En Tamaulipas hay dos temas fundamentales. Son como dos ventanales, por los que asomamos el rostro. El primero se deriva de la reforma energética, y tiene que ver primordialmente con la posibilidad de echar a andar a gran escala la extracción de petróleo y gas en los nuevos yacimientos marítimos de la Cuenca de Burgos y Matamoros. Es también petroquímica sureña. En suma, hablamos de bonanza, industria y negocios.
El segundo punto estratégico es el de la seguridad. Este último nos ocupa y nos preocupa, en nuestra circunstancia de corredor fronterizo. La inseguridad y la reforma energética son sinónimo de pasado, presente y futuro tamaulipeco. Así nos identifican en el radar de Los Pinos. Ambos tópicos son como dos remos gemelos. Nuestras dos alas maniqueas. Una buena y la otra mala. Origen y destino. El alfa y omega de nuestro devenir social y económico.
A la riqueza social derivada de la reforma, la deseamos, pero es hora que no llega en su dimensión anhelada. En cambio, a la inseguridad y sus espasmos de violencia, los detestamos y los sufrimos, pero es hora que no se van. Suceda lo que suceda con estos dos temas, encarnados a nuestra realidad, lo cierto es que el perfil de la sucesión priista crece ya en el vientre de uno de ellos.
Durante los últimos meses, había fuertes indicios de que la reforma energética sería la plataforma ideal para que el presidente Peña Nieto nos enviase al personaje adecuado, un hombre bien enterado del asunto e involucrado a un elevado nivel institucional y parlamentario. Sin embargo, últimamente, el mismo secretario de Hacienda, Luis Videgaray, acaba de reconocer que la reforma tendrá efectos a largo plazo. Tal vez al presidente que suceda a este sexenio le tocará recoger los frutos de las enmiendas legislativas impulsadas por el peñismo.
Pero los plazos del Tamaulipas actual, tienen como destino de viaje político el 2016. En este sentido, el cortoplacismo ahoga las perspectivas sucesorias engarzadas a la reforma. En nuestro estado, el tema energético no va a parir candidato a la gubernatura. En cambio, la inseguridad, como fenómeno omnipresente es muy probable que sí dé a luz una candidatura perfilada por ese rumbo. El abanderado del PRI sería entonces, no un conocedor del tema energético, pero sí un candidato con potencial para lograr la paz social.
Al menos, en esa dirección apuntan los hechos.
EL CDE DEL PRI, HUÉRFANO DE DELEGADO
Después de la abrupta salida de José Parcero, el CEN del PRI está castigando a sus correligionarios tamaulipecos dejándolos por el momento en la orfandad de un enlace nacional. En las entrevistas banqueteras que concede Rafael González Benavides, la pregunta más socorrida de los reporteros es: ¿Cuándo designan al nuevo Delegado? Interrogante que no encuentra respuesta, tan sólo la faz rubicunda y despistada del jerarca estatal, oriundo de Matamoros.
El buen Rafa no sabe ni qué onda con los temas cruciales de su partido. Después de que le tumbaron a Daniel Sampayo y le metieron a Chuchín, el hijo de don Agapito perdió aún más la brújula.
Es tal el desapego de Rafa que, en Matamoros, el que empieza a llenar el vacío de la directriz priista, es el secretario de SEDESOL, Antonio Martínez Torres.
EN EL POLYFORUM, MUCHA GENTE VISITA LA GALERÍA DE RODOLFO
Ayer miércoles por la tarde, conservadoramente fueron unas cuatro mil personas las que acudieron a la convención de delegados para legitimar la candidatura de Miguel González Salum a la diputación por este V Distrito. Por ahí saludamos a diversas personalidades del priismo local. Entre los oradores figuró por supuesto en primer orden.
Por cierto, durante el evento, fue muy notorio cómo la gente del pueblo recorrió la amplia galería fotográfica en memoria del doctor Rodolfo Torre Cantú. Se trata de una bien armada colección de imágenes que recorren exhaustivamente la vida de quien fuera el candidato más popular del PRI a la gubernatura.
En las fotos se puede ver a un Rodolfo de niño, recibiendo diplomas. Posteriormente ya de joven, un Rodolfo delgado y hasta laco, con el bigote característico. Se puede ver que uno de sus amigos más cercanos era Nazario Assad Montelongo, así como también su hermano, José Manuel Assad.
En mi recorrido por la fototeca, una señora de las colonias me dijo: “ no sabía que Rodolfo había sido delgado, en algunas fotos ni lo conozco”. Muchas familias aprovecharon la convención el día de ayer para visitar lo que sin duda constituye un valioso testimonio póstumo para el ex candidato a la gubernatura en el 2010.
Dos características que jamás desaparecieron del rostro del doctor, fueron, primero su bigote desde su juventud y enseguida su sonrisa. En algunas fotografías de chavo, salvando la melena rizada del sonorense, el físico de Rodolfo tiene cierto parecido con el de Luis Donaldo Colosio. Ambos con ideales sociales. Ambos sacrificados.




