supremo gobierno aprovecha cualquier oportunidad para insistir en que los mexicas serán defendidos con honor y dignidad frente a los ataques, humillaciones, burlas y demás, provenientes del tipejo a quien los gringos eligieron como presidente en torno del que por cierto, ya se cruzan apuestas sobre su estancia en el cargo. Ni como negar que el sujeto en cuestión disfruta abriendo frentes que es un contento a lo largo y ancho del mundo-mundial.
Pero este no es el punto sino la afirmación oficial de que en este escenario de locura creado por Trump no hay nada que temer, “sino todo lo contrario”. (Ya sabéis que en eso de la palabrería vana nuestros políticos son especialistas y cuentan con reconocimiento internacional). Sea que las benditas instituciones son tan fuertes que soportan cualquier perversa jugarreta de los seres más despreciables de la galaxia. Con decirle que el PRI se ha echado a cuestas la tarea de encabezar una cruzada por la unidad nacional en la que ve y siente la posibilidad de rescatar algo de la confianza
perdida. Hasta ha de creer.
De manera que no hay nada que temer porque el supremo gobierno está dispuesto a dejar el pellejo en defensa del honor y la dignidad mexica. En este sentido el escribidor opina que si tales son las intenciones debiera empezar por reclamar una indemnización adecuada por los dos millones y pico de kilómetros cuadrados robados por los gringos. Esto sí que sería un gesto que dignificaría al régimen considerando que el hecho significó un vil atraco en despoblado.
Habrá que echarle números y exigir el pago respectivo. Usted dirá que ello es imposible en un gobierno que lo que menos desea es poner de peor humor a Trump. Tiene razón, sin embargo, en este caso el columnista pretende dejar en claro la diferencia entre la demagogia del régimen tricolor y un acto injusto y criminal de un país poderoso cuyo presidente aborrece a los mexicanos que fueron dueños de los territorios arrebatados. Acto por el que nuestro país podría exigir indemnización. Insistimos, esto sí que sería una forma digna de responder a los ataques y humillaciones del vecino.
Pero no sólo es por el honor que las autoridades están dispuestas a lanzar la espada e ir a recogerla a los pies del enemigo sino que además acuden a ese término casi esotérico que llaman “soberanía” para complementar su cuadrángulo nacionalista. (Juárez y la generación de la Reforma se deben estar revolviendo en sus tumbas nomás del puro coraje).
¿Soberanía?…¿Acaso no es traicionar la memoria republicana entregar al capital extranjero los recursos naturales más preciados tal cual ha sucedido con la producción alimentaria?. Señoras, señores esto sí que es poner en riesgo la soberanía nacional. Sin recursos naturales y sin alimentos estamos en manos de los buitres capitalistas. ¿Desde cuándo importa ello al gobierno?.
Durante la celebración del aniversario cien de la última Constitución en Querétaro este cinco de febrero, el ejecutivo federal insistió en el alto valor del documento, mismo que servirá de guía para enfrentar la osadía del presidente del peluquín dorado y está bien, aunque es una lástima olvidar que nuestra carta magna es la más violada de cuantas existen en el resto del planeta Tierra y por lo tanto la más frágil. ¿Será suficiente para someter a un loco que parece dispuesto a provocar la tercera y definitiva guerra mundial?.
En conclusión: el supremo gobierno está cierto que al sistema económico, político y social ya se lo cargó san Cuilmas, por ello utiliza los valores unidad, honor, dignidad y soberanía nacional como últimos recursos para tratar de posicionar la conciencia popular a su favor y asegurar votos para las contiendas electoreras que se avecinan, pero ¿sabe qué?, pa’ mí que llegó tarde a la repartición de vergüenzas. ¡Ah bruto!.
Ojo con Lydia
Las evidencias señalan que hacia el interior del PAN existe poderoso movimiento de reivindicación femenina. Obvio, se trata de impulsar al bello sexo en tiempos en que la homofobia hace estragos en todos los niveles. Ya sabéis que en el Estado de México Josefina Vázquez Mota podría ser excelente candidata a la gubernatura, mientras que Margarita Zavala Gómez sigue siendo favorita rumbo a Los Pinos ahora con el aval de Ricardo Anaya.
Es razón para suponer que en Tamaulipas “pueda forjarse” la imagen de una hembra capaz de ratificar el liderazgo azul el próximo sexenio. (Si es que lo ratifican si no psss no). Y esta no podría ser otra que Lydia Madero, y existen razones: fue colocada en inmejorable posición, con el presupuesto y los operadores políticos que le garantizan presencia hasta en el más recóndito punto del estado…su carisma y experiencia harían el resto.
¿Qué existen otros personajes cercanos al poder estatal con posibilidades semejantes?, sin duda, sin embargo pareciera que la mayoría serán aves de paso en esta tierra minada llamada Tamaulipas. En el congreso por ejemplo al líder Carlos García le aguarda un destino incierto (hasta podría salir de ahí herido de muerte política) e igual podría suceder a los principales funcionarios, algunos de los cuales Tamaulipas les importa poco menos que un comino. (Creo que hasta hay quien vive en Miami y sólo viene una semana al mes, eso dicen).
Lo cierto es que a cinco años de distancia en Tamaulipas Lydia aparece como abanderada del orgullo femenino. Como dicen los clásicos, “no hay que perderla de vista”.
Y hasta la próxima.