Cuando Alex Aguinaga llegó a Correcaminos para suplir la ausencia de Omar Arellano, que había llegado para tapar el hueco que había dejado Joaquín del Olmo, quien por su parte llegó cuando se fue Chelís, quien sucedió en el puesto a Nacho Rodríguez, quien arribó cuando corrieron al Negro Almiron… uufff… -me cansé- muchas fueron las dudas que a todos nos surgieron por la llegada de un técnico novato y que su escasa experiencia no acumulaba éxitos.
Y como cada vez son más escasas las románticas historias en el fútbol actual del sapo que se convirtió en príncipe, pues Aguinaga se fue ayer por la puerta de atrás acumulando un tropiezo más en su incipiente carrera como entrenador y otro fracaso en la larga lista de descalabros del equipo Correcaminos.
De Aguinaga ni qué decir, ya se fue, sólo confirmar la hipótesis del principio, un entrenador con un sistema tan conservador, ¿para qué rayos quería un plantel con tantos ofensivos?. El sábado, firmó su renuncia y la sentencia de derrota cuando plantó su equipo en la cancha de Culiacán con un solo punta. Fue el acabose y ahí están las consecuencias.
Alex Aguinaga es quien paga las culpas de todos, hoy todos señalamos al ecuatoriano como “el mal del equipo”, como si con su partida todo se resolviera.
Hay que ver más allá.
Los directivos afirman que evalúan rendimiento, efectividad, disciplina, liderazgo, sistemas y todo lo que se le tiene que calificar a un entrenador, yo me pregunto como cada que cesan a un entrenador, ¿y a ellos, quién los evalúa?.
Hoy Correcaminos está de nuevo en el ojo del huracán, en medio de una crisis y sin presupuesto como hace tres años cuando trajeron a un Chelís a punta de billetes para calmar las aguas y apaciguar el ánimo de la gente.
Hoy Ricardo Cadena “el proyecto de entrenador que empezó con Arellano” como lo llamó anoche Francisco Filizola en entrevista, está obligado a ganar, gustar, calificar, campeonar y ascender.
Mientras son peras o son manzanas prepárense para ver como algunos directivos abandonan el barco y como antiguos dirigentes regresarán por una revancha. ¡NO SE LO PIERDA!.




