Su rostro sonriente, todavía aparece. Se le puede ver en playeras, en vasos, en cualquier souvenir político engarzado al quehacer ciudadano de lo inédito. Pero la historia oficial amenaza con devorarlo. Hoy, a pesar del mutismo de su expediente formal, Rodolfo Torre Cantú sigue presente en la memoria cotidiana de la gente que no se toma fotos ni pertenece al glamour de los reflectores.
Su muerte lo alejó del ámbito institucional y lo acercó aún más a los espacios comunes de los que nada tienen. En ese campo testimonial ha encontrado su legítima morada, vigente, etérea, colectiva. Tan humano como el aire que nutre las calles descalzas y los caminos humedecidos de silencio.
Este sábado 14 de febrero, el gesto amiguero de Rodolfo se abrió paso entre globos de corazones y chocolates, entre racimos de flores y de parejas de tamaulipecos jóvenes que anhelan un mejor futuro. Ahí estaba el doctor, en su consulta eterna de la enfermedad que marchitó el porvenir de su tierra. Rodolfo y su estetoscopio, midiendo las inquietantes pulsaciones de la realidad.
Ya no era el mismo Rodolfo del 2010. Era evidentemente un ausente más maduro en su capacidad de esperar a que el tiempo le devuelva al fin la justicia que se agranda cada vez más, en su deuda de impunidad y de su vergonzante vacío de resultados. Un Rodolfo más paciente para seguir sonriéndole a la vida que se le fue y que truncó la posibilidad de hacer de la entidad, la sociedad humanista que él veía en sus sueños.
¿Olvido, redención, unas palabras, sentimientos encontrados y de impotencia por no poder gritar la verdad que aún sigue velada? Me pregunto qué fue lo que le regalamos los tamaulipecos este sábado a ese hombre pacifista, que cayó mordido letalmente por la sierpe de la violencia.
Más allá de los maratones, de las estatuas y las ofrendas, el discurso invisible del doctor, parece acicatearnos y decirnos que necesitamos esforzarnos más para estar a la altura del Tamaulipas que él deseaba para nosotros. Más hospitales, más escuelas, más viviendas, más calles pavimentadas. En suma, una mayor alianza con los que menos tienen.
En algún lugar, tal vez Rodolfo siga cocinando esperanzas. A él le gustaba mucho cocinarle a sus hijos y a su esposa. Hoy su familia geográfica se extiende a 43 municipios. La deuda que como sociedad civil y como gobierno tenemos con Rodolfo sigue siendo muy grande. Empezando por limpiar de misterios y oscuridad el origen de su desgracia. Mal haríamos en convertirlo en una efeméride más, en una cifra cómoda, en un asunto surrealista. O en un recuerdo oficial y aterciopelado, incapaz de tocar los insondeables renglones de su expediente.
Mientras el tema de Rodolfo siga en el limbo de la sinrazón, los tamaulipecos estaremos aceptando que hay muchas cosas buenas que se han ido con él: la libertad, la sonrisa, la claridad, la capacidad de dar amistad hacia los demás. Y aceptar que seguimos atrapados en la oscuridad, en el miedo, en la desconfianza y el resentimiento.
Rodolfo no veía a la política como una ciencia de gobernar, sino como una filosofía de ayudar al prójimo. Era un poeta de la solidaridad. Pero hoy, la poesía ha desaparecido. Y sólo quedan febreros asesinados en su sensibilidad y en la esencia de su naturaleza existencial.
Este pasado 14 de febrero, un niño tamaulipeco de cinco años de edad, miró hacia lo alto de los árboles y se dio cuenta que ya podía mirar sus ramas más de cerca. Ha crecido y un día, tal vez sus pasos de adulto lo llevarán a los lugares comunes del civismo, ataviado de estatuas y discursos.
Ahí, junto a otros de su generación, escuchará, sin entender, el recurrente mensaje del olvido.
SE REÚNE EL GOBERNADOR CON NUEVAS AUTORIDADES TEXANAS
El gobernador Egidio Torre participó en la primera ceremonia formal, con las nuevas autoridades de Texas. Las dos figuras del estado fronterizo recién electas son el mayor, (alcalde) Pete Saenz, y el juez del Condado de Webb Eduardo, (Tano) Tijerina. Lo singular de este hecho es que la mencionada reunión se llevó a cabo aquí en la capital tamaulipeca. Ambos funcionarios estadounidenses invitaron a Egidio a una reunión en la ciudad de Laredo, con el fin de impulsar las coincidencias de sus respectivas agendas de trabajo, en las que sobresale el tema energético.
En este caso, la Secretaria de Desarrollo Económico, Mónica González García, ha sido testigo importante de estos acuerdos, que sin duda podrían traer beneficios de nuevas inversiones a corto y mediano plazo.
Siguiendo con la actividad gubernamental, en el DIF estatal de María del Pilar González de Torre, se atienden diariamente más de mil lactantes y de infancia materna, en 22 guarderías. En materia asistencial se acaba de dar también un gran paso relacionado con el tema de las adopciones, al construirse la Unidad de Adopciones del Sistema DIF, con una inversión de ocho millones 600 mil pesos.




