Los priistas de Matamoros presumen haber aprendido la lección. La desazón de las fracasos les ha dejado claro que la lucha interna de facciones es el camino más directo al precipicio.
Por eso hoy lucen dispuestos a encarar el proceso electoral de otra manera.
Ahora mismo llevan a cabo una labor de cabildeo al interior del partido para evitar que las inevitables fisuras se conviertan en rupturas, todo esto, antes de que Daniel Sampayo siquiera asome la cabeza para salir a hacer campaña.
Todos los liderazgos que convergen en el priismo matamorense saben que la cita del 2015 es fundamental para su partido, pero sobre todo para sus proyectos políticos.
El caso más emblemático es el de Baltazar Hinojosa, quien lleva ya varios días en la ciudad operando con los suyos para sacar adelante la dura empresa que tienen por delante.
El ex alcalde se arremangó la camisa porque sabe que para aspirar al premio mayor del 2016, debe entregar buenas cuentas en su tierra. Más allá de su negativa a ser el candidato por la diputación, “Balta” es uno de los activos más importantes para el priismo local. Lo necesitan y él necesita una victoria en junio, es el primer requisito que tiene que cumplir para aspirar a la gubernatura.
Por eso en la última semana ha intensificado reuniones con su grupo más cercano para aceitar la maquinaria política de Matamoros.
Quizá el riesgo más importante que pudiera enfrentar el PRI en la preparación de su campaña es la selección del suplente de Daniel Sampayo.
Dicha posición se ha convertido en el objeto del deseo de muchos priistas que ven —y con razón— que una victoria pondría a su candidato tan sólo unos meses después como el aspirante natural a la alcaldía, lo que dejaría un lugar disponible en San Lázaro.
Quien parece estar más cerca de ser elegido es Pedro Luis Coronado, el dirigente de la CNOP en Matamoros, que le saca ventaja a otros aspirantes como Mario Tapia, Antonio Tovar, y Omar Masso.
Otro priista de peso que a quien interesa esa posición es Humberto Zolezzi Carbajal, quien ocupa una gerencia en la Lotería Nacional. En su contra pesa precisamente la lejanía de Matamoros.
Desde el bajo perfil, pero con evidente interés, Coronado se dice listo para lo que decida su partido, aunque advierte que acompañar a Sampayo en la fórmula no se trata de una obsesión. Si al final el elegido es otro, asegura que dedicará sus esfuerzos a entregar buenas cuentas al frente de la CNOP.
La pregunta en todo caso sería cuál va a ser la reacción de los otros que se sienten con derecho de obtener la suplencia. A mediados de febrero tendremos respuestas.
Lo que es cierto es que si bien la designación de Sampayo pudo haber caído mal en algunos sectores del priismo, el panorama luce muy distinto al de la última batalla electoral en las que el descontento de muchos grupos le estalló en las manos precisamente a quien ahora asume el papel de candidato.
En eso mucho tiene que ver que la otra aspirante que se quedó en el camino, Mónica González García, reaccionó con madurez ante la decisión.
Pero los caminos electorales, ya lo sabemos, están llenos de obstáculos y pendientes.
Al final de cuentas, si lo que dicen los priistas es cierto y avanzan con rigurosa unidad, habrá una manera muy sencilla de comprobarlo: los resultados finales.