6 diciembre, 2025

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Debate público

Bitácora republicana

Todo parece indicar que estamos al borde de la discusión en el Senado de la República del dictamen sobre las modificaciones a la Constitución general por lo que hace a la reforma política del Distrito Federal. El debate público se multiplica y van quedando de manifiesto los aspectos torales de la transformación que se avecina.

Esta semana se celebró el foro “Hacia una Constitución de la Ciudad de México” bajo la organización del Senado, del Instituto Nacional Electoral, del Centro de Investigación y Docencia Económicas y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, con la finalidad de presentar propuestas de cara a la eventual aprobación de la reforma.

En este evento participaron todos los titulares de las instituciones convocantes, así como un número significativo de legisladores y juristas. Casi todos destacaron la relevancia de la celebración de una Asamblea Constituyente de la Ciudad de México y su posible impacto en el constitucionalismo del siglo XXI. Subrayaron la importancia de construir una carta de derechos humanos de vanguardia y la necesidad de un rediseño institucional para la ciudad que garantice su autonomía, la inclusión social, las libertades públicas y la democracia.

La coincidencia en los objetivos fue unánime, también la necesidad de aprobarla con el mayor consenso posible a fin de evitar el mayoriteo o los intereses cruzados. Una Constitución pensada para el largo plazo. Lorenzo Córdova insistió en que el constituyente debe reivindicar los derechos políticos de los capitalinos que han sido históricamente conculcados. Junto con otros especialistas se pronunció a favor de una asamblea constituyente ad hoc, diseñada de modo tal que permita la participación de los sectores más representativos de la sociedad.

Algunos destacaron la conveniencia de que los partidos tuviesen la menor participación directa posible en la conformación de esa asamblea, a través de una convocatoria elaborada con sentido de innovación que tome en cuenta la pluralidad de la sociedad capitalina y su deseo creciente de participación.

Hubo alguna discrepancia significativa respecto de la formación de un constituyente originario, ya que los aspectos fundamentales de la reforma cuyas instituciones van a regir a la capital estarán ya definidos en las modificaciones a la Constitución federal. Se sugirió que hubiese una consulta a la ciudadanía antes de proceder a modificar la Carta Magna. Fue, en cambio, generalizada la propuesta de que una vez que la asamblea apruebe el texto constitucional para la ciudad, éste sea sometido al referéndum ciudadano.

Motivo de preocupación fue la estructuración de los órganos de la ciudad, habiendo surgido la propuesta de que se instaure un sistema semejante al parlamentario, en vez de que se repliquen en el nivel de la ciudad y en el de las actuales delegaciones los vicios añejos del presidencialismo y del caciquismo. De manera enfática se insistió en la necesidad de revisar en profundidad el Poder Judicial de la ciudad y de establecer un consejo de la judicatura autónomo, así como encontrar fórmulas de representación política que incluyan mecanismos ágiles y efectivos de participación social. Se sugirió favorecer la representación plurinominal y equiparar la ciudadanía a un poder público.

Se insistió en la necesidad de ampliar la carta de derechos humanos que ahora forma parte de la Constitución federal y de asegurar su exigibilidad y justiciabilidad. Un tema considerado de trascendencia es el diseño de mecanismos adecuados para ejercer el control del poder a través de frenos y contrapesos. Para ello sería indispensable revisar la forma de designación y de funcionamiento de los distintos órganos autónomos que existen en la esfera local.

Respecto a la conversión de las actuales delegaciones en órganos colegiados de elección popular que podrían denominarse alcaldías, se debatió la vigencia del municipio en nuestro país y la necesidad de introducir innovaciones a esa institución que correspondan, además, a las características de una metrópoli como la nuestra. Se aconsejó la descentralización de funciones en barrios, colonias, pueblos y delegaciones.

Es evidente, como afirmó el presidente del Senado, que la reforma está madura y debe procederse a su aprobación incorporando los valiosos aportes de los ciudadanos. La democracia se demuestra andando.

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