7 diciembre, 2025

7 diciembre, 2025

Tormenta en el desierto

Este día la NFL define en medio de una temporada llena de polémicas al mejor equipo del año donde Seattle podría convertirse en dinastía o Nueva Inglaterra hacer historia.

PHOENIX, Arizona.-  En el que se espera sea uno de los Super Bowls más disputados de la historia, los Seahawks de Seattle podrán unirse al selecto club de equipos con un bicampeonato en la NFL, cuando enfrenten a unos Patriots de Nueva Inglaterra que fueron los últimos en conseguir esa hazaña, hace ya una década.

Los Patriots saltarán al emparrillado del estadio de la Universidad de Phoenix como favoritos en las casas de apuestas para imponerse por 1.5 puntos en el Super Bowl, la menor diferencia esperada para un choque por el título de la NFL, desde 1973, cuando Miami salió favorecido por tan sólo un punto sobre Washington.

Los Dolphins hicieron buenos los pronósticos y se impusieron por 14-7.

Pero si Seattle refrenda su título, será el primer bicampeón de la Liga, desde que los Patriots se coronaron en 2004 y luego en 2005.

Además de tener la línea de apuesta más cerrada en más de 40 años, el Super Bowl verá enfrentarse a los dos mejores equipos de cada Conferencia por segundo año en fila.

Seattle llega al partido con una racha de 11 triunfos en sus pasados 12 encuentros, pero sufrió mucho para dejar fuera a Green Bay, y necesitó de un milagroso regreso para volver al Super Bowl.

Nueva Inglaterra pasó apuros en la Ronda Divisional y se tuvo que levantar un par de veces de desventajas de 14 puntos para dejar fuera a los Ravens de Baltimore, pero en la Final de la Americana, le pasó por encima 45-7 a los Colts de Indianapolis.

Horas después de conseguir esa victoria se destapó el escándalo, cuando la NFL abrió una investigación que determinó que 11 de 12 balones —usados por los Patriots— estuvieron inflados a menor presión que la reglamentaria durante los primeros dos cuartos del encuentro, en una saga que se ha conocido como “Deflategate”.

El entrenador Bill Belichick y sus jugadores han negado hasta el hartazgo haber tenido que ver con el problema y el dueño del equipo, Robert Kraft, pidió una disculpa pública al comisionado, si las investigaciones no encuentran evidencia de que su equipo hizo trampa para avanzar al Super Bowl.

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