Hace algunas semanas, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores anunció que se cancelaba la concesión de una firma financiera dedicada a la captación y administración de ahorros personales denominada FICREA por haberse detectado irregularidades en el manejo de los recursos bajo su custodia.
En ese entonces, para quienes fueran ajenos a las operaciones de dicha empresa, la información no tenía mayor importancia. Pero para 6,500 personas que habían confiado sus ahorros a esa concesionaria financiera representaba un quebranto que hasta hoy parece irreparable.
En efecto, el accionista mayor de esa firma se tomó la libertad de usar el dinero ajeno para la adquisición de lujosas mansiones en Estados Unidos, yates y 100 automóviles de máximo lujo que acrecentaron de manera irregular su patrimonio particular. Se daba la gran vida a costa de gente que ingenuamente creyó que había encontrado la fórmula mágica para acrecentar su modesto capital en muchos casos producto de toda una vida de trabajo.
En la página de FICREA que aún se puede observar en Internet, se lee “ Satisfacemos las necesidades económicas de nuestros clientes,, apoyando su crecimiento mediante productos y servicios financieros que les generan mayor rentabilidad y contribuyen al desarrollo del país”.
También se apunta, “ Somos transparentes y sinceros en nuestra gestión así como en el uso y manejo de la información, de los recursos materiales y financieros de nuestros clientes y de la institución”, a la vez que ponderan el principio de honestidad. ¿Quién pensaría que detrás de esta atractiva publicidad se encontraba un auténtico ladrón de “cuello blanco” que no se tentaría el alma para dejar en la ruina a sus confiados clientes?
Pero todo esto no podría haber sucedido si los órganos de control financiero del gobierno federal, esto es, la Secretaría de Hacienda y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, cumplieran fielmente con su cometido de vigilar a aquellas firmas a las que han autorizado para el manejo de recursos ajenos.
A toro pasado, las autoridades federales presentaron una denuncia penal en contra del accionistamayoritariodeFICREA, RAFAEL OLVERA ALMAZÁN, a quien supuestamente busca la Interpol en auxilio de la justicia mexicana para que responda por el desfalco cometido al amparo del descuido oficial.
Pero este no es el primer caso de su tipo. Otras instituciones privadas han hecho lo mismo y nunca se llevó a la cárcel a los responsables que siguieron disfrutando su vida de disipación con cargo a los ahorradores. Aquí en Tampico y Ciudad Madero hace algunos años, una supuesta cooperativa de ahorro cerró sus puertas de la noche a la mañana y la clientela nunca pudo recuperar sus fondos y aunque peregrinaron entre la CONDUSEF y la Procuraduría de la Defensa del Consumidor la burla quedó impunemente consumada.
El sentido común indica que este tipo de fraudes no podrían ser posibles si no se contara con la complicidad, o, cuando menos, la complacencia, de altos funcionarios del sector financiero oficial que incluso podrían estar dentro del jugoso negocio que apropiarse del dinero ajeno bajo formas autorizadas.
Se dice que el dueño de FICREA recibió un “pitazo” desde esferas oficiales de que su caso estaba siendo investigado, lo que le dio margen para arreglar su estrategia de fuga y sabrá Dios donde anda. Con el dinero que se llevó bien puede encontrar escondites de paga.
Hay que recordar el caso de GASTÓN AZCÁRRAGA, que deliberadamente quebró Mexicana de Aviación en perjuicio de miles de empleados que todavía hoy no pueden recuperar sus prestaciones pendientes ni encontrar nuevas formas de ocupación ante el raquítico mercado laboral especializado.
Pero volvemos a la interrogante. ¿Por qué ocurren una y otra vez estos despiadados aprovechamientos que vulneran de manera irreparable el patrimonio de miles de familias que solo buscaban un mejor rendimiento de sus ahorros?
¿Por qué resulta tan endeble la tutela del estado en tratándose de las operaciones que de acuerdo a los lineamientos legales está bajo su responsabilidad, máxime cuando se trata de los usuarios de los servicios financieros que con tanto sacrificio se gana su dinero? Que alguien lo explique.