VICTORIA, Tamaulipas.- La escasez de empleo, de circulante, y de proyectos productivos que contribuyan al desarrollo de una cadena productiva en Victoria, ha colocado a los tianguis no sólo como el «pulmón» de la economía de las familias marginadas, si no que ha hecho que algunas de ellas entren a la clase pudiente.
El líder del Sindicato de Tianguistas número 1, Miguel Rivas, calcula en un 700 por ciento el crecimiento de estos mercados rodantes, con el que muchas familias han logrado recuperarse de la crisis y hasta les ha permitido darse una vida con ciertas comodidades.
Cientos de comerciantes, algunos anteriormente establecidos y registrados ante la Secretaría de Acción Tributaria, han preferido ingresar a las filas de la informalidad, floreciendo en este mercado.
Podrían ser más de ocho mil familias las que dependen de este negocio, que desde el 2010 ha marcado un exponencial crecimiento, pues ven en el mercado ambulante un negocio redituable.
El Ayuntamiento, por medio de Inspección Fiscal, realiza un sondeo para precisar cuánto ha crecido el mercado informal en la localidad; en el 2013, la cifra era de más de 10 mil vendedores; este año, aún no lo definen, pero aceptaron un marcado crecimiento.
Rivas reiteró que mucha gente no se quedó cruzada de brazos y empezó a sacar las cosas que no servían y empezó a venderlas; la situación fue tan intensa que sufrieron una invasión en el tianguis del 22 Hidalgo, al grado de que ya se prolonga por cuatro cuadras.
«Hemos percibido que ha crecido de manera descontrolada pues nuestro mercado rodante, de ser radicado en la plaza del 22 Hidalgo, ahora ya casi alcanza la calle Bravo, y a lo largo, se pone la gente a ofertar lo que sea».
En la entrevista, dijo que en el tianguis de La Paz se perdió el control; se les había asignado alrededor de 300 lotes para que vendieran, pero ahora se prolonga la vendimia hasta por casi un kilómetro a la redonda.
“La gente está buscando la manera de obtener dinero; esta es la opción que más eligen”, finalizó.
En sábado, en ciertos puntos de la ciudad se realizan estas actividades, incluso en plena calle, como el que se ubica en la calle Sonora, a la altura de la escuela Club Rotario.
La jornada fuerte ocurre los días domingos, concentrándose en tres gigantescos tianguis; el de la colonia Modelo, que atrae residentes de la zona Poniente de la ciudad; el de la colonia Libertad, el principal referente; y el de La Paz.
Quienes acuden a estos enormes conglomerados, realizan compras de artículos de primera necesidad como alimentos, ropa o zapatos, hasta «gadgets» de última generación como celulares o tabletas, o incluso automóviles, siendo éstos un punto de encuentro bastante usual para realizar compra-ventas, todo esto sin las presiones inherentes a una empresa formal, que paga impuestos, salarios, prestaciones y servicios.
Miguel Sánchez, quien contó con un establecimiento especializado en tecnología, el tianguis le ha permitido seguir ofertando productos sin las implicaciones fiscales a las que era sujeto cuando era formal.
“Es una actividad honesta, que me permite sacar de mi casa todo lo que nos estorba; y al diablo con los impuestos; matan nuestra economía», dijo.
El regidor Eugenio Carlos Diez Gutiérrez Navarro, de la Comisión de Desarrollo Económico, ya había señalado que las nuevas disposiciones fiscales fueron un error por el asedio que representan a los pequeños comerciantes.
«Muchos no tenían la capacidad para adaptarse al nuevo esquema fiscal; ahora ya hay repercusiones; Hacienda está perdiendo contribuyentes y (gana) antipatía de la sociedad que ve en la informalidad, su manera de subsistir», detalló.




