En la conducción y evaluación de la economía nacional, los funcionarios de la Secretaría de Hacienda y el Banco de México, no dejan de sorprendernos, donde se hace evidente de que no están actuando con oportunidad para enfrentar los desafíos y lo más grave, que para justificar el fracaso de algunas medidas, tomen como tesis el sofisma.
Como se recordará, el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, a finales del 2013, una vez aprobado el Presupuesto de Ingresos de la Federación, nos dijo que durante el 2014, la economía mexicana crecería al 3.9 por ciento.
En verdad su pronosticó no convenció a muchos, porque a finales del 2012, nos dijo que la economía de México crecería el 3.5 por ciento y apenas llegó al 1.2 por ciento.
Este año la economía mexicano no pudo crecer durante el primer trimestre, lo que obligó a la Secretaría de Hacienda, ajustar su crecimiento del 3.9 al 2.7 por ciento.
Sin embargo en el umbral del último trimestre, Hacienda dijo que la economía crecería entre el 2.1 y 2.6 por ciento.
A pesar de los magros resultados en la economía nacional, el Secretario de Hacienda, sigue insistiendo de que nuestra economía está bien, porque según ellos sigue habiendo inversión y generación de empleos.
Las matemáticas son una ciencia exacta. Como alguien, que se supone es especialista en economía, nos puede decir públicamente que la economía está bien aun cuando se haya crecido al 3.9 por ciento.
La pregunta obligada es la siguiente: ¿Para quién está bien que México siga teniendo un crecimiento mediocre?
Este Gobierno es el que más recursos económicos ha dispuesto en toda la historia y a pesar de eso, la economía no ha podido tener un crecimiento que responda a las necesidades de la población económicamente activa.
Desde finales del mes de septiembre, el peso mexicano empezó a perder terreno frente al dólar, por incertidumbre en la políticas de tasas de interés que empezará aplicar la Reserva Federal de los Estados Unidos, donde es inminente un alza, que está provocando que muchos inversionistas ahorradores extranjeros, se deshagan de las inversiones en pesos y se refugien en el dólar.
En el mes de octubre, la moneda mexicana siguió debilitándose, pero en noviembre la situación se hizo crítica, al grado que ahora el dólar se vende hasta en 14.78 pesos, muy cerca de la barrera de los 15 pesos.
A pesar de esa fuerte devaluación del peso mexicano, el Banco de México, a cargo de Agustín Cartens, dijo que el alza del dólar era reflejo del comportamiento del mercado de cambios, sin que viera ningún riesgo salvo que pudiera presionar la inflación.
Ante el riesgo de que el dólar rebasara la barrera de los 15 pesos, finalmente el Banco de México, decidió entrar al mercado, inyectando desde el lunes pasado 400 millones de dólares, en un intento por frenar la especulación y buscar que se estabilice el peso mexicano.
Creemos que el Banco de México entró tarde al mercado de cambios, lo cual no deja de ser preocupante y prueba de ello es que pesar de su intervención del peso no ha descendido de los 14.79 pesos.
Otro factor que indirectamente tendrá un impacto en la economía nacional, es la brusca caída en los precios del petróleo. La mezcla mexicana del barril ayer se cotizó en 56.70 dólares, contra los 79 dólares que como precio de referencia de fijó para el ejercicio 2015.
Creemos que habrá dificultades, a pesar de que la Secretaría de Hacienda, tuvo el acierto, hay que decirlo con toda honestidad, de buscar cuberturas que le permitirán asegurar un precio de 79 dólares el barril, si este desciende después de los 76 dólares.
Ante ese escenario, los consumidores que no vivan en la zona fronteriza norte de México, van a estar subsidiando al Gobierno Federal, al estar pagando un litro de gasolina, hasta en 4 pesos más de lo que vale en los mercados internacionales.
Como acertadamente dijo la semana pasada en Ciudad Victoria, el Senador del PAN, Ernesto Cordero Arroyo, que el Gobierno Federal mantiene un impuesto adicional disfrazado, al vender más caro la gasolina en el interior del país, con el precio que realmente tiene en el mercado.
Los mexicanos son los que están subsidiando al Gobierno Federal al estar pagando 4 pesos más por cada litro de gasolina sobre su valor real.
Y todo parece indicar que ese subsidio de la sociedad hacia el Gobierno se incrementará, porque el precio del barril de petróleo continuará bajando y no se descarta que pudiera llegar a los 50 dólares.
El Gobierno Federal tendrá que seguir sangrando el bolsillo de los consumidores, porque tampoco puede bajar los precios de la gasolina, porque si lo hiciera, aun cuando se tenga garantizado el precio de referencia de 79 dólares por barril, los ingresos se desplomarían y se vería en la necesidad de hacer ajustes al presupuesto del 2014, lo que implica que muchas obras no podrían realizarse, con el riesgo incluso de afectar los programa sociales.
Como puede verse, al final del 2014 estamos viendo un negro panorama económico para el 2015. Sin embargo para Hacienda México está bien.