El sábado, el equipo de Agustín Chapa todavía se sentía con posibilidades de vencer a Cabeza de Vaca y su candidato, César Verástegui. Apostaban a que en el sur, una buena cantidad de indecisos emparejaran el marcador y que una victoria abultada en Reynosa pudiera inclinar definitivamente la balanza a su favor.
No ocurrió ninguna de las dos cosas.
El senador Cabeza de Vaca demostró que él mantiene el control político del panismo sureño, y que las alianzas le permitieron equilibrar las fuerzas en su municipio.
A reserva de conocer el cómputo final, se sabe que en Tampico, el “Truco” sacó cerca de 100 votos de ventaja, en Altamira 86 votos, y en Ciudad Madero 60.
Es decir, que en la zona conurbada, los cabecistas obtuvieron apenas un poco menos de la mitad de la ventaja de 549 votos que finalmente le dio el triunfo. El resto lo ganaron en la capital, y otros municipios del centro-sur.
Mientras que en Reynosa, donde Chapa esperaba sacar una diferencia más abultada, apenas ganó por 41 votos.
En Matamoros y Nuevo Laredo, no hubo sorpresas: en ambos municipios se impuso Chapa. Aquí, de hecho, prácticamente se repitió el resultado de la elección municipal, en la que Gerardo Martínez se reeligió como dirigente del comité.
Con los números en la mano, hay una realidad imposible de ignorar: Cabeza de Vaca mejoró su posicionamiento en el estado y ganó espacios que parecían adversos.
No hay que olvidar que en la última elección panista en la que se puso a prueba su influencia, el senador salió derrotado.
En la interna para elegir al dirigente nacional, su candidato, Ernesto Cordero, perdió por una diferencia exacta de 300 votos. Es decir, si se considera la victoria de ayer, es necesario decir que Cabeza de Vaca y los suyos “recuperaron” la simpatía de más de 800 militantes panistas de Tamaulipas. Una cifra para la que podría haber muchas justificaciones, pero que de ningún modo puede menospreciarse.
Ahora muchos se preguntan cómo va a ser la dirigencia de César Verástegui. La respuesta parece sencilla. A un año y medio de la elección por la gubernatura, Cabeza de Vaca va a aprovechar al máximo su control sobre la estructura estatal.
Si bien pudiera ser un exceso considerarlo el virtual candidato panista para el 2016, lo que sí es cierto es que con la victoria de ayer, se acerca mucho a su objetivo. Consiguió una posición de privilegio que va a explotar al máximo.
No solo eso, instalado Verástegui en el Comité Directivo Estatal, Cabeza se permitirá influir en la elección de los candidatos para las diputaciones federales. En aquellos distritos donde se registraron los precandidatos, pero sobre todo en el IV y VI (Matamoros y Mante) donde la definición se hará vía designación directa.
Por eso no está de más que se replanteen los pronósticos de quién competiría contra Daniel Sampayo en esta ciudad.
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