Luebbert Gutiérrez y Guajardo Maldonado irían por la dirigencia estatal
Hasta hoy son 11 mencionados pa’ relevar a Aída Zulema Flores Peña
Problema de los penales, malamente lo endosan a instancias estatales
Comapa-Victoria construye nuevas redes de suministro del vital líquido
El interés que asoma Óscar Santiago Luebbert Gutiérrez de participar en el proceso interno para elegir dirigente sustituto, despierta el entusiasmo de la clase política priista que, tras ser publicada la convocatoria, recayó en su letargo por suponer que la balanza se inclinaría en favor de Sergio Carlos Guajardo Maldonado, por (éste) haber sido el primero en levantar la mano.
Y, hasta eso, sin haber abonado a que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) fuera obligado (por el Tribunal Electoral de Tamaulipas) a cumplir, en tiempo y forma, sus propios estatutos, como oportunamente exigieron ante esa instancia otros militantes más comprometidos con el partido.
Eso significa que en lo sucesivo el tricolor haría nuevamente ruido a menos, claro, que el nuevo delegado (aún sin designar) llegara al estado con la
consigna de seguir manteniendo el bajo perfil de cara al hándicap 2018.
Pero dudo que aun así pueda contener la avalancha de quienes van por la reivindicación priista.
Y más cuando aparecen otros nueve aspirantes a la dirigencia.
Son Enrique Cárdenas del Avellano, Luis Enrique Arreola Vidal, Luis Alejandro Guevara Cobos, Ramiro Ramos Salinas, Manuel Muñoz Cano, Miguel Ángel González Salum, Alejandro Etienne Llano, Juan Alonso Camarillo y Roberto González Barba.
Todos muestran un fierro de pertenencia grupal, cierto. Pero ningún impedimento tienen al promoverse, salvo la crítica en contra de quienes, en el pasado, crecieron al amparo del Poder Ejecutivo estatal.
En fin, esta escaramuza apenas comienza.
Mano negra
Sería funesto, para la mentada gran familia revolucionaria, que su nueva dirigencia estatal fuera impuesta por Egidio Torre Cantú.
Pero de que hay el riesgo que el ex mandatario pudiera meter mano en el proceso, ¡claro que lo existe!, arguyendo ante Enrique Ochoa Reza la ‘insurrección’ de quienes hoy presionan para el relevo inmediato.
Aparte Egidio presentaría el rol de delegados estatales y nacionales afines a él; y una terna, sugiriendo al ‘bueno’ –según elucubra–, aunque ésta evidentemente la conformarían tres lacayos suyos.
Seguramente así lo han sospechado Enrique Cárdenas del Avellano y Luis Enrique Arreola Vidal, quienes en su momento y circunstancia por separado demandaron al Tribunal Electoral de Tamaulipas –que preside Edy Izaguirre Treviño–, hacer valer los estatutos partidistas.
Y hasta eso, con buenos resultados.
La primera resolución, desatendida por el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del tricolor, surgió en febrero del año en curso, cuando el Trieltam ordenó al PRI que, en un plazo no mayor a 10 días, convocara a renovar su dirigencia, como lo solicitó Cárdenas del Avellano, en base al Artículo 164 de los estatutos, donde se advierte que tras la renuncia del dirigente electo a más tardar el 60 días debe convocarse a elecciones internas.
Como medida de apremio, se amonestó económicamente al partido.
Y todo quedó ahí.
Tres meses más tarde el Tribunal Electoral de Tamaulipas le ordenó al PRI, nuevamente –ahora en respuesta a la petición de Arreola Vidal–, emitir la convocatoria respectiva dentro del término que venció el martes 7 del mes en curso.
Derivada de esa promoción surgió la esperada convocatoria.
Pero sé de buena fuente que la dirigente estatal Aída Zulema Flores Peña le insistió reiteradamente a Ochoa Reza atender el tema, pues ella no tiene interés personal de continuar al frente del partido.
Lo ha dicho fuerte y quedito:
“Ocupo el cargo porque así lo establece la reglamentación partidaria y lo asumo, pero al momento que me pidan la renuncia, me voy. Y con la frente en alto, a trabajar con y por el partido en otras trincheras”.
El 3 de octubre de 2016, Rafael González Benavides renunció como presidente del Comité Directivo Estatal (CDE) priista. Y por prelación fue sucedido
por Aída Zulema (hasta hoy dirigente interina), quien recibió la estafeta de un membrete perdedor –recuérdese que hace un año el PAN le ganó la gubernatura, el Congreso local y la mayoría de ayuntamientos estatales–, bajo el compromiso de ocupar el cargo sólo por dos meses.
Sin embargo el plazo se ha extendido; y ella ha tenido que enfrentar desde el sarcasmo hasta el abandono de la clase política; agresiones de la militancia (sobre todo verbales) y crisis económica, como la insolencia de quienes otrora mendigaban su saludo.
Hace algunos meses, dialogando con ella, le pregunté: ¿Por qué los ex gobernadores, el senador, los diputados federales y locales, como los alcaldes de extracción tricolor se han alejado del partido?
