AUSTIN, Texas.- Las aspiraciones políticas del ex Gobernador de Texas para ser el candidato republicano a la Presidencia de los Estados Unidos peligran tras una decisión en su contra dada por un juez texano.
La decisión acabaría de tajo con un argumento legal en el caso del veto de Perry a recursos económicos a una fiscalía, luego de que la representante sería encontrada conduciendo intoxicada y se negara a renunciar.
El juez republicano, Bert Richardson, abre así la puerta para que el exgobernador sea llevado a juicio por abuso de poder y coacción de acusaciones.
Las acusaciones serían hechas en agosto del 2014, luego de que Rosmary Lehmberg fuera encontrada –y videograbada- en estado de ebriedad y se negara a dimitir.
Un total de 7.3 millones de dólares no llegarían a la Fiscalía del Condado Travis gracias al veto de Perry que ha dicho que “lo volvería a hacer”. Si el gobernador es encontrado culpable enfrentaría hasta 109 años en prisión.
Toby Buzbee, líder de los abogados de Perry dijo que el exgobernador actuó legalmente y propiamente ejercitando su poder bajo la ley.
“La persecución continua contra el (ex) gobernador sienta un peligroso precedente contra nuestra democracia”, escribió en un comunicado enviado a los medios.
El equipo legal de la defensa de Perry apelaría inmediatamente a la decisión del Juez Richardson.
