TAMPICO, Tamaulipas.- La tacharon de loca, criticaron hasta su papel de madre cuando le dijeron que descuidaba a su propio hijo por hacer realidad el sueño de su alumno, la cuestionaron que si le darían dinero, le espetaron que eso no sería posible ya que no tenía un solo peso para realizarlo, pero Diana Laura Cavazos Vélez, la maestra de primer grado de la primaria Franklin D. Roosvelt de Matamoros los ignoró y siguió adelante.
Y fue la creadora de una salón de clases ecológico fabricado por 6 mil 500 botellas PET de dos y tres litros rellenas de arena y tierra que detienen las balas por lo grueso de las paredes. Fue idea de uno de sus alumnos de nombre Ricardo, uno de los más inquietos de su clase, así como otros 4 alumnos más, Mariana, Isabella, Angeles y Roy todos de 6 años que ahora se identifican como “Escuadrón PET”.
Ante alumnos de secundarias reunidos a pesar de la lluvia en el Centro de Convenciones de Tampico en un evento que organizó el Instituto de la Mujer Tamaulipeca y Jóvenes Tamaulipas llamado “Despertando sueños”, la profesora de 36 años de edad habló de su historia y como surgió la idea de construir este salón de clases que además es a prueba de balas, justo en una ciudad en donde se han registrado hechos de inseguridad por la delincuencia organizada.
Admite que no fue una alumna aplicada, que no era de dieces. Que cuando decidió ser maestra, la cuestionaron hasta sus amistadas por la profesión elegida, pero que ella tenía sueños entre ellos enseñar , pero no solo a los alumnos aplicados, sino, justo a los alumnos inquietos, a los que no sacaban buenas calificaciones como ella y eso es lo que ha hecho desde hace 20 años.
Relata que la escuela está en una zona inundable y un día se acercó Ricardo para contarle que justo se habían inundado y que era por la cantidad de basura, en este caso botellas de plástico que había en el agua.
A pregunta de Diana sobre que lo era había que hacer, Ricardo le contestó que hacer una “casita” de todas esas botellas para que fueran utilizadas y no se fueran a la basura.
“Seré honesta, primero solo pensé en hacer una pequeña casita como la de la cooperativa, pero luego ellos (mis alumnos) me cuestionaron si podrían jugar y estudiar adentro” dijo.
Cavazos Vélez reconoció que tenía miedo, que de pronto se dio cuenta que necesitaba un arquitecto, un ingeniero civil, dinero y una serie de permisos.
“Yo decía, tengo que lograrlo, tengo que hacerlo, y empecé a convocar a la sociedad para juntar las botellas PET que se colocaron en lugar de los blocs, había arrancado un sueño titánico y no tenía un peso para hacerlo” refirió.
Sobre el hecho de que es a prueba de balas este aula, señala que fueron ingenieros quien se lo dijeron, debido a que el ancho de cada una de las paredes que es el mismo ancho de las botellas de 3 litros y medio de refresco aunado a que están rellenas de tierra y están sujetas una encima de una otra.
Confiesa fue difícil pero se dio a la tarea de no escuchar y solo de “tomar” lo que le iba a servir para poder terminar este proyecto.
Pidió primero la ayuda de los padres de la escuela, luego de sus amigos en la red social de Facebook, luego se extendió y la petición de ayuda fue a toda la comunidad a través de los medios de comunicación, para juntar todas estas botellas de plástico que requería para hacer realidad el proyecto.
Diana Laura también relató que acudió a dos empresas refresqueras de la localidad para pedirle su ayuda, ayuda que les fue negada hasta que una empresa aceptó apoyarla tras cuestionarla, si era verdad ese proyecto de poner botellas en vez de blocs de concreto.
“Como mujer eres presa de las críticas de tus obligaciones como mujer que la sociedad te quiere imponer, pero tu sabes que si tienes la capacidad y la organización puedes lograrlo; mis hijos siempre estuvieron a mi lado y mi esposo también porque a ellos fueron a los primeros que los convencí de que los teníamos que lograr por nuestro amor a la familia” refirió.
Pero no todo ha quedado ahí. La profesora señala que están en la víspera de construir otra aula en una escuela primaria también de Matamoros y localizada en otra zona que se inunda para lo cual se están haciendo los estudios.
El proyecto participó en el programa “Diseña el cambio” en donde lo fundamental, es que la idea surja de los alumnos