25 marzo, 2025

25 marzo, 2025

Un sueño hizo ‘rodar’ su negocio

Su llantera nació luego de años de trabajo y ahorro, Guillermo de la Garza Williams es miembro de un grupo de empresarios locales surgido bajo la sombra de personas visionarias

VICTORIA, Tamaulipas.- Una tarde calurosa en el verano de 1947, en Victoria, Guillermo de la Garza Williams terminó su educación primaria, era el segundo de ocho hijos y sentía sobre sus pequeños hombros la responsabilidad de apoyar en la educación de los seis hermanos.

El sueldo de su padre como empleado de gobierno no era suficiente y el niño de 13 años de edad se aventuró a las calles de Victoria para conseguir un empleo.

En aquella época el ir y venir de la calle 8, como un paso obligado de Nuevo Laredo a la ciudad de México, hacía florecer la economía en la perla tamaulipeca y en la gasolinera de la familia Cano don Guillermo encontró su primer empleo.

“Había salido un viernes de la escuela y para el lunes ya tenía trabajo. El dueño de la gasolinera, don Salvador Cano, me dijo que no necesitaba empleados en ese momento, que me quedara y que la iba a hacer con las propinas”.

La gasolinera de los Cano estaba en el sitio que hoy se convirtió en el estacionamiento del Hotel Sierra Gorda.

Ese trabajo tuvo vigencia en la vida del niño, seis meses después consiguió un mejor puesto como repartidor en la tienda América Market de don Alfonso Pesil Tamez, en el 10 y 11 Hidalgo, a un costado del Banco Mercantil de Monterrey.

Como repartidor de la tienda, encuentra otra oportunidad laboral como office boy en el Banco Mercantil de Monterrey, donde ascendió a cobrador, auxiliar de departamento y cajero de la ventanilla número 4, con sólo 15 o 16 años de edad.

Hasta aquella ventanilla mercantil llegó un día don Alejandro Aznar Gutiérrez, el dueño de Victoria Motors, que entonces se ubicaba en el 8 Allende.

Observó al joven desde la ventanilla y le dijo: “¿cuándo vas a ser dueño de un banco?”… Guillermo con la tímidez de un joven quinceañero, pero consciente de la realidad, le respondió: “Nunca señor”.

Y don Alejandro, un hombre de buenos sentimientos pero rudo en su trato, le retó al decir: “si te vas conmigo a la agencia, si eres honrado, cumplido y cuidas tus ahorros, un día vas a tener tu propio negocio”.

El joven Guillermo no lo pensó dos veces y aceptó su nuevo reto en el mes de noviembre de 1949, con un sueldo mínimo de 225 pesos mensuales, pero para el mes de febrero tenía la comisión del 1 por ciento de sus ventas y sus ingresos aumentaron a 1 mil 100 pesos mensuales.

“Yo creo que don Alejandro veía mi interés y mi trabajo. Nunca se hizo para atrás y además de mis comisiones me daba mi sueldo de 225 pesos. Yo todo lo que podía lo ahorraba y ayudaba en mi casa. Don Alejandro era duro, nos llamaba mucho la atención a Pepe Almaraz, César Flores, Hernani Aznar, Carlos Morris, padre y a mí. Pero todos seguimos sus consejos y todos fuimos hombres de bien y empresarios”.

Una mañana de 1958, don Guillermo se percata que sus ahorros de 25 mil pesos podían significar su primera inversión…

Y con el temor que don Alejandro Aznar no le dejara partir, le dijo: “Señor Aznar, se me presenta una oportunidad”.

El señor Aznar, un comerciante de trayectoria le respondió: “Adelante, en la vida hay pocas oportunidades, aprovéchela”.

Y así la vida definió los trazos de una historia de éxito…

“Renté un espacio en el 8 Matamoros y Guerrero, donde hoy está la entrada al estacionamiento de la Universidad Valle de México. Les renté el espacio a las hermanas Narváez y comencé a trabajar de 7 a 10 de la noche y no faltaban los días en que me tocaban en la madrugada para comprar alguna refacción. Sólo me acompañaba “El Diablo”, Román Hernández, el cobrador”.

Para don Guillermo no existieron desde ese momento las vacaciones, los días festivos, las desveladas o curiosidad por conocer tierras lejanas.

Nunca tuvo ánimo de salir… “Para qué, les decía a los amigos que presumían de sus compras en Estados Unidos. Aquí Juan Medina me vende y le pago tres pesos quincenales”.

Desde 1958 no hubo descanso y en un catre de lona pasaba las noches para no perder las ventas nocturnas de los viajeros en urgencia.

Pero ese dinero no era para guardarlo, ni ganarlo con avaricia. Servía para pagar la carrera de su hermano menor en el Tecnológico de Monterrey, para sacar adelante las carreras de sus hermanas y ahora sirve para apoyar a La Mesa del Señor, La Cruz Roja y otras instituciones de beneficencia.

“Yo sé que antes no tenía nada, por eso ahora que puedo ayudar lo hago, sin reservas”.

La buena racha de la juventud tuvo un bache en 1972, cuando ya estaba bien encaminado en la venta de llantas de la marca Firestone.

Salir de este percance financiero le costó 16 años, pero la vida le hizo fuerte económicamente trabajando para el Grupo Tampico en Disel del Golfo S.A. de C.V.

Para 1988 sufrió un infarto y entonces se percató que era el momento de volver al ruedo e inició en casa el negocio, con el apoyo de los hijos y su esposa, luego construyó un almacén y para 1993 adquirió la propiedad en la calle Mina.

“Mi hijo me dijo que ningún terreno por la zona servía, que no había nada bueno y yo le dije, esto es lo mejor, rellenamos y construimos este espacio”, dice, mientras observa que ya hay más construcciones a su alrededor, compara el presente con las imágenes impresas en papel que están entre sus manos.

Sin duda es un hombre visionario y vaticinó la afluencia vehicular de la Avenida José Sulaimán Chagnón y por tanto el éxito del Centro Llantero Garza, S.A. de C.V.

Inició con cuatro empleados y de ellos sobreviven dos, uno se adelantó en el camino de la vida y otro decidió hacer su propio viaje en la tierra.

Hoy don Guillermo Garza Williams tiene 81 años de edad y sigue creando. En breve abrirá una refaccionaria a un costado de la llantera.

Fue un niño que nació con estrella, quizá, con la suerte que otorgaba Fela Medina, la partera de Victoria en la década de los 30s.

Fela, la partera vivía en el 17 Allende, era una mujer alta, fuerte y la esposa de don Gilberto Terán, y madre de un ex alcalde de Victoria, con el mismo nombre.

Facebook
Twitter
WhatsApp