Y su respuesta fue clara:
“Usted lo ha notado y así es.
“He convocado a reuniones y no llegan; también les he llamado vía telefónica, personalmente, pero no asisten a ningún evento ni apoyan al partido, quizá por estar más ocupados en cuidar la chamba, sus relaciones…”
En lo particular, considero que tiene razón por el abandono al PRI.
Pero de ahí a que se obstine en conservar el cargo, como suponen, para su mal, habría un mar de diferencia.
De otra forma, los idos habrían aportado pruebas sobre su conducta contraria al respeto de la legalidad. Y no lo hicieron. Y no, porque nunca, bien lo sé, se ocuparon de analizar dónde estuvo la falla para entregarle el poder a la otrora oposición.
Si en la dirigencia o en ellos mismos.
En fin, lo cierto es que el relevo priista ya está en puerta y existe la esperanza de recuperar las posiciones perdidas durante el régimen de Egidio, quien muy contento debe estar y gozando del dinero mal habido en su residencia de Monterrey.
Como fuere los priistas de pura cepa harto cuidado deben tener con el proceso interpartidista, ya que la mano que dice menear la cuna (léase la de Torre Cantú) se hará presente, porque sería la aniquilación del PRI, precisamente, la corona de su traición.
¿Lo permitiría Luebbert Gutiérrez?
Desinterés federal
El confinamiento de reos procesados por delitos federales toca atenderlo a la Secretaría de Gobernación, que cuenta con 16 prisiones distribuidas ‘estratégicamente’ en todo el país –tres de ‘máxima seguridad’–, pero no lo hace, porque le resulta cómodo endilgar ese problema a los gobiernos estatales, aun cuando sus cárceles hayan sido diseñadas para el castigo a delincuentes del fuero común.
Eso ha provocado el hacinamiento de convictos y, en consecuencia, motines cruentos, cuando la autoridad doméstica ejecuta revisiones para acabar con los autogobiernos, como ha ocurrido aquí en Ciudad Victoria.
Del dominio público son los últimos tres tiroteos en el penal citadino. Pero el más reciente confirmó que sigue habiendo una colusión entre los malandrines y algunas autoridades del sistema penitenciario, pues nadie se traga el cuento de que las armas de grueso calibre, disparadas contra policías federales y militares, aparecieron de la nada.
Y precisamente hacia esta complicidad debería enfocar sus baterías la investigación oficial, más que encauzar sus pesquisas a lo cuantitativo del enfrentamiento.
Que habría motivos de sobra para cesar al secretario de Seguridad Pública, al director del penal y otros burócratas, ¡claro que los hay!, pero en el fondo no solucionaría el problema, puesto que una vez, fuera de la administración pública, podrían emprender la huida, si acaso tuvieran responsabilidad directa con los hechos.
Desde mi punto de vista, deben permanecer en sus cargos para ser sujetos de investigación (como debe ocurrir con todo el personal que ahí labora: directivos, custodios y empleados administrativos), pues como autoridades carcelarias, se supone, tenían el control de la prisión y, por supuesto, información privilegiada acerca del comportamiento de los trabajadores y los reos.
En fin, esto toca dirimirlo al secretario general de Gobierno (César Augusto Verástegui Ostos) y al secretario de Seguridad Pública estatal (Vicealmirante Luis Felipe López Castro), quienes al parecer ordenaron ya una investigación exhaustiva de los acontecimientos.
Y ésta debe practicarse de tiempo completo y sin consideraciones, pues los ojos de la opinión pública están puestos en ambos y más la observación de los partidos políticos opositores al PAN, que en víspera de un proceso electoral pudieran aprovechar el caso para desacreditar a toda la estructura gubernamental, pretendiendo (así) acarrear votos a su favor.
Por tanto, la recurrencia de renunciar al cargo pretextando asumir su responsabilidad como servidores públicos, no es aplicable en ambos funcionarios, por lo que ambos deben encabezar las pesquisas hasta sus últimas consecuencias.
Problema de fondo
De ningún modo es mi intención justificar a ninguna autoridad, custodio, personal administrativo ni a otra gente involucrada con el sistema penitenciario de Tamaulipas por los acontecimientos cruentos, pero el suceso sí me permite hacer un análisis somero de la descomposición penitenciaria.
Sobre todo cuando resulta inminente la remoción de algunos mandos que operan en los penales, ya que eso podría marcar el inicio de una real transformación carcelaria.
Claro, si acaso se mantiene la disposición de limpiar las prisiones para convertirlas en auténticos centros de readaptación social, que sustituyan a lo que se ha dado en llamar universidades del crimen.
Para nadie es secreto que los penales de todo el país durante décadas han estado controlados por los mismos internos –a eso se le llama autogobierno–, y que el cautiverio de miles de reos sólo ha servido para acrecentar las fortunas personales de quienes por ahí han desfilado y despachado como jerarcas carcelarios.
