TAMPICO, Tamaulipas.- La escuela Armando Barba que se localiza en la zona centro de Ciudad Madero gestiona recursos para adquirir equipo de videovigilancia.
La dirección escolar informó que son objeto de constantes ataques contra el edificio por parte de grafiteros.
La directora, Nora Maria Valadez Sánchez, informó que las agresiones contra la infraestructura de la institución se registran durante la noche y al amparo de la falta de rondines de seguridad pública.
Durante el día, advierte, que los conserjes de la escuela en los turnos vespertinos se mantienen al pendiente para evitar que las personas realicen pintas en las paredes externas de la escuela.
En el turno de la tarde, los comerciantes del área aledaña y los padres de familia notifican de inmediato la presencia de posibles agresores, para disuadirlos con la presencia de profesores.
“Tenemos gente de la comunidad que también nos ayuda y que nos avisa cuando observan una situación irregular o una posible persona con actitud sospechosa”.
A través del programa de escuela segura, comenta que se realiza la gestión de recursos económicos para la adquisición del equipo que se requiere para contar con un sistema de videovigilancia.
Papás también deben vigilar
Los padres de familia tienen que sumarse en labores de vigilancia afuera de las instituciones escolares. Irma Segovia González, jefa de la oficina para el Desarrollo de la Educación informó lo anterior luego de la captura de un joven que videogrababa bajo la falda de estudiantes en la secundaria “20 de Noviembre”. A partir de la próxima semana, dijo que los Comités de Seguridad de cada escuela se sumarán en actividades de seguridad a través de una campaña para detectar a personas que no tienen familiares inscritos o en actitud sospechosa.
Los padres de familia tienen que participar en la seguridad en las inmediaciones de las escuelas.
Advierte que deben de observar con atención y denunciar de inmediato cualquier situación que parezca irregular o fuera de lo común a las autoridades de Seguridad Pública.
Anteriormente, comenta que los vendedores ambulantes informaban a los profesores cuando se descubría a una persona que no era vista con frecuencia en la escuela.
