22 abril, 2025

22 abril, 2025

Estéticas ‘cortan’ a peluqueros

Crecen en el centro de la ciudad estos negocios con precios accesibles desde 20 pesos por corte de pelo, por lo que han desplazado a los peluqueros tradicionales

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Más allá de la calle Siete, en el centro de Victoria, cada mañana se cocinan microhistorias de éxito. En el ambiente perturba la música de banda que se desprende todo el día en los puestos de discos pirata, eso en ocasiones les molesta a ellas, las cultoras de belleza o peluqueras, sobre todo si son las cuatro de la tarde y aún no han comido.

Todas están por amor al oficio, y las que no, se apasionaron de él cuando descubrieron la facilidad de recibir ingresos y además cuidar a su familia.

Así es la vida de Brenda, Araceli y Ana, tres mujeres que comenzaron a conocer la vida en distinto espacio, en distinto tiempo y que hoy convergen en un mismo oficio.

Esperan relajadas a los clientes, no hay prisa, ahí llegan con frecuencia caballeros y madres de familia en busca de un corte escolar por 20 pesos.

Aseguran que no son competencia para el resto de las estéticas prestigiadas de la avenida 17, de la zona dorada de Victoria, hacia el Norte de la capital… es más ni siquiera son competencia entre ellas mismas…

“Por aquí hay muchos negocios como éstos y aquí estamos todas desde hace mucho tiempo. Hay clientes para todo y son distintas las posibilidades económicas”, dice Ana, mientras hace cuentas y dice: “Yo también puedo cobrarles 100 pesos, si les alacio o les plancho el cabello, eso es lo que ocurre en otros lugares que les cobran la atención, el aire acondicionado, el planchado o secado y el corte. Pero el corte es el mismo en todas partes”.

Aracely, que trabaja en una pequeña estética de mujeres que se asociaron para tener su propio negocio, comulga con esa idea… “Pues hay para todo y si les gusta y pueden ir y pagar más, pues adelante, no somos competencia”. Al menos no entre las mujeres… los desplazados son los hombres; los peluqueros, que se han disipado como las gotas de agua de lluvia contenida.

“A ellos sí que les hemos ganado, porque antes los ancianitos no venían con nosotras y ahora sí llegan”, dice Ana, la mujer que deseaba ser educadora, pero quien encontró en este oficio la forma de apoyar en su hogar con la educación de dos hijos.

Araceli, hoy se encuentra más relajada, es abuela, pero sólo con cortes de cabello tiene dos maestros en casa y una estudiante de licenciatura en Psicopedagogía.

Brenda observa su ejemplo, es una mujer joven, seria de ojos soñadores y con un hijo de tres años.

Trabajó desde los quince años en casa y así terminó su educacación secundaria, no había muchas opciones pero deseaba ser independiente, ganar dinero…

“A veces quisiera que el tiempo pasara rápido y ver que mi hijo ya es grande. Desearía ver que se siente orgullosa de mí porque lo que sacado adelante”.

La visión a futuro de Brenda se hará realidad con certeza. Pues le ha apostado a ser socia de otra compañera de oficio y ahora ella es su propio jefe, almuerza tranquila, trabaja con gusto de ocho de la mañana a ocho de la noche y sin un solo día de descanso.

“Antes trabajé para otros, sé lo que es eso y como sola he aprendido de la vida, pues quiero salir sola adelante. A mí niño lo llevo a guardería, lo cuido aquí por las tardes y aunque ande por ahí dando lata, lo tengo conmigo y lo cuido yo”.

Sus días parecen cotidianos en el ir y venir de las responsabilidades, pero hace lo que le gusta, hace belleza en el resto de las mujeres, los hombres y los niños…

“Los niños siempre me tocan a mí, porque tengo paciencia, yo creo que basta con hablarles bien”, dice Brenda, dominando su oficio.

El único enemigo de las peluqueras son los piojos y hay diversas formas de reaccionar…

Araceli y Ana no rechazan, negarle un servicio a un cliente con bichitos en su cabeza, es discriminación, aseguran. Y eso en su estética no se vale…

“No les rechazamos, les cortamos el cabello, hay desinfectantes y les damos consejos para eliminarlos. En la Botica Popular venden una pastillita que los elimina fácilmente. Además uno también está expuesto y sentiríamos feo si a nosotros nos rechazan también”, dice Araceli.

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