CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- El tiempo para buscar la reconciliación con Dios llegó. Es tiempo de cuaresma: cuarenta días de ayuno, penitencia y evangelización entre los fieles católicos que celebrarán al final de este tiempo la resurrección de Jesús.
Las lecturas las realizaron algunos misioneros de catedral y concientizaron para ir en busca de las ovejas perdidas.
“La oración es uno de los medios para llevar a la conversión de las personas. Este tiempo de cuaresma se debe de vivir de una manera sencilla, humilde…el ayuno no es sólo abstenerse de algunos alimentos, sino también abstenerse de chismes, pues a Dios le agrada más la obediencia que los sacrificios. Podemos irnos de rodillas de aquí al Santuario, pero él quiere más la reconciliación y que aceptemos el temor a Dios”, dice el misionero Juventino López.
Graciela Sosa, una mujer de 81 años, independiente, aún hace su labor de catequesis en todo momento.
“Platico mucho con Dios, me ha hecho tantos milagros y estamos tan agradecidos que no tienes idea.
Yo venía y le pedía por mi nieto que lo iban a trasplantar de riñón, él no tuvo que esperar mucho, le hablaron un día y le dicen aquí está tu riñón, ¡vente! Le trasplantaron su riñón y está viviendo su vida», testifica.
«Tenemos tres hijas, yernos que son como mis hijos, mis seis nietos y cinco bisnietos. He venido a dar testimonio porque Dios nunca nos abandona, Dios no da enfermedades, nos da amor, fui catequista 20 años, desde catecismo saqué a Antonio Lerma, que hoy es sacerdote y que estuvo en Roma y además he superado el cáncer, pero aún evangelizo y tengo a mi esposo de 86 años”, afirma.
María Ignacia Ruiz, también llega con devoción a rezar a diario el Rosario y como no tolera la carne, prefiere pasar estos días alimentándose sólo con verduras.
Pero a pesar de sus rezos, sólo sonríe cuando se le cuestiona cómo considera su relación con Dios.
“Pues eso sí no sé, apenas Él; no sé cómo ande con Él, creo en Dios y en todos los santos. Los pescados y mariscos no me gustan”, comenta.




