@ En los setentas y los ochentas, las esporádicas noticias de ejecuciones en las calles de Matamoros y Nuevo Laredo eran recibidas como sucesos distantes que según la percepción popular nunca ocurrirían en pueblos apacibles como nuestra ciudad, tan orgullosa siempre de su atmósfera casi bucólica.
@ Esa visión de la Capital, que hoy parece utópica y que Carlos Adrián Avilés resumió en una frase que se convirtió en lema de los victorenses, —ciudad Victoria, ciudad bonita, ciudad amable—, se empezó a venir abajo entre 2007 y 2009, cuando el crimen organizado fronterizo extendió sus tentáculos hasta el centro y sur de Tamaulipas.
@ Las cosas empeoraron a partir del 2010, con el cisma de ese grupo criminal, y desde entonces hemos enfrentado una casi permanente situación de zozobra, con periodos de calma chicha y días de sobresaltos por las expresiones de violencia.
@ Suponíamos todos que a partir de mayo del 2014 las cosas cambiarían al implementarse la Estrategia Tamaulipas y así se empezaba a sentir… Hasta que otras prioridades que aparecieron en la escena nacional distrajeron los esfuerzos del Gobierno Federal.
@ Pero esa visión hasta cierto punto optimista de que algo se mejoró, no encuentra ahora cabida en una sociedad cada vez más escéptica, y la invalidan el peso de las frías pero irrefutables estadísticas de las organizaciones no gubernamentales y del mismo gobierno Federal.
@ Han disminuido algunos delitos como el homicidio doloso y el robo pero aún son escalofriantes las estadísticas sobre secuestros, levantones, cobro de derecho de piso, extorsiones, robo de combustible y asaltos a mano armada, entre otros ilícitos.
@ Aún con estas cifras de miedo, durante semanas y meses parecía que nada sucedía en Tamaulipas. Y como en teoría aquí no pasaba nada o casi nada, la Federación desplazó buena parte de sus soldados y policías hacia zonas como Guerrero y Oaxaca donde los problemas de salvaje inseguridad compiten con las turbulencias políticas.
@ Mientras los contingentes del Ejército y de la Policía Federal se movilizaban hacia el sur del país, como siempre suele ocurrir, las dos facciones criminales que dominan buena parte del Norte del Estado empezaron una guerra feroz de exterminio y mantuvieron en vilo a los habitantes de Matamoros, Valle Hermoso, Río Bravo y Reynosa durante largos días.
@ Las imágenes de los enfrentamientos, de las víctimas acribilladas, de los vehículos incendiados y de los edificios y viviendas rafagueadas, recorrieron el país y nuevamente Tamaulipas se ha convertido en foco de atención.
@ Como consecuencia de esta escalada de violencia, hoy esperan en Matamoros al secretario de Gobernación Miguel Osorio Chong y los tamaulipecos confían en que de una vez por todas se generen acciones más contundentes para detener los sangrientos enfrentamientos pero sobre todo para acabar con las cotidianas atrocidades y expresiones de barbarie, y así ahorrarle a la tamaulipecos penas y sufrimientos.
@ Osorio sabe bien del tamaño del problema y de las complejas circunstancias que se viven en Tamaulipas y también tiene muy claro que los esfuerzos de las autoridades estatales y municipales siempre serán insuficientes si la Federación se hace a un lado. Sería algo así como dejarnos morir solos a los tamaulipecos.