El hacinamiento en sus instalaciones, la sobrepoblación, la prostitución, el alquiler de celdas para comodidad de quienes más pagan por usarlas de manera exclusiva y excluyente o acceder a la visita conyugal, el monto que se les exige por el consumo de agua tibia o caliente, las tarifas aplicadas a los convictos por permitirles utilizar el teléfono público, los ‘entres’ que se pagan por no hacer fajina y hasta los ‘embutes’ que se cobran por permitir que un recluso tenga en su celda televisión, frigorífico, colchón, almohadas o simplemente un retrete que cubra los conductos sanitarios, son lo más común en el sistema penitenciario.
Ahí tiene usted los libros, estudios y análisis que sobre el particular han elaborado las comisiones de derechos humanos, los reportajes aparecidos en los medios de comunicación masiva –impresos y audiovisuales–, las denuncias públicas y las testimoniales de reos o ex presidiarios que no me dejan mentir.
Problema doméstico
En el caso de Tamaulipas mucho se ha comentado acerca de cómo operan los penales u operaban, hasta esta administración, sin que los análisis profesionales o los simplones se alejen de la realidad.
Un claro ejemplo de la corrupción que ahí impera –o se mantiene–, se da con la alimentación que dicen corre a cargo de una empresa privada que cobran por un ‘rancho’ (así se le llama a la comida penitenciaria) como si éste fuera elaborado en el restaurante Maxim’s, que en París (Francia) opera para satisfacer los más delicados gustos de los groumer’s.
En este caso me informan o mal informan –eso está por verse–, que la empresa que tiene la concesión de proporcionarle alimentos a los reos les dan bazofias por sopa, bazofia por frijoles, bazofia por guisado y bazofia por complementos. Es decir, puros desechos, cuando cobra como si les proporcionara una dieta balanceada en el desayuno, comida y merienda, aunque por boca de los familiares de los internos sé que los alimentos los llevan ellos mismos.
Enterado de lo anterior, veo con gusto que el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca está dispuesto a terminar con la corrupción que existe en los penales de Tamaulipas.
Y qué mejor que lo haga dispuesto a evitar la permanencia de un poder dentro de otro poder.
Minorías mandonas
Fuera de toda sorpresa, inherente a los triunfos o derrotas electorales en el Estado de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz, la exigua votación ha confirmado que el Instituto Nacional Electoral (INE) carece de capacidad de convocatoria para que la sociedad atienda su obligación y derecho, al tiempo que el abstencionismo sigue apareciendo como ganador absoluto.
Aun así hay jerarcas partidistas que por anticipado descalificaron las glorias ajenas, cuando por pundonor, vergüenza o dignidad, sería lo más correcto que reflexionaran sobre ése ausentismo ciudadano, pues de otra forma el grueso de los ciudadanos tiende a dejarlos solos en su etapa de inconformidad, por de antemano saber que son los mismos que en tribunales suelen reclamar las posiciones que no pudieron obtener en las urnas.
Con esto no pretendo ser catastrofista, pero sí busco dejar en claro que la notable ausencia del electorado es la mejor prueba de que muchos de los contendientes no eran, ni son, los hombres que busca el pueblo mexicano para privilegiar la democracia que en cierta medida alivie sus males tornados crónicos.
Las cifras del Programa de Resultados Electorales Preliminares (Prep), por tanto, son clara muestra de que a lo largo de los procesos electorales hubo más preocupación partidista en descalificarse mutuamente que en motivar a los ciudadanos para acudir a su cita con la democracia.
Desde el inicio de las jornadas electorales, inclusive, aquí mismo le advertí sobre el fantasma del abstencionismo –igual que otros analistas políticos de corte nacional–, como también días previos a los comicios retomé el tema, pero los jerarcas partidistas, los candidatos y el INE desestimaron mis apreciaciones y no tuvieron empacho en gastarse miles de millones de pesos en los spots de radio y televisión que de nada sirvieron para hacer que los ciudadanos de primera se interesaran en emitir su voto.
Ahora esos funcionarios electorales, cuya estupidez carga con la culpa del abstencionismo, quieren desviar la atención sobre el tema y agilizan la conclusión de los procesos con el marcado interés de olvidar la apatía ciudadana. Pero ya nadie les cree.
Y menos la gente que razona, como usted, caro lector, porque el mal ya está hecho.
Comapa-Victoria
En Victoria habrá nuevas fuentes de abastecimiento de agua potable en los próximos días, a fin de garantizar un mejor servicio, según informa el gerente de la Comapa (Gustavo Rivera Rodríguez).
Por eso el suministro del vital líquido fue cortado desde ayer (por la noche) y hasta hoy más/menos al mediodía, en algunas zonas, merced a las obras de reconexión.
Explicado esto, no hay razón para quejarse, hasta en tanto usted no repare en la mejora del servicio.
Es más, sé que ha notado la limpieza de drenes pluviales, por ser la forma en que la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado previene accidentes en la temporada de lluvias próxima a registrarse, lo que confirma la preocupación de la dependencia municipal para seguridad de los
colonos.
Todo ello por disposición del alcalde Óscar Almaraz Smer.
E-m@il:
jusam_gg@hotmail.com