“Lo que nos faltaba, como si no fuera suficiente la cuesta de enero, aumentan las tortillas”, dice doña LETICIA, y le sigue, “no señora, ya no alcanza ni siquiera para gordas con chile, está muy cara la vida, bueno para la gente pobre como yo”.
Tiene razón doña LETICIA, cada vez está más cara la vida y quienes más lo resienten son los menos favorecidos, los que no cuentan con un empleo seguro y que ahora, con el aumento de la tortilla, mayor será su sufrir.
La tortilla es un producto indispensable en la alimentación de la mayoría de los mexicanos y lo que son las cosas, mientras los que pueden comprar no la quieren consumir para no aumentar de peso, existen miles de personas que no les alcanzará el peso, el dinero, para tenerla y sobrevivir.
La realidad es que el aumento de la tortilla traerá complicaciones en muchos hogares mexicanos y aunque ahora no es culpa de los industriales de la masa y la tortilla, sino del alza en los combustibles y las materias primas, y hasta la caída del petróleo por la mala administración que tiene el sistema actual, de todas formas duele igual, o más con esta cuesta de enero y con la crisis que padecemos.
Lo peor es que el precio de la tortilla no está regulado y va de acuerdo a la oferta y la demanda, y hasta los tortilleros se quejan de la competencia que tienen con las tiendas de autoservicio, donde ofertan el kilo hasta 6 pesos menos que en las tortillerías pero porque se ahorran mucho en materia prima y trabajadores, lo que no puede hacer una pequeña empresa.
La situación es que aumentaron las tortillas, que el principal producto de la canasta básica de los mexicanos está por los cielos, que como dice doña LETICIA, “están muy arriba las gordas” y a los pobres no les alcanzará para adquirirlas.
Mientras todo eso sucede, los políticos andan ajenos a la problemática que enfrenta el pueblo con el aumento a la tortilla, en esta época andan preocupados por cómo mover sus estructuras, cómo conseguir el voto, andan en todo menos procurando el bienestar de los que menos tienen.
Claro, son tiempos políticos y la preocupación de ellos es alinear sus cuadros y armar sus estrategias para ver cómo saldrán, una vez más, a mentirle al pueblo, y créame, aunque hoy ninguno se manifieste por el aumento a las tortillas mañana no faltará aquel que prometa que las tortillas sean gratis para todos.
Sin embargo, y mientras aparecen los que quieran lucrar con la necesidad más sentida del pueblo, siguen los políticos peleando por sus votos.
En esos asuntos y por los rumbos del PAN, después de impugnaciones, dimes y diretes, finalmente ayer CÉSAR VERÁSTEGUI OSTOS tomó protesta como nuevo dirigente del Comité Directivo Estatal del Partido Acción Nacional.
VERÁSTEGUI dice que el PAN pasó por un real proceso democrático y quizá sí, el problema ahora será que junten los pedacitos del partido y puedan ensamblarlos, que los diferentes liderazgos azules se pongan de acuerdo antes de que comiencen las campañas electorales, de lo contrario los resultados no serán los que ellos esperan el 7 de junio.
¿Cuánta capacidad puede tener VERÁSTEGUI para unificar el partido?, quien sabe, pero ni los mismos panistas confían en que se tengan buenos acuerdos entre los diferentes liderazgos políticos que existen entre los azules.
Los principales problemas del PAN son precisamente sus grupos, cada uno tiene diferentes intereses y eso los ha llevado a traicionar las ideologías de su partido para ganar dinero, fama y fortuna, y si no que le pregunten a la senadora MAKY ORTIZ DOMÍNGUEZ, cuando las cosas no le son favorables, porque la misma militancia no le tiene confianza, en venganza ella es capaz de vender su alma al mismísimo diablo para obstaculizar a sus enemigos íntimos.
A MAKY ORTIZ, como a varios panistas, no les interesa mucho su partido, ándele, igual que a muchos candidatos no les importa su pueblo, menos que aumenten las tortillas.
vida.diaria@hotmail.com
Twitter@VidaDiaria1
Facebook Rosa Elena González
