WASHINGTON, Estados Unidos.- En una rueda de prensa conjunta, al término de la visita del primer ministro británico David Cameron, el presidente estadunidense Barack Obama advirtió además que vetará cualquier ley que el Congreso apruebe para imponer nuevas sanciones contra Irán.
“Mi mensaje al Congreso es que aguanten su fuego”, dijo el gobernante sobre la amenaza de republicanos y demócratas al respecto, insistiendo que cualquier acción legislativa en este sentido pondrá en riesgo las negociaciones con Teherán.
“La posibilidad de que las negociaciones pudieran colapsar es bastante alta”, advirtió el mandatario al referirse al efecto que tendría la imposición de nuevas sanciones, como presión para que Irán abandone su programa de enriquecimiento de uranio.
Obama explicó que ya ha comunicado a los legisladores demócratas “que vetaría cualquier iniciativa de ley que llegue a mi escritorio”.
Estados Unidos y los otros países miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, así como ese organismo internacional han realizado desde 2006 negociaciones con Irán para negociar un acuerdo mediante el cual ese país abandonaría su programa nuclear.
Obama consideró que la imposición de nuevas sanciones operaría a favor de la retórica de Irán, aunque dejó en claro que un eventual fracaso los forzaría a buscar alternativas para impedir que éste se concrete.
Sin embargo, desestimó que entre estas opciones haya consideraciones para una respuesta militar.
Por su parte, el primer ministro británico dijo que su gobierno “está comprometido de manera absoluta a asegurarse de que Irán no adquiera armas nucleares” y compartió los temores de Obama sobre el impacto que tendría para las negociaciones la imposición de nuevas sanciones.
En torno a los recientes ataques a manos de extremistas islámicos, Cameron dijo que estos hechos no sólo han reforzado la urgencia de promover una mayor integración de las comunidades musulmanes en sus países y contrarrestar la influencia de los grupos radicales.
“Tenemos que encontrar la manera para poder fortalecer las voces (islámicas) moderadas y contrarrestar el discurso de estos grupos. Debemos de combatir esta ideología ponzoñosa”, apuntó.
En este sentido, Obama reconoció que su gobierno enfrenta un reto similar, aunque consideró que en el caso de Estados Unidos la situación es diferente al apuntar que “nuestra población musulmana se siente estadunidense”.
El mandatario defendió la existencia de los programas de monitoreo electrónico para detectar a grupos islámicos radicales y otros que presenten amenazas a la seguridad interna, pero “en formas que sean legales” y que “se ajusten al debido proceso”